miércoles, 23 de julio de 2025
Crónica del #PleGramenet de julio. Como estamos en Julio hablamos de que hace calor.
La memoria, si pierdes la memoria, pierdes la identidad y pierdes también el título del texto que estabas pensando escribir. Tenía un titular y lo he perdido. Tenia una frase, algo, y no sé dónde está. Cinco horas de pleno, resumidas en una frase, ingeniosa quizás, quién sabe, se perderá como lágrimas en la lluvia. Tengo claro la foto y el momento de la sustitución de un jarro de agua que se ha calentado por otro jarro de agua fría. ¿Tenía que ver el titular con un jarro de agua fría? No me acuerdo. Dejaré el titular para el final, por si me viene a lo largo de la confección del texto. El pleno municipal del mes de julio fue bastante más denso de lo que suelen ser los plenos municipales del mes de julio, cuando ya todo el mundo está pensando en las vacaciones y se ahorra en tiempo y espacio para descongestionar un poco la cabeza de esto de la política municipal, que ya volveremos en septiembre y a partir de ahí que se encienda la candela. Pero eso era antes, ahora los plenos en julio, como los plenos de diciembre, se aprovechan hasta el último rescoldo ya que cualquier comentario, intervención, sonrisa a cámara o alegato diarreico pueda ser emitido sin compasión. Incluso los plenos de julio, este pleno de julio, da para asuntos de relato ciertamente importantes. Así, por ejemplo, la usual digresión sobre cosas de Blanca Padrós que todo lo convierten en una cosa gris grisáceo, fue mutada en un alegato político en el que, por primera vez creo que en mucho tiempo, el grupo socialista tuvo a bien en calificarse como socialista. Sí, para confrontar con Vox por si fuera poco, Blanca Padrós dijo que el PSC era socialista y que eso tal y cual. Parecerá una tontería, pero no es baladí. Incluso en el comentario del regidor Charkis para defender creo que fue el tema de la moción de los residuos también tuvo un tono ya no confrontativo sino incluso de cierto orgullo grupal. Pero hay cosas de la comunicación política que deberían tenerse en cuenta de alguna manera, o quizás se tienen en cuenta y a mí me llaman la atención y se hacen conscientemente. En el pleno se aprobó inicialmente la Zona de Bajas emisiones para Santa Coloma, tema polémico y que ha ido postponiéndose en el tiempo con el acuerdo expreso de todas las formaciones políticas con representación actual en el pleno que han ido tirando la pelota para delante porque ninguna quiere, incluso las que están a favor, cargar con el muerto de algo que se percibe como un perjuicio para la población colomense, cuando no deja de ser un intento de ganar calidad de vida. De vida. Pero bueno. Ya tenemos la publicación de turno en facebook de los voceros de la gente que piensa que están jodiendo al pueblo obrero cuando lo que más le jode al pueblo obrero es no poder respirar. Que parecerá una tontería. Como digo, para presentar el proyecto, el regidor Atienza hizo una exposición soberbia, reflejando los problemas para la salud de la emisión de humos y sobre lo necesario que era por fin llevar a cabo la implantación de esta Zona de Bajas Emisiones. Daban ganas de aplaudirle y todo, oiga. Pero, durante las respuestas a las barbaridades tanto de Vox como de los submarinos que presenta Vox en cada pleno a hablar como representantes vecinales o sindicales (¿?), así como a la indignada perorata del señor Jurado del PP, el teniente de alcaldesa Toni Suárez afirmó que aprobaban el tema por imperativo legal, para recibir una subvención y que lo hacían además los últimos porque no les quedaba más remedio. La alcaldesa, por si fuera poco, abundó en el tema y dijo que lo aprobaban porque no les quedaba más remedio. Siendo así, este ajuntament, este equipo de gobierno, aprueba las cosas y las legisla sin creer en ellas, sin la voluntad de aplicarlas y sin ver la necesidad de imponer una opinión a los bulos y las contrainfirmaciones y falsedades de la extrema derecha, dando a entender que entiende la indignación pero que ellos no pueden hacer nada y que bueno, al final, tampoco es para tanto. Esto es así con la Zona de Bajas Emisiones, esto es así con la Taxa de Residus y así es con todo aquello que pueda significar perturbar la tranquila vida de los colomenses. Y las colomenses. En el pleno también se dio respuesta a nuestra, la de Comuns, sorpresa por el galardón de Santa Coloma como ciudad más verde de Catalunya y se nos dijo que se habían medido unos parámetros y unos valores y unos criterios por los cuales... vamos que no somos la ciudad más verde, sino la que cumple unos criterios X. Ya nos parecía. Además, se nos dijo (y muy bien dicho además por la otra Mireia del pleno, si yo hubiera hablado así de bien con 18 años sería ya ministro emérito) que no es verdad que seamos la ciudad con menos metros cuadrados de zona verde por habitante porque el parque fluvial, torribera y el entorno. Completar esto con que cogiendo el M30 estás en la playa en un segundo y que la estación del Ave de Sagrera nos permitirá viajar a sitios verdes mucho más rápido. En fin. Si ellos son felices con esto, pues estupendo, pero que lo de vender Santa Coloma como la ciudad más verde de Catalunya es un ligero flipe. Un pleno denso en el que en la cara de un migrante que venía a hacer de palmero de un voxero este mismo voxero le dijo en su cara que sobra gente en Catalunya. Pero el voxero no se dio por enterado. El voxero pidió incluso una palabra para decir que cogía la palabra para expresar una opinión y como José Isbert, decir que esa opinión la iba a dar. La palabra la cogió, reivindicó su derecho y nos quedamos sin saber qué era lo que esa opinión quería lo que fuere. Emisor, receptor, mensaje. Mensaje. El mensaje es que llevamos ya un año de nueva alcaldía y nuevo equipo de gobierno tras la marcha de Nuria Parlón y tocaría hacer un balance de lo que ha sido este primer año de Mireia González como alcaldesa y decir cualquier otra cosa que no sea continuidad pero con otro perfil, sería mentir. Decir que el Partido Popular mantiene la Opa a la badalonina y que no dejan de encontrarse por la calle a socialistas que les dicen cosas. Decir que al de Vox se le apareció Jesús Lobato para decirle cosas sobre coches. Decir que hubo metapleno porque no paró ni un segundo de decir cosas, de aplaudir a diestro y a extrama diestra, de rezongar y de rezongar y rezongar y que madre mía de mi vida qué desconcierto. Y no daré pistas, pero la semiótica nos enseña que nada en el escenario es inocente, nada en la composición de los espacios, nada en la presentación ante la audiencia, nada en el significado y en el significante está dejado al azar y menos en un espacio en el que a veces se tiene que decir cosas que no se pueden decir. Mis dieces. Así las cosas, tenemos ya encarada la legislatura hacia lo que sería la superación del ecuador y los tambores de las próximas municipales sonando en cuanto deje de tronar el último petardo de la Festa Major, que por cierto, la Festa Major. Y calla, que me ha venido el titular. Ídolo.
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