viernes, 1 de junio de 2012

Primavera Sound. Jueves.

Que Dios nos asista. De nuevo aquí, mi buen José. Cuando ya parecía que nos habíamos borrado, que con nosotros no iba, que se acabó, que la juventud se nos escurría entre los dedos, sucumbimos a la tentación, solicitamos la acreditación y tracatrán. Aquí nos tienes, Primavera Sound. Lo primero, pedir la pulserita. En un alarde de previsión que da cuenta de mi madurez y tal, digo de ir a por la desto a mediodía, 'que habrá menos gente' y me ahorro la infausta cola del año pasado. Pues tararí que te vi. Más cola que el año pasado, a pleno sol. Me armo de paciencia y espero. Dos horas a casco bomba. Primera evaluación de daños: los periodistas son otra cosa. Cada vez que tengo que hacer la cola, esta cola, me siento más fuera que dentro. Los periodistas son ellos. Con sus claquetas, sus peticiones de entrevistas, sus declas, sus porfas. No, yo no. Me he quedado fuera de juego, pero muchos metros, sin repetición posible. Es igual, ya da lo mismo. Dos horas detrás de una rubia guapísima que aguanta estoicamente el calor, mientras otra rubia no menos guapa, enseña hasta el cromo porque no soporta el kalahari en el que estamos. Pulserita al canto. Buenas tardes.
Este año, pese a lo que se vea en la foto (viendo esta foto, las dos chicas parecen testigos de jehová, con lo que se ve por allí), se llevan los pantalones cortos. Pantalones cortos para todas. Piernas gordas, blancas, finas, morenas, de gallineja, esculturales, da igual. Pantalones cortos. Lo asombroso es que también ellos llevan pantalones cortos. Sobre todo los guiris, claro.
Modernas o modernos. Pues mira, te voy a decir una cosa, pepe. Este año, no he visto yo ese ambiente de modernez de otros años tan así. No sé si es que no me habré dado cuenta o ya no identifico a los modernos, pero este año no. No les veo tan así.
En fin. Vayamos al grano. Empieza todo como siempre en el bar de siempre. Unas cañas y unos tequilas. Unas cañas y unos tequilas. Y un bocadillo de bacon para quitarle glamour a la historia. Todo para dentro. Venga. Saludos, abrazos, hasta mañana. No tenemos la más remota idea de qué tenemos que ver. El jueves, mirando la programación, no tiene nada realmente interesante. Lo conocido es muy tarde y no me quedaré, así que me da igual ocho que ochenta y donde me lleven, bueno será. Sin embargo, al entrar decidimos que vamos a ver a Lee Renaldo. Lee Renaldo es, de los dos guitarristas de Sonic Youth, el otro. Vamos avanzando hacia el escenario y llegamos prácticamente hasta la cocina. ¿Qué tocará este hombre? Debemos haber llegado a mitad de concierto, porque después de una cancioncita que estaba muy bien, decide hacer una alocución en inglés, que no entiendo, y mi hermano si. Voy con mi hermano, el Ch. y el Amatore. A tope. Al parecer dice que no tienen muchas canciones pero que van tocando. El batería que lleva es Steve Shelley, de los Sonic Youth. En pie, amigos. Respeta a tu familia, porque tu familia te respeta a ti. ¡Tocan una de los Talking Heads! ¡Toma ya! Thank you for send me an Angel. ¡Qué detalle! Ya has ganado, Lee Renaldo. Me fijo y veo que a veces toca con un pulgar. Hace los acordes en el mástil con un pulgar. Qué tío. No hay más que añadir. Acaba el concierto y vemos pasar a nuestro lado a Christina Rosenvinge. Qué guapa que es la condenada, pero me ha parecido más poquita cosa que otras veces. No sé.
Mazzy Star. Yo no conocía este grupo. Así soy yo. Se ve que llevaban mucho tiempo separados. El nombre de la cantante, Hope Sandoval, me sonaba. El Ch. lo puso el día de antes y estaban bien. Pues el concierto me gusta un huevo. Tranquilo, pero sin ser plomo. Me gusta, tienen un rollo que me gusta. ¿Qué rollo es? Pues, ese rollo. Así como... no sé. Guitarras sin alardes, tranquilitas, su batería, su muchacha en los teclados, la Sandoval que no se mueve mucho y tiene una pandereta. Estupendos todos. Me recuerdan a las canciones con chica de los Brian Jonestown Massacre. Casi a punto de acabar, alguien decide que hay que ir a ver a Beirut. Beirut, cero puntos. Vamos, vamos, y a la segunda canción o antes nos volvemos. No le veo el qué a Beirut. Nos vamos, venga, que nos vamos. Nos comemos un bocata más. Más hambre que el perro de un ciego. Vámonos a ver qué hay por ahí.
En el escenario ATP vemos a unos muchachos haciendo ruido. Nos vamos quedando y nos quedamos hasta que acaban. No sé quiénes son. Thee oh Shees. Pues muy bien. Tiran por la calle de enmedio, un poco en plan Black Lips, no sé. Me molan también. Oye, qué bien, tres de tres, pleno total. Nos quedamos a ver el concierto entero. Molan. Me los apunto. Nos pasamos los conciertos hablando de los grupos y de nosotros. Qué tontería. Que si tocamos, que si hacemos, que si podríamos, etc. Muy bien.
Está la G. con la Y. por aquí. He llamado a la S., pero ya no la veré. Su novio y ella seguro que están en la otra punta. Hacemos por ver a las dos colomenses. No las vemos en los XX, que los vimos hace dos años, creo y no estaban mal. Pero este año ni nos acercamos. No las vemos. Pues nos vamos. Esperamos cerca de los Franz Ferdinand. Ya está. Qué tal. Venga. Aguanto media canción justo debajo del escenario y me voy para casa, que son las dos y algo y hay que currar. Ya hace rato que no bebo nada, pero el daño ya está hecho.
Autobús nocturno. Chistes nuevos con caras viejas. Italianos criticando el diseño de los Seat, que se equivocan de autobús. No va para Plaza Catalunya, va para Santaco. Caras de disgusto. En el bus entablo conversa con el conductor y un chaval jevi. Hablamos del festival, de cómics, de Santaco. Bien.
Solo Dios sabe cómo agradezco pillar la cama. Hoy más. Avanti con la guaracha.

4 comentarios:

  1. Dons per no voler-hi anar, li ha sortit be la cosa :)
    Bon cap de setmana!!

    ResponderEliminar
  2. Cómo es posible que alguien se llame Hope Sandoval y no sea un personaje suyo, Tolya? No sé qué me pasa hoy que todos me parecen personajes suyos. Es posible que la vida sea eso a fin de cuentas: un relato del Gélido Tolya.

    Vaya hombre, se va justo con los Franz Ferdinand? Pues no están tan mal. No es que una sea indie, pero se pueden escuchar.

    Ya no está usted para esos trotes, Tolya. Menos mal que es viernes y puede descansar el fin de semana.

    Que lo disfrute.

    Bisous

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. claro, claro, si me quedo a los franz ferdinand no me levanta hoy ni la brigada paracaidista.
      esa si que sería buena... al final yo sería como... Baal!!! qué fuerte!!!

      Eliminar
  3. Tolya, espero que Dios no le castigue con una conexión a internet como la mía y con problemas de censura.
    Oiga, el Primavera parece la Meca, cuánta gente.

    ResponderEliminar