martes, 10 de diciembre de 2013
Días extraños
Mi caminar por este mundo sufre contratiempos. Diversas circunstancias me hacen sufrir. Sin embargo, en otro plano existencial, soy tremendamente feliz. Ese plano distinto, esa nueva dimensión, es la que me mantiene vivo. Si no fuera por eso, ahora mismo ya me habría tirado al metro. Mientras el metro estuviera funcionando, claro. No me tiraría al metro por tirarme, si no porque el metro funciona y pasa y entonces... eso. Bien. El metro abre a las cinco de la mañana y cierra las doce de la noche, menos los viernes que cierra a las dos. Los sábados está abierto todo el día. Ese es un buen día porque no tienes que mirar la hora para ir al metro. Sabes que funciona. Descubrí el segundo plano de mi realidad una tarde en la que salí a pasear con la bicicleta. Con el frío hago menos deporte, me cuesta más coger la bicicleta y salir a pasear como en verano. En verano me cuesta menos. Quizás me cuesta igual levantarme por las mañanas para cualquier cosa. Da igual que sea verano que invierno. Así que, en invierno, cojo la bicicleta por la tarde. Por las tardes tengo muchas cosas que hacer. Muchas. Voy y vengo a muchos sitios. Estoy allí, hablo, escucho. A veces hago otras cosas. Son muchas cosas. Casi todas las tardes. Esa tarde me dije 'voy a ir en bicicleta'. Y cogí la bicicleta y me fui a dar una vuelta por donde siempre. Me noté muy cansado muy deprisa, muy pronto. A los pocos metros ya estaba deseando parar. Pero no paré. Ya estaba oscureciendo. Estaba muy cansado, mucho. Pero me pasa muchas veces cuando dejo de ir en bicicleta durante un tiempo. Me canso. Y no paré. El cielo es muy bonito cuando está así. Cuando las luces hacen círculos y todo se convierte en una especie de escenario para que el cielo esté bonito. El cielo se puso así y lo vi todo muy claro. Era el otro plano. Estaba ya en la otra dimensión. Todo había cambiado. No había nadie y me costaba mucho menos pedalear. Y no era porque fuera cuesta abajo. En el primer tramo siempre es cuesta arriba. El cielo era tan bonito. Y yo estaba dentro del cielo. Estaba en el centro justo del gran foco sobre el que convergían los distintos círculos. Las estrellas que había en el cielo, las luces de la ciudad, las farolas, los coches, todas las luces estaban en el cielo. Y yo estaba en el centro del foco y pedaleaba igualmente. Me veía pedalear sin cansarme. Ya no pensaba en nada. Cuando estoy en la bicicleta pensaba mucho en cosas. Ahora ya no pienso. No sé a qué altura fue. La gente me lo pregunta cuando explico esto. Que a qué altura empecé a cambiar de dimensión. Que si fue antes o después de la fábrica. No tiene importancia porque no tiene nada que ver con la fábrica. Estaba en una nueva dimensión y estaba contento. Es brillante el cielo y es muy bonito. A veces, cuando estoy en el cielo, en el centro del foco, me gusta cogerme mientras pedaleo y cambiarme de lugar. O la dirección. Si antes pedaleaba hacia allí, ahora hacia aquí. O el lugar. Ya lo he dicho. Me gusta ponerme en otro sitio a pedalear. Siempre cerca de casa para poder volver. Quiero ir a Torre Baró un día, nunca me acuerdo de llevarme allí. Cuando estoy en el círculo, en el centro de la nueva dimensión, a veces se me olvidan las cosas de lo feliz que soy. No tengo frío y no siento nada. Suelo terminar en mi cama cuando vuelvo de ese plano. Si no fuera por eso ya habría terminado con todo. A veces me cuesta bajar la bicicleta a la calle porque doy con los pedales en la barandilla y hago ruido. O me mancho el pantalón de grasa. Lo que no sé es cómo la bicicleta vuelve a subir a casa. El centro del foco es lo mejor que hay. Estás ahí dentro y te sientes capaz de todo. Todas las luces están a tu alrededor y todo está bien. Es muy bonito. Pero luego hay que volver a la vida normal, cuando me despierto, y no me gusta. Cada vez me gusta menos. Pero la bicicleta sigue estando ahí.
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Monsieur, van a pensar que se chuta, o algo. Casi parece un canto a la dietilamida de ácido lisérgico. En cualquier caso, mire, me ha gustado mucho su relato de hoy. Me encanta esa fantasía ilimitada suya.
ResponderEliminarFeliz tarde
Bisous
Me ha encantado esto de estar en otra dimensión. Yo lo estoy muchas veces sin pedalear y sin bicicleta. A ver si eres la reencarnación de E.T. Porque ese iba por los aires siempre a CASA en bicicleta. Conmovedor su relato hoy:-)
ResponderEliminarEs martes y le ruego no se tire al metro.,
Un saludo
Ná, me quedo sin vpn 10 días. Supongo que sobriviviré. Lo renovaré cuando vuelva de vacaciones, así me ahorro de pagar un mes. Tiene sentido, ¿no cree?
ResponderEliminarTomo nota, gracias.
Con el frío? Con qué frío Tolya? No será el de bcn? Ud. que es medio ruso.
Lo de cansarse enseguida a lo mejor es por la contaminación!
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