lunes, 11 de abril de 2016

Sardinas en el Sagarra. Cocoteva de ácido

A tomar viento todo. Insistiré en este concepto durante todo el texto aunque no lo diga explícitamente. Ayer tuvo lugar el tercer pase de Sardinas, la última obra puesta en pie por la compañía colomense Cocoteva, comandada por Xavi Villena, con un éxito de público atronador. Nadie quería perderse una nueva representación de una compañía que está creando un sello propio. ¿Cuál es ese sello? Una obra de teatro, un guión, una adaptación, en manos de Cocoteva no conocerá el límite, traspasará lo convencional y se convertirá en otra cosa, no en una cosa distinta, se convertirá en un desbarre en el que puede que lo importante no sea que nos enteremos de qué está pasando, de quién es quién, de cuál es realmente el argumento, el planteamiento, el nudo y el desenlace, sino de llevar al espectador al límite de sus capacidades para seguirles.
Cocoteva no da tregua. Cocoteva se planta en el escenario y enciende el botón de demolición y el que tenga fuerzas, que les siga. Desde el principio, desde que el actor que representa el papel de director de la ficticia obra que se está representando monta por primera vez en cólera, cosa que sucede nada más considerarse que la obra ya ha empezado, el espectador se ve sometido a un continuo frenesí de apariciones inesperadas, gritos, sobresaltos, enfados, intervenciones extemporáneas, participación del público, actores infiltrados entre el público, puestas en escena que requieren de una explicación o quizás no tiene porqué haber explicación de nada, más cabreos, más sobresaltos, más confusiones, más olvidos del papel, monjas que hacen homenajes adhoc a Chus Lampreave, sardinas, sardinas, sardinas, sardinas, sardinas, y qué signfican las sardinas, y qué significa el oso que aparece en escena, y qué significa la galleta oreo que aparece en escena... ¿y qué más da?
Quizás ese sea el sentido de todo. Soy un humilde español que no tiene realmente idea de nada, pero que siente la necesidad de opinar. Ayer, viendo a Lluís Rabell online durante su intervención en la Assemblea de Iniciativa, hizo una reflexión importante. Dijo, en relación a las confluencias, que la política tiene horror del vacío (podríamos discutir si dijo horror al vacío, pero viene a dar lo mismo). Podríamos decir, y de hecho voy a decir, que la vida tiene horror al vacío y Sardinas, como las anteriores obras de Cocoteva, sienten ese horror al vacío. Siempre tiene que pasar algo, siempre tiene que aparecer alguien en escena que rompa con todo lo que estaba sucediendo, quizás aparezca alguien en escena para hacer exactamente lo mismo que acaba de decir el actor anterior, quizás aparezca en escena otro actor que haga exactamente lo mismo que acaban de hacer los dos actores anteriores.
Yo no he ido nunca al Sonar. He ido, pero no para ver un producto Sonar. No me gusta demasiado la música electrónica, algo, pero poco. Pero las obras de Cocoteva, creo, y me lanzo a una piscina de la cual no sé cómo voy a poder salir, tienen mucho que ver con la concepción de Xavi Villena de su propio planteamiento como músico. Electronik. Encendido, pero sin progresión, no esperen ir ascendiendo, comenzar de tranquis y ya veremos. No, a tumba abierta desde el principio. Como la canción Swastika Eyes de Primal Scream. Pero mucho más bestia. Y tiene que ser así. Quizás cuesta entrar, pero creo que, si se entiende esto, es todo mucho más fácil. Sométanse.
Los actores hacen un esfuerzo titánico manteniendo un ritmo atroz durante toda la obra, cantando, gritando, apareciendo, llamando la atención del público que, creo, muchas veces renuncia a entender nada y se queda con 'qué guapo va el hugo, mira el óscar ahora qué gracioso...', cuando de lo que se trata es de verse sometido a un planteamiento escénico en el que pasa de todo y todo a la vez. Dos tramas, mezcladas, gente que tiene que verse en escena y no se ve, puertas que se abren puertas que se cierran, speed, saltando por la ventana, canciones, un ciego que va a cargarse el escenario.
El tour de force no concluye cuando se da la frase final. Porque al final hay presentaciones, lágrimas, más emociones, todo al máximo.
La próxima representación es en noviembre. Como lo que te dije, esto crea adicción.

1 comentario:

  1. Veo que le ha cundido en finde. Ya me hubiera gustado haber pasado el mío viendo algo de teatro, sí señor.

    Feliz comienzo de semana.

    Bisous

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