miércoles, 20 de marzo de 2019

Cosas que me han contado

No sé mucho, pero al parecer le vieron caerse desde el bar. Salió a dar una vuelta como casi siempre que quería salir a dar una vuelta y le daba igual si le decías que no. En la esquina se cayó desplomado. No sabemos cómo ni de qué manera. Se cayó y se dio una buena ostia contra el suelo. Cayó como desmayado. Se marearía, suponemos y cayó de cabeza. Cayó y se pegó con el suelo en toda la frente, en la parte izquierda de la frente y de la cara. Como tiene ese pedazo de narigón se pegó también un buen rasponazo en la nariz. Un señor golpe en toda la cara.
Se supone que al caer al suelo y darse semejante cebollazo, que diría él, cepazo que diríamos nosotros, golpetazo, que diría todo el mundo, le dio una crisis epiléptica. Un ataque epiléptico. No sé. Debería ser un cuadro como para fijarse. Una persona mayor, tirada en el suelo, convulsionando y sangrando. No sé cuánto tiempo estuvo tirado en el suelo de esa manera.
Al sobrino del Gabi, el hijo del Rayo, parece ser que ese día tampoco se le olvidará. Pasaba por allí y ahora no sé concretar si conoció o reconoció a mi padre de alguna manera. Pero fue a ayudarle. Yo, que lo vi cuando ya estaba el ambulancia y el coche de la urbana, vi un cuadro que daba miedo. Hablando con más gente después, resulta que esa escena del coche de la guardia urbana y el ambulancia lo recuerdan, unos desde una acera y otros de otra. Yo pensé que algo pasaba cuando el autobús me dejó en la parada de la General Óptica. Él había salido a dar una vuelta y estaba localizado. Pero ese ambulancia.
Al parecer el hijo del Rayo lo vio y se acercó a ayudarle de alguna manera.
Al parecer una chica africana, una chica joven, también fue la única que se acercó y se le ocurrió meterle el dedo en la boca a mi padre para evitar que se tragase la lengua. No sé cuánta gente le vio, mucha gente supongo que no sabría cómo ayudar o qué hacer.
Los de la Rambleta creo que fueron los que llamaron al ambulancia. El hijo del Rayo, no sé su nombre. La chica africana.
No he ido a la Rambleta porque me parece muy poco ir y darles las gracias por haber llamado al ambulancia.
Pero muchas gracias por ese poquito que es tantísimo que hicieron por él. Y a todos los que preguntan por él, muchas gracias.
Ahora está volviendo, poco a poco. Va a ser un largo viaje, pero ahí vamos.
Esto es lo que me han contado.

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