lunes, 9 de diciembre de 2013

Lenin calcula

Vamos a ver. Vamos a ver, vamos a ver. La Revolución. ¿Cómo hacemos para que dure? ¿Cómo hacemos para que esto tenga algo de continuidad y no se quede en un arreón y que luego no pase nada? Es jodido esto. ¿Cómo hacer para que esto tenga algo de presencia? ¿Algo de fuste? ¿Cómo podemos hacer para que una vez que hemos llegado hasta aquí la cosa no se nos quede en nada? ¿De qué manera nos lo montamos para que en cuatro días no esté el chiringuito desmontado? Porque mucho hablar de disciplina y de fidelidad a los valores y todo eso, pero, tal pareciera que si no es por el mero hecho de odiar al otro y de asegurarse un sustento, aquí no se hubiera movido ni la mitad del personal. A ver, cómo podemos hacer para que esto no se quede en nada en dos días. ¿Alguien se acordará de nosotros dentro de... no sé, doscientos años? ¿Seremos simplemente una nota en los libros, como la revuelta de Pugachev, por ejemplo? Una revuelta que pone en jaque al sistema, pero el sistema sigue su curso. A ver. ¿Cómo lo hacemos para que esto perdure? ¿Cómo podemos hacer que lo que hemos puesto en marcha no se quede en una aventura? Tantas penurias hemos pasado, que ahora, pensar que esto se pueda desmontar en cuanto uno de nosotros falte... ¿Y si me pongo malo mañana, o me muero directamente... qué futuro tiene esto? Y no es que diga que yo soy imprescindible, que hay gente muy currante aquí... y también mucha cabecita loca, pero digo, cuando yo no esté, que puede ser en cualquier momento, porque me noto últimamente algo flojo... si yo no estoy... no sé. Si yo no estuviera, cómo nos lo podíamos arreglar para que la cosa no se nos fuese al garete. La cosa. La Revolución. Tendríamos que montar algo rígido, un sistema muy bestia, que la gente nos tuviera miedo, que nos tomase en serio... pero de la misma manera eso se nos puede volver en nuestra contra. Mira Robespierre cómo acabó. Si fuerzas mucho la máquina, puede que la gente se canse de tanta rigidez y... ¿pues entonces qué? ¿Hacemos como que aquí no ha pasado nada y nos conformamos con algo así que no haga demasiado ruido? Nos conformamos con no caer demasiado mal, con no buscarnos follones con las potencias... y eso entonces qué sentido tendría... ¿Para eso tanto rollo? ¿Y eso nos asegura perdurar? No lo sé. La verdad. Entre pitos y flautas, liados como estamos con las cosas del momento no nos damos cuenta de que esto debería tener un futuro. O igual los otros ya lo están pensando y... no sé. ¿Habrá estatuas mías por ahí? Las hay de los zares, de los príncipes, del general Kutuzov... ¿Habrá estatuas de Lenin? No te extrañe, que la gente es muy así. ¿Pero durarán?

5 comentarios:

  1. Oiga, y ud. venga hacer homenajes, y se le pasó por alto de Mandela, o no le hacía tilín este tipo?

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    1. buena pregunta. han sido unos días muy pesados con Mandela. que el personaje se mereciera los homenajes, me parece correcto, pero no me parecía que tuviera nada que decir sobre Mandela que no se hubiera dicho ya. me hacía tilín como dice... pero me escama que le haga tilín a tanta y tanta gente tan diferente.

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  2. Uno hace estatuas pensando en la inmortalidad, y al final resulta que algunas estatuas viven menos que el ciudadano medio. Unos las ponen, otros las quitan, y otros las decapitan. Y así vamos.

    Mire madame Yolanda qué bien pronuncia el ruso.

    Feliz día, monsieur.

    Bisous

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  3. No está mal. Pero creo que lo hacemos unos les disgusta a otros. ¿Cuando lloverá a gusto de todos?
    Lo de Mandela pues ya se sabe "Líbreme Dios del día de las alabanzas" Los dectractores hoy son admiradores.
    Un abrazo y feliz semana

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