miércoles, 19 de diciembre de 2012

Navidad y negocios

¿Por qué no parar aquí mismo a tomarme una caña y hago tiempo? Desde fuera no tiene nada de particular el sitio. Miro y quien está detrás de la barra es un señor mayor. Señor mayor con gafas. El eterno camarero sin muchas palabras y con mucho encaje. Es Navidad. Se nota porque fuera hace frío. Se nota porque el bar está decorado con esos papelitos dorados, con esa nieve simulada en las ventanas, con algunas bolas brillantes. Aquí mismo me voy a tomar una cañita rápida, que tengo tiempo. En la tele están dando el Depor con el Valladolid. Todo el rato que llevo caminando me he ido fijando en que en todos los bares está puesto el fútbol. Es un partido de mierda y no creo que todo el mundo, aunque haya muchos gallegos y dueños de bares gallegos, sea del Depor. Pero casi todos los bares tienen el fútbol puesto. Van cero a cero, como no podía ser de otra manera. Entro y pido una 'caña, pequeñita'. Y hago el gesto así de pequeñito con los dedos. No quiero un tubo, ni una mediana, quiero una caña pequeñita, por matar el tiempo.
Pantalones vaqueros desgastados y culos anchos. Pata ancha. Chaquetas grises, gordotas. Pelos de la nuca asalvajados, grises, pocas palabras. En la barra hay tres clientes más. Entran y salen de la calle porque están fumando. Vuelven a entrar los tres. Cabeza gorda y calva, vino rosado, chaqueta de chandal clara y pantalones vaqueros desgastados. Pata ancha. Uno habla mucho. Otro es el hombre de pocas palabras. El otro es el perdido que va haciendo el tonto con lo que ve. No quiere beber más vino, porque le sienta mal. El comentario hace que uno, casi sin querer, quiera saber más y no quiera saber nada más. Entra otro parroquiano que te es familiar y se pone a jugar a la máquina. Uno que acaba de entrar de fumar y que ha ido al lavabo viene y se pone casi a mi lado. Lleva las manos mojadas, no se las ha secado en el lavabo. Le pregunto si le molesta la bolsa y me dice que no. Las manos mojadas. Se bebe un vino como un relámpago y se va.
El camarero me ha puesto un pincho de tortilla casi sin que me diera cuenta. De hecho es que no me he dado cuenta. Ha aparecido el pincho de tortilla justo a mi lado. El Depor ataca pero no llega a nada. El Valladolid sale a la contra con cierta gracia, pero el tal Manucho nunca parece estar donde tiene que estar. Y mira que tiene planta Manucho. Cambian a Valerón porque el hombre no tiene fuerzas ni para salir del campo. El del chándal empieza a hablar.
Y dice algo de que tiene que ir a hablar con nosequién, a la discoteca, que está en el polígono. Estuvo hablando con él y le dijo que tenían una cadena de puticlubs que cotizaban en bolsa. 14 puticlubs por toda Europa que cotizan en bolsa. Y que le han propuesto llevar el que van a hacer aquí. A él. Al de la chaqueta de chándal. El del pelo gris sobrante en la nuca asiente y no dice ni sí ni no. Me recuerda a alguien de otro bar. El pelo sobrante de la nuca gris, asalvajado. Hace mucho que nadie va al peluquero. Yo creo que también tengo ese pelo sobrante en la nuca, pero no es gris todavía. Cerco de sucio en la chaqueta. Chaqueta gris, pantalón vaquero azul desgastado, pata ancha. El que no puede beber más dice que su vaso se lo beban ellos. El del chándal dice que él les ha dicho que si, pero que quiere contar con su gente. Que quiere elegir él a los que trabajen. Que a él no le van a...
Yo creo que es suficiente. El Depor no va a marcar. El camarero, el dueño, está apretando una fregona. Intento cruzar con él la mirada pero no me ve. Al final le digo 'me cobra' y viene. Y yo me voy.
Estamos levantando el país.

2 comentarios:

  1. Pero bueno, que era lo importante la caña, el Depor o matar el tiempo. Para esto da igual la época del año. Hay que buscar baretos con más animación.
    Un abrazo

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