domingo, 16 de octubre de 2016

¿Qué harías si te escupieran en la cara?

Hay una luna espectacular. Terrible luna. Pero la perspectiva era ésta. Yo ayer tenía que comprar para hacer albóndigas y me fui al mercado. Compré lo necesario y bajaba por la calle Sant Josep con cierta premura porque había quedado a mediodía o así, a la una o así, para beber. Bebo. Y el Cigala. A según quién esta broma le hace gracia y a según quién no. Bajaba con buen paso hasta que llegando a la Avinguda Generalitat me puse a pensar. Me puse a pensar en que habría mucha gente por la calle, que quizás habrían puesto los tenderetes estos que ponen los fines de semana en la Avinguda y que habría mucha gente paseando, mirando cosas, oliendo panes, probando chocolates, catando salchichones, siendo feliz. Un sábado a la una menos cuarto de la tarde en Santa Coloma, bullendo. Cantidad de gente por la calle. Bajaba yo por la calle pensando en que es maravilloso poder ir con alguien paseando mirando...
Justo en la acera de enfrente de los banquitos estos tan simpáticos de posición dispersa, vi a una pareja. Bueno, le ví a él. La pinta. Por la pinta... bueno. Era un tío delgado, supongo que bastante más mayor que yo, o solo un poco mayor que yo, con el pelo teñido de negro, con pantalones estrechos y una americana. Debajo una camiseta, creo que amarilla y cadenazas de diversos motivos por fuera. A su lado iba una mujer bastante más gruesa, con el pelo teñido de negro recogido en coleta, acarreando unas cuantas bolsas. En un momento, ella se acerca a él y se ponen en paralelo, la calle con un tráfico que da cuenta de que Santa Coloma es una ciudad que vive en la calle y eso. Justo delante del Guinart, donde venden mochilas y cosas para el... ella se queda a su lado y no sé si le dice algo o no. En ese momento él se gira y le echa un salivazo en la cara. En ese momento, digo, él escupe en la cara de la mujer. Eran las doce cuarenta del mediodía en la Avinguda Generalitat y yo lo veía desde la acera de delante, bajando por la calle Sant Josep. No hice nada.
Había escupido en la cara de su compañera, no sé si su mujer, su novia o lo que fuese. Un lapo en la cara. Ella sin querer dar importancia, con un gesto rápido se lo quita y se separa de él. Cruza la calle y se va a mirar el escaparate de la joyería. No he mirado el nombre de la joyería. Él va hacia ella limpiándose el morro, limpiándose las babas del morro. Yo lo miro desde la acera ya de enfrente, en mitad de la calle peatonal, de la Pompeu, como camino hacia la tienda esa de ropa tan chula. Cuando paso al lado del tío hago como que me lo quedo mirando, desafiante. Una mierda para mí, me echa una mirada y me hago el loco. Como digo, me quedo en la acera de enfrente y pienso en hacerle una foto o algo. Luego, bajando, cuando ya he decidido que soy un mierda y no voy a hacer nada, pienso en hacer un tweet.
Un Tweet.
O escribir una entrada aquí.
Escribir una entrada en el blog.
La mujer sigue mirando el escaparate, él hace que va hacia ella, limpiándose el morro y se aleja. Ha escupido en la cara a una mujer en mitad de la calle, de la Avinguda de la Generalitat de Santa Coloma de Gramenet y nadie ha hecho nada. Yo no he hecho nada. Igual es que no lo ha visto nadie, o la persona adecuada, con los huevos suficientes para darle un ostión al hijodeputa ese... pero la mala suerte es que lo he visto yo, que soy un cacas.
Un tío, lo voy a repetir, escupe en la cara a su compañera, a una mujer que a lo mejor no es su compañera, con mejor o peor pinta, con mejor o peor cara, mejor o peor vestuario, sin que mediara discusión, agresividad previa, no sé cómo decirlo, con total normalidad. Él la tiene al lado y le echa un lapo en la cara. Ella se lo limpia rápido y se aleja... y todo sigue igual.
Yo llegué a mi casa, dejé las cosas de las albóndigas, me encontré con los colegas y no les dije nada. Al salir, se lo comento a una amiga que me dice que si llega a verle ella le mete un... pero nadie hizo nada allí, en ese momento. Yo no hice nada.
Ahora, viniendo a escribir esto, por la calle Cultura he visto a una mujer en Chándal pijama comprando cosas en un badulaque. En la puerta del chino que se quemó una chica fuma sola, sentada en el bordillo y no mira el móvil.
Son cosas que pasan.
Hay una luna preciosa ¿verdad?

1 comentario:

  1. ¡Ay, no! ¡Qué asco! Menudo maromo. Eso lo he visto en las películas chungas. No voy a pasear por S.C.

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