martes, 4 de abril de 2023

Crónica del #PleGramenet de marzo. Todo va dabuten.


Todo va bien, todo es fetén. Todo es frambuese. Llegamos al final de la legislatura con el penúltimo pleno municipal en Santa Coloma de Gramenet, nuestra ciudad preferida y cada vez la de más gente. Su ciudad es tu ciudad y es nuestra ciudad. Durante los próximos días y a lo largo de los últimos días, nos escucharán a propios y extraños hablar de una ciudad deseada, una ciudad querida, una ciudad inventada, una ciudad o nada directamente. Nada, también puede ser. También puede ser que hablemos de nada porque no sabemos, no saber es posible. No haber tenido tiempo para saber, para entender, para decir. O bien haber tenido todo el tiempo del mundo para decir y para proponer y no haber podido o no haber sabido. Usted que lee esto posiblemente tenga el voto más que decidido y todo el dinero que los partidos políticos nos gastaremos en campaña y en demostrar que estamos vivos. Hay quien no necesita demostrar que está vivo porque mantiene que todo lo que sucede en esta ciudad se debe, se origina, nace y muere, en su voluntad. Sacrosanta voluntad. Hay quien piensa, por contra, que todo nace en esta ciudad de la epifanía que supuso hace cuatro años su entrada en el consistorio. Y ese advenimiento, aquel coro de trompetas celestiales, no solo debe seguir sonando, sino que todos y cada uno de nosotros debemos rendirnos ante la evidencia de que, ahí están, guiando la recta vía y el recto proceder de lo que ha de ser la política colomense. Penúltimo pleno de la legislatura donde se volvió a demostrar que nada es más fácil que contestar a las demandas de la gente con el memorial de éxitos y las hazañas épicas para tapar lo que estás reclamando como trabajador de Servicios Sociales. Grandes éxitos. Catálogo de proezas. Todo lo que usted me dice no tiene que ver con una visión racional de las cosas colomenses sino con un, pasemos a otro tema. Todo lo que pasa en este municipio tiene una manera de contarse y una manera de digerirse, que usted y yo tenemos absolutamente mediatizada por las anteojeras que llevamos y que nos impiden valorar con ecuanimidad la cosa. La cosa es la que sigue. Este consistorio tiene una mayoría absoluta no, absolutísima, basada en el carisma y la capacidad de asimilar el mensaje de que no hay nada mejor que el voto socialista porque el voto socialista garantiza que Santa Coloma siga siendo Santa Coloma. Naturalmente. Romper con una percepción de lo que es una historia de identificación de Santa Coloma con el ayuntamiento y con quienes lo gobiernan no es fácil. Entender que para mucha gente lo mejor que le ha podido pasar a Santa Coloma es poder llegar a un punto histórico en el que esto de hoy es absolutamente una fantasía porque venimos de donde venimos, es un punto fundamental para poder construir algo diferente. Pensar que la gente vota lo que vota porque esto es un cortijo y que los Azarías de turno van a cambiar porque tú les enseñes que hay otro señorito cortijero en ciernes que trae algo más molón o lo mismo con otro color, no parece. Todo lo demás, es la barbarie, la amenaza de un señor sentado en el banco del público con cara de 'esto me lo meriendo yo con dos palmas'. Y la política colomense se cuela en el pleno municipal aunque uno o una piense que son dos mundos paralelos, pero todo el mundo lo ve y todo el mundo lo sabe. Quizás no te hayas enterado de nada de lo que estoy contando. Pero todo el mundo lo sabe. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario