jueves, 12 de noviembre de 2020

Neil Young siempre


Neil Young cumple 75 años y toca hablar de Neil Young. Neil Young y los dos neilyoungs. El Neil Young acústico, el Neil Young electroacústico de las canciones que se te pegan aquí y que son como un pequeño espacio para la reconciliación de uno mismo que, en caso de saber uno mismo quién es, emociona. Las canciones calmadas, las canciones tiernas, las canciones que necesitan espacio, canciones que necesitan estar a solas, que necesitan estar a oscuras. El disco After The Goldrush. Empecemos con los recuerdos. El disco After The Goldrush lo tenía Bernabé, no sé si Paco o Berna chico. Me lo llevé a Santa Coloma. Cuando lo escuché busqué lo que a mí me gustaba, que era el guitarreo raca raca y había guitarreo raca raca, Southern Man y When you Dance. Pero eran las menos. Solo dos. El resto eran canciones con piano y guitarra acústica. Incluso una con los Crosby... Y era un disco que te dejaba listo de papeles. Only love can break your heart. En bucle. Cuando escuchas esa canción con yo que sé, 16 años o así tendría yo, no creo que más. No lo sé. El caso es que no sabes lo que significa esa canción hasta que te pasa. Y luego lo entiendes todo. Muchas canciones diciendo muchas cosas que entenderás más tarde. Como el disco Harvest. Y la canción archifamosa Heart of Gold y todas las canciones de ese disco menos las que son como orquestrales que no las he aguantado nunca. Esas canciones como Harvest Mon de otro disco que no recuerdo o las que eran acústicas en el disco Rust Never Sleeps que era la mitad acústico y la mitad eléctrico. El Neil Young acústico con su armónica, tan auténtico.

Pero lo que de verdad me gusta de Neil Young es el desgarro eléctrico. Hay un vídeo de George Harrison diciendo que no le gusta ni cómo canta ni cómo toca la guitarra. Solo comentaré una canción o dos. Cinnamon Girl. Cinnamon Girl es la canción que condensa todo lo que a uno le tiene que gustar del rock. Una canción con un riff machacón, un punteo que no es un punteo sino que es un puñal y una letra que dice todo lo que una canción de rock tiene que decir y que parece una canción de tantas cosas que la puede versionear el Entwistle de los Who y parecer a la vez una canción de los Teenage Fanclub o de cualquier grupo indie o noise de la vida mundial. Es la canción que te descargabas las primeras veces que tenías oportunidad de descargarte música y pensabas que esa canción, por fín, estaba en tu vida y que ya no se te podría escapar. Chasing the moonlight, my cinnamon girl. Chica. Necesito otra oportunidad. Con esas palmas para enfatizar y ese punteo loco al final sin sentido. Es la canción con la que uno piensa, si Neil Young es el autor de esta canción yo voy a ser de Neil Young toda la vida. Y lo eres. Y un día, en el Virgin Megastore, que lo iban a cerrar y todo estaba como más barato, te compras el Rust Never Sleeps y ahí está la segunda canción. La segunda canción es la primera de la parte eléctrica y es Hey Hey My My (into the black). Y solo el riff con el que empieza ya te gana para siempre. Y era yo pequeño y no era tan pequeño, que era chaval y dieron en el sputnik un concierto de la gira Weld. La que hizo con Sonic Youth de telonero de tal manera que cuando sacó el disco incluyó otro solo de distorsiones para demostrarle a Sonic Youth quién era Neil Young. En ese vídeo interpretaba esta canción y era una auténtica locura. Tú eras de Neil Young absolutamente para siempre y desde entonces creo que bailo y me muevo cuando canto y cuando estoy en cualquier sitio y una canción me gusta tal y como se mueve Neil Young en ese vídeo. Dando como patadas al suelo, machacando. Y de todas las imágenes que me han impresionado del mundo de la música y de la vida en general, pocas como la de la señora de la grada en ese vídeo, una señora que debe tener la edad que tengo yo ahora, siguiendo el riff machacando la mano con el puño, así, pam pam pam. Esa sensación de machacar. De joder a la mierda todo. El rockanroll no va a morir nunca. Porque no hay nada como una descarga eléctrica de Neil Young con la Gibson a raca raca. En las largas en las cortas. En esas tres canciones seguidas del Zuma. Stupid girl, Barstool blues y Drive back. El Zuma también  me lo llevé de casa de Berna. Don't cry no tears about me. Otra canción que te vuela la cabeza y que la entiendes, esa sí, ya entonces y ahora. 

Y solo he visto a Neil Young una vez. En el Primavera Sound. El mítico día que vimos a Neil Young con el Oscar. Y al salir me compré la camiseta rosa de Neil Young que todavía me he llegado a poner después de 12 años como poco. No lo sé. Camiseta rosa de Neil Young. 

Y me leí el libro que escribió sobre su vida y sus trenes y sus aparatos para escuchar música. Y la historia de sus hijos. Y su cabecita que la tiene él también. 

Para siempre de Neil Young, en cualquier circunstancia y lugar. 75 años el perla.  

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