jueves, 27 de agosto de 2015

Zurda mágica

Como bien sabéis, no soy una persona a la que le guste mucho alardear de lo que tiene o lo que hace. Antes al contrario, me parece que, en muchas ocasiones, me pongo trabas, me obstaculizo a mí mismo a la hora de sacar partido a mis virtudes, si es que las tuviera. Muchos son los que me dicen que debería valorar más lo que hago, lo que tengo y lo que soy, porque podría ser mucho más feliz o bien conseguir un reconocimiento a partir de lo que hago si lo pusiera en valor. Y como quiera que Septiembre es un buen momento para iniciar una nueva época de propósitos y de 'pues voy a', he decidido comenzar a sacarle partido a mi pierna izquierda. También sabéis que no soy muy partidario de las soluciones mágicas, de recurrir al oscurantismo, a lo irracional, que no confío en lo sobrenatural, que tengo poca fe en dioses, amuletos y demás zarandajas, pero eso no es óbice para que, uno mismo, no sea consciente de que lo que es, es. Y contra eso no se puede luchar.
Dicho esto, he decidido volver a sacar a pasear a mi pierna izquierda. Durante muchos años, si habíais notado de alguna manera que vuestro mundo, mi mundo también en definitiva, vivía en un estado de placidez francamente fuera de norma, mucho tenía que ver con mi pierna izquierda. Aunque diestro para manejarme con las manos, en lo que concierne al balompié, soy zurdo por un extraño designio que en sí mismo ya es una señal de que algo extraño, y quizás marvilloso, ocurre conmigo y concretamente con mi pierna izquierda. Esa sensación de bienestar y buena onda que habréis sentido en determinados momentos de vuestra vida, no tiene otra explicación que el contacto de mi pierna izquierda con un balón de fútbol. Los que me conocéis sabéis que si algo me ha gustado a mí en la vida, ha sido jugar a fútbol. Pasear conmigo por una plaza, descampado o terreno cualesquiera en la que niños o mayores jueguen a la pelota, implica que se me vayan los ojos detrás del balón y desee fervientemente que esa pelota llegue a mí. Y cuando llega, golpeo. Chispazo de felicidad universal. Sin embargo, y sin duda debido a las malas artes de algún elemento que no me quiere bien, una terrible lesión en mi pierna débil, la derecha, me ha alejado de forma indefinida de los terrenos de juego. Desde hace años, mi pierna izquierda ya no entra en contacto, ni entrará de manera continuada tal y como lo hacía antes, con un esférico salvo por esas pequeñas casualidades que acabo de comentar.
Y sin embargo, durante estos días de vacación, he tenido tiempo para pensar. Para pensar mucho. Y he decidido que voy a regalar felicidad. De alguna manera. Y esa felicidad la voy a regalar volviendo a poner a mi pierna izquierda, a la zurda de oro, a la siniestra mágica, en el circuito. De la siguiente manera.
Toda vez que ya no puedo practicar deporte como un león desatado tal y como acostumbraba, voy a instalar un pequeño tenderete en la plaza de la Vila de Santa Coloma, en el cual instalaré una silla y si ustedes lo tienen a bien, si vosotros lo queréis, en un horario determinado, puedo pisar un balón durante unos minutos al día y reajustar de una manera eficiente, lo que podríamos considerar el mecanismo por el que la felicidad y la paz cósmica, llega a nosotros. Simplemente pisando una pelota, con mi zurdita, posando mi pie en el cuero, durante unos minutos, sin abusar, creo que podríamos llegar entre todos a alcanzar ese estado que ansiamos y que perdimos en su día por los pecados de otros. Yo creo que sí. Yo creo que si me pongo, lo hacemos. Nada, simplemente pisándola, sin más. Calidad. Toque. Ya no podré aplicar la visión y el gusto y el orden con el que jugaba antes, pero ahora simplemente me dedicaré a los demás. A pisarla y alumbrar al mundo.
Pásamela.

2 comentarios:

  1. Yo he visto cosas que vosotros no creeríais: Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser. He visto ESA zurda pisar un balon mientras en la mano derecha mantenia un botellin fresquito y aparecer un arco iris maravilloso en el cielo.Todos esos momentos se perderán en el tiempo... como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.

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  2. Uyyyyy, qué sube la temperatura en este blog.

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