jueves, 23 de diciembre de 2021

La reforma laboral


Y cuando parecía que ya estaba todo el pescado vendido... bum, la reforma laboral del PP queda atrás. Nótese que me cuido mucho de decir que queda derogada, el término derogar siempre lleva a que te pilles los dedos, de tal manera que seguro que desde ya, habrá quien sacará datos para decir que en realidad lo que ha pasado es nada. Y que lo mejor que puede pasar es que no pase nada antes de que pase algo. Pero que pase algo. Porque decir que ha pasado algo sin que haya pasado nada tampoco está bonito. La reforma laboral del PP, que venía a apretar la tuerca o a aflojar del todo la reforma que ya había pergeñado el PSOE solo unos pocos meses antes, supuso un cambio diametral en la forma de entender el trabajo y la duración del mismo. Si ya se había ido desregulando el mercado laboral desde que el PSOE decidió modernizarnos a golpe de liberalismo, la reforma del PP significó que valía absolutamente todo o bien que no valía absolutamente nada. Así, las empresas se podían acoger a esto o aquello, se podían digo como si ya hablásemos de un tiempo ultrapasado, se han acogido a lo que fuera para poder despedirte. Voy a hablar de mí. Trabajábamos en una empresa de publicidad de la serie B, una empresa que hacía anuncios para prensa escrita, publirreportajes para diarios, revistas corporativas, etc. La empresa no iba ni bien ni mal aunque los jefes se esforzaran a contar penas sin cuento por un lado y vivieran como marajás por otro. Los clientes pagaban, las páginas se publicaban y el volumen de trabajo aumentaba de manera exponencial. En un momento lado, el PP aprobó aquella reforma laboral por la que si la empresa aducía pérdidas, podía quitarse de en medio plantilla. Y fue en ese momento cuando nos dijimos en el curro 'pon el reloj en marcha que verás lo que tardan en echarnos a la calle'. Así, empezaron a producirse impagos en los salarios, al principio de manera puntual, luego de manera continuada. Estuvimos cinco meses sin cobrar. Hasta que llegó un momento en que tuvimos que denunciar y de ahí pasaron a despedirnos y de ahí a que no viéramos nuestro finiquito sino la compensación del Fogasa, porque la empresa se declaró... les sonará supongo a todos de algo. Aquello nos envió al paro y con la sensación de que nos habían tomado el pelo en nuestra cara. La reforma laboral del PP permitía eso. Y permite más cosas. Ha permitido la precarización casi total de según que sectores, ha permitido que en nuestra cultura laboral se haya instalado la sensación de que vale un poco todo. Ha permitido que los más jóvenes que entran al mercado laboral piensen que no hay otra alternativa que plegarse a lo que dicen los empresarios y no hay nada más. Permitió que se desprestigiara como pocas veces ha pasado la imagen de los sindicatos de clase, prestigio que poco a poco se va recuperando y esta tarde de hoy es una buena muestra de que se puede hacer, de que algo se puede hacer y que no se pueden asumir las derrotas aunque estoy convencido de que no se asumen, se hicieron huelgas, se movilizó a la gente, pero no sirvió, y el daño ya estaba hecho. Ahora toca pensar que esto servirá para algo, que aunque sea un poco servirá para que no se cometan desmanes, para que a nivel planeta tierra, polígono, restaurante, tienda de ropa, las cosas lleguen. Porque si esto tampoco sirve, poca cosa nos queda ya. Al menos la ministra y compañera lo ha intentado y ahí queda eso. Hoy es un gran día. 

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