lunes, 22 de septiembre de 2025
Sirat - Óliver Laxe
Disculparme, pero es que la película merece un comentario. Han merecido un comentario cosas mucho mejores y cosas mucho peores, merecerán comentarios muchas cosas y cada uno tendrá su opinión y una experiencia que le hará conectar con algo que se me escapa. Pero a los que me dijisteis en su día que viera la película, que no me dejase influenciar por las declaraciones más o menos parguelas de su director, os tengo que decir que ha sido peor el remedio que la enfermedad. Porque una vez vista la película, las declaraciones y reflexiones del director sobre heridas y baile y demás historias que no vienen al caso, o quizás sí, si nos quedamos con el elenco protagónico y sus diversas heridas visibles o invisibles, pero que yo que sé. Llevo tiempo sin escribir y sin reflexionar así sobre cosas y a lo mejor queda todo un poco así como colganderas, pero vamos a ver. Entiendo que la película va sobre gente que está al margen, que vive al margen, en otro mundo, en otra dimensión, con una realidad basada en la búsqueda de algo, la siguiente fiesta siendo la fiesta una metáfora de otra vida o de esas dos o tres o cuatro o cinco o tres días seguidos en los que no eres tú. Pero esa realidad te alcanza. Al final te alcanza. Por mucho que quieras desconectar la radio cuando se está hablando de la guerra mundial, porque a ti no te va o no te interesa o vete a saber porque todo es mucho lío y los políticos y la política y todo eso. Pero fíjate tú que, de manera involuntaria quizás, pasa un poco como pasa con la película de María Antonieta de la Coppola cuando ellos, la reina y sus colegas, viven en un mundo de fantasía, mientras que a lo lejos, la peña está gritando. Es una sensación que tuve. Tuve otras. Como que hay un momento clave en la película que está más cerca de un sketch de la Monty Python Flying Circus que de otra cosa y no sabes si ha sido voluntaria o involuntariamente. Es una sensación que tengo durante toda la película. ¿Nos la ha colado tras esas reflexiones un poco naives el director y nos ha metido en una cruel metáfora del mundo actual? Antes de ver la película, gracias al Bluesky y Twitter sobre todo, me enteré de que se obviaba el tema del conflicto saharauí, la ocupación marroquí de los territorios del Sahara Occidental y se criticaba eso, se criticaba que no se citara en ningún momento, que no se diera contexto. Pero es que creo que de manera involuntaria está intencionado. ¿Os dais cuenta de que no estoy fino? Esos personajes al margen, que no quieren saber, que buscan una fiesta, que pueden parecernos frívolos porque no están al tanto ni quieren estarlo. Ah, sí, el reclamo. El reclamo es el del padre que busca a su hija junto a su hijo pequeño, que se ha perdido en una rave. El gancho. Es eso, un gancho. Y protagonizan el momento más duro de la película. Un gancho. Y naturalmente que la película vista en casa no es lo mismo que verla en pantalla grande. Y naturalmente que verla a un volumen bajísimo porque molestas al bebé que duerme no es lo mismo. Pero oiga, una peli no es un documental de la 2. Y la peli se cae por tantos sitios que al final, ese puente que une el paraíso con tal pues es más bien un tiro por la culata en el que por momentos lo involuntariamente paródico parece ganar a lo voluntariamente profundo. Un fail. Y un final. Un final que, si lo miras bien, pues a lo mejor tiene sentido. Pero ya da un poco igual.
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