miércoles, 26 de noviembre de 2014

Dos huevos

¿Cómo se hace? La gente más o menos creo que lo hace de la siguiente manera. Se levantan por la mañana, muy temprano. Lo haremos utilizando la tercera persona el singular, para crear un personaje genérico y así lo ponemos más fácil. Se levanta por la mañana, muy temprano. Está molesto en un primer momento porque no hay nadie al que le guste levantarse por la mañana muy temprano, siempre y cuando lo que le espere no sea algo o alguien tan maravilloso que en la balanza de 'grandes cosas por las que merece la pena vivir' algo supere a dormir. Se levanta muy temprano y se va al cuarto de baño canturreando. Siempre hay una canción que te viene a la cabeza por las mañanas, tan temprano, tan frío, pero cantando. Algo. Se ducha. Hay gente que se ducha por las noches, antes e ir a dormir. Yo, personalmente, prefiero ducharme por las mañanas, tempranito, aunque haga mucho frío. Se ducha y se viste. Siempre tiene que haber una prenda de las que elijas que te de confianza. Mezclamos personas, pero se irá entendiendo igual. Vamos a ello, que nos vamos. Vaso de leche con colacao, Con alegría, preparando el desayuno con la radio puesta, escuchando las noticias, pero se puede dar el caso de que las noticias sean un rollo y entonces prefieras poner música, una emisora musical. La única emisora musical. Se ha puesto una chaqueta de esas gorditas que le protegen del frío y ha abierto la puerta de su casa.
Tiene que ir a algún sitio.
Ya sabe dónde tiene que ir.
Baja las escaleras con buen paso, porque sabe que tiene que llegar a la hora al sitio al que va. Camina por la calle y saluda a las dos o tres personas con las que se cruza, porque las conoce, porque es una persona afable y que en el barrio es apreciada. Por una cosa o por otra. Y llega al metro y pica el billete y baja al andén y no le importa encontrarse con gente porque prefiere hablar con la gente y contarle cosas, cosas buenas y bonitas, sitios a los que ha ido, películas que ha visto, libros que podría llegar a leer, lo que hizo ayer, la gente a la que reconoció, los compañeros con los que se reencontró, a perder el tiempo leyendo el diario, o mirando el móvil o escuchando la misma música que escucha mil millones de veces. Aunque todo eso también le gusta. Porque es una persona a la que le gusta todo y no le da importancia realmente a nada. Nada es realmente tan grave, piensa. La gente lo hace.
Y hablas en el metro y miras a la gente y quizás has saludado a alguien más que conoces. Te bajas antes, se baja después. Se baja y elige el sentido que coger en el andén. A la derecha, a la izquierda. A la derecha. A la izquierda. Lo tiene claro ya. Va a la derecha. No. A la izquierda. Que no se diga.
A la izquierda y canturreando pero ya no es la misma canción, ahora es otra canción que tiene que ver con algo que ha pasado durante la conversación. Tiene canciones para todo. Sale del metro y está lloviendo, pero no le importa, porque ha cogido muy previsoramente un paraguas. Que no es suyo.
Y tiene que seguir adelante y llegar hasta la puerta del sitio al que va. Y ya ha llegado. Salto temporal.
Y entonces tiene que volver a su casa. Y ha ido todo muy bien. Y tiene ganas de volver a su casa porque cuando llegue tiene que hacer un montón de cosas. Y las tiene todas ya más que pensadas. Y llega a su casa y hace esas cosas tan molonas que tiene que hacer. Y pone algo de música mientras las hace. Caravan, por ejemplo. Pone un disco de Caravan, así largo y denso, que tenga un poco de todo. Y cuando llega la hora de cenar, pues cena. Y cuando llega la hora de ver la tele, pues ve la tele. Y cuando llega la hora de acostarse, se acuesta y se duerme quizás escuchando algo de música o el programa deportivo de turno. Deportes. Volver a los deportes.
Yo no quiero volver a los deportes.
Dos huevos.

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