jueves, 5 de diciembre de 2019

Baal

Era Baal una sombra de lo que fue, si es que algo fue Baal. Y se dejó llevar a la depresión y a la pregunta eterna sobre su existencia y sobre su necesidad. ¿Realmente existió Baal? Con el paso del tiempo, su presencia en la tierra que había creado fue olvidada. Algunas ciudades llevaban y llevan en la raíz de su nombre su esencia. Algunos nombres le recuerdan. Quizás algún poema. Quizás alguna canción. Rarezas que olvidan quién fue Baal. Quién es Baal. Baal se levanta temprano y cree que tiene que ir a trabajar. Es entonces cuando recuerda que es Baal y que no tiene que trabajar y que no tiene que levantarse temprano y que no tiene que desayunar y que no tiene que preocuparse porque es algo o tiene que hacer algo o alguien espera algo de él. Y se sienta en cualquier rincón de cualquier parte y cree que los vagabundos que se juntan en la plaça de Sant Pere o los que duermen en los cajeros de los bancos son otros dioses olvidados como él. Y alguna vez habla con ellos y no les entiende y se siente mal Baal porque cree que esos están peor que él y que si no lo remedia acabará igual Baal. Y se pregunta Baal cuándo pasó todo lo que le está pasando y porqué pasa lo que le pasa. Y quién es él y quién ocupó su lugar. Y piensa Baal que algo hizo mal, que confió demasiado en alguien, que no le dio importancia a según qué cosas. Y lo intenta. Intenta recordar, intenta llegar a aquellos tiempos. Y acepta beber a morro de un cartón de vino. Y mira melancólico a los niños jugar y cree que debería llevar muerto hace muchos años. Y que porqué no muere. Y que porqué se sigue despertando por las mañanas de un tiempo que ya no controla y cree que tiene que hacer algo Baal. Y así un día llegó que Baal no recordó que fue un dios, que fue Dios y que fue Baal. Y sintió que debía hacer algo, y pidió trabajo y lo encontró en un almacén y comenzó a trabajar y a encargarse de la organización del almacén y con el tiempo llegó a ser el encargado del almacén y vio que se le daba bien distribuir, memorizar dependencias, dónde estaba cada cosa, quién era quien tenía que hacer qué y fue subiendo puestos en la empresa Baal. Y le propusieron un trabajo de oficina. Y cuando llegó a un salón lleno de ordenadores y de gente ensimismada mirando una pantalla pensó Baal que había conseguido al fin ser alguien. Y sintió Baal que le faltaba algo, que se encontraba solo. Y una mañana, al despertarse, el mundo, todo, había desaparecido. Y resultó que Baal se había levantado de noche y sonámbulo había destruido el mundo. Y se sintió feliz Baal, porque destruir el mundo y todo solo lo podía hacer Baal.

- Oh Magnífico Baal, lo oculto resplandece y lo que nadie ve aparece!

- Calla Mortal, que tengo que recordar ahora cómo se hacía todo de nuevo. Y ahora procuraré que me recuerden para acordarme.

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