lunes, 28 de enero de 2013

Lenin analiza

Bueno. Pues aquí estamos. Con las chaquetas puestas. Va. No creo que tarden mucho en venir los otros pero bueno, espero que esto no dure demasiado. A ver si esto termina prontito que me tengo que ir a casa a mirar estos papeles. Llevo un descontrol últimamente con los papeles que para qué. Sé que tengo que hacer unas cuantas cosas, que me tendría que mirar esto y lo otro, pero no sé qué me pasa que no acabo yo de arrancar. Está ya todo visto, y esto tendría que ir hacia delante, pero no sé, se me pasan los días y no acabo yo de verme arrancando. Oye una cosa, estos dos... ¿estos dos se llevan bien? Es que como aquí el bigote es un tío tan raro, no sé yo si estos dos están o no están. Que si se llevan bien digo. No sé si son colegas, si sintonizan, si están de acuerdo, si... es que de verdad que no sé lo que el bigote piensa. Si a todo, todo que si, todo que muy bien, todo para delante, de acuerdo, lo que digas, no te preocupes, que si, que me parece bien, venga, claro, estupendo, ya se lo digo yo, se lo comento, me lo dices y en un segundo te lo preparo, lo tengo listo para cuando quieras, te lo he mirado y no sé lo que tu digas, lo que sea que digas ya me parecerá bien, claro, si... y así todo el rato siempre. No sé, la verdad, tanto agasajo. Que por un lado está bien, porque mira que hay pejigueras en esto, eh... es que hay también cada uno... y no precisamente este. Estos dos se llevan bien. Muy bien. El gafitas también es sí a todo. Y sobre todo con aquí el bigote. Todo que si. Todo que si. Todo bien. Lo que digas, claro que si, genial, me parece estupendo, fantástico. Qué bien pensado, si señor, no sé cómo no se me había ocurrido a mí esto. Oye, qué buena idea, di que si, adelante, da igual, no hagas caso, que por aquí vamos bien. No sé. Entre una cosa y otra... no sé, que sí que está bien que te animen y te digan que si, que todo muy bien, que va la cosa fantástica, pero alguien te tendrá que decir de vez en cuando que no, también. Ya, el otro, el que no está aquí, le estamos esperando pero seguro que o viene de mala leche, o empieza bien y se acaba calentando y se enzarza y se enzarza y se lía el solo, y va poniéndose gente en contra y al final me hace a mí también ponerme en su contra y yo no quiero ponerme en contra, pero es que te pone de los nervios, de verdad. Qué le cuesta también... pero también le entiendo, porque viendo luego a estos dos... que no dicen nada, que todo que si, que mientras el otro se calienta ellos se quedan callados, mirando sin decir nada, anotando cosas, tomando apuntes, no sé. A veces el bigote me da un poco de cosa. Yo que sé. Y mira que yo soy de calentarme también y tengo mis puntos pero no sé. No creo yo que la gente me tenga mucho miedo ¿no? Bueno, o sí. Que la verdad, no está la cosa para ser simpático. Pero una cosa es ser simpático y otra estos dos. Y si no el otro. Qué dilema. Oye, se está calentito aquí, por eso.

4 comentarios:

  1. Dons no sé com seran el del bigoti i el de les ulleres, però el del mig té una mirada un tant inquietant... Vamos, que no em refiaria jo d'ell...

    Com va, Tolya?
    ptons!!!

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  2. Oiga, mire que referirse a uno por el del bigote en un sitio donde todo el mundo lleva bigote...
    Claro está que el suyo es inconfundible, desde luego. De hecho, creo que inspira canciones.

    Feliz tarde,monsieur, aunque para cuando lea usted esto, ya ni tarde ni nada. Seguramente será otro día.

    Bisous

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  3. No creas que me gustan los bigotes, aunque se lleven. Los prefiero sin:-) como la cerveza. Y eso que mi padre lo ha llevado siempre. La moda.
    Un abrazo y feliz semana

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  4. Hola Camarrrada Tolya,

    qué dice de que ya no lee? Ud que vive en España, rodeado de libros en lengua castellana, no como yo.
    El otro día conocí a alguien que viene de la ciudad rusa donde tienen la escultura más grande del mundo de la cabeza de Lenin: Ulan Ude. Tome nota, para cuando haga turismo.

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