martes, 12 de enero de 2021

Capítulo 2. Vermut


¿Cómo decís en Santa Coloma hacer el vermut? ¿Decís vermut? ¿Decís cañas? ¿Decís unas cervezas? ¿Unos vinos? ¿Vermut? ¿Cómo lo decís? ¿Todos podéis salir a echar el vermut un sábado o un domingo a mediodía? ¿Os levantáis, hacéis como que hacéis algo y luego os vestís medio medio y os vais a echar el vermut? ¿Sí? Me interesa. Aunque no me podéis contestar porque esto es una novela y yo soy el autor y aquí no funciona el 2.0 y no hay ese feedback de la respuesta. Feedback ya es respuesta y redundo. Vermut. En Santa Coloma. Domingo a mediodía, el Pistolas se ha ido a dar una vuelta por ahí por reencontrarse con la ciudad y se va a tomar un vermut. Se pasa por Cansis. Allí está su gente. 

- ¿Qué pasa tete? Dame dos besos ¿no? Me he enterado que has vuelto al pueblo ¿qué ha pasado?

- Va, nada. Tuve que ventilarme a alguien que me estaba tocando los huevos y me he tenido que venir para aquí un tiempo para quitarme de en medio. 

- Ostia tete qué dices. 

- Ya ves. Pero no vayas ahora tú por ahí…

- No, joder. 

El Pistolas se ha ido a encontrar en la barra de la Sant Carlos a la Laia. La Laia es una conocida del grupo. Del grupo dentro del grupo que conoce pero que es de otro grupo. Se ven casi siempre. Laia era amiga de una amiga que estaba con un colega. O era un colega que estuvo con Laia. O puede que Laia y el Pistolas se liaran alguna vez. Esto último yo no lo sé, pero vete tú a saber. El Pistolas ha sido siempre muy de no ir contando las cosas por ahí. Y hace bien. Porque yo no lo hago. Yo voy largando siempre. Poco o mucho, pero se me acaba escapando. Porque me va lo de comunicar. Comunicar es para mí tan importante que ahora mismo me estoy pasando de comunicar y no estoy yendo a lo que tengo que ir. La Laia se encuentra con el Pistolas en la barra y le pregunta. Y el Pistolas le suelta la primera barbaridad que se le ocurre. La Laia hace como que le sigue el juego, se ríe, se va con dos medianas fuera. El Sant Carles. El Sant Carles, o Cansis, es el bar en els Jardins de Can Sisteré donde se reúne la chavalada revolucionaria y alternativa de Santa Coloma. Al aire libre. En invierno o en verano. La gente que está en las mesas, la gente que está bajo los soportales, la gente está incluso dentro del propio bar. El bar lo regenta una familia china, aunque los habituales conocen los nombres y ellos ya se han acostumbrado digamos que a la informalidad de la parroquia. No es la misma gente la que ocupa cada uno de estos espacios. La gente de fuera, la gente bajo los soportales, la gente de dentro. Hay gente que se desparrama por los bancos de fuera. No todo es gente joven y con toda una vida de acción por delante. También nos encontraremos en Cansis a gente que ya estaba en Cansis antes de que tú supiera lo que era Cansis o que aquello se llamaba Cansis. Yo no he sabido que se llamaba Cansis hasta hace poco. Antes eran Los Pinos. La peña de Los Pinos. Nosotros nos íbamos de pequeños a jugar a Los Pinos a fútbol cuando salíamos del colegio, jugábamos partidos contra el Argos. No nos gustaba el Argos y el Argos era igual que nuestro colegio. Nuestro colegio tampoco nos gustaba. Los Pinos, no vayas a Los Pinos. No vayas a la Plaça de la Vila, no te metas entre esos árboles de la plaza, no bajes a esos bancales a buscar nada, que te puedes pinchar. La magdalena de Proust o las pelotas hechas de celo. Can Sisteré y sus jardines. Justo al lado del Centre d’Art Can Sisteré. Ya que he hablado del pasado, hablaré del pasado. En Los Pinos se movía el Papi. Cuando éramos chavales ya existía el Papi. Cuando pasaba por la calle del cole había quien le hacía rabiar gritándole Franco, Franco. Decían que Franco se había llevado a su mujer y que por eso se había vuelto loco. Con el paso del tiempo el Papi seguía estando por Los Pinos, o por Cansis, y allí andaba con su guitarra arriba y abajo. No oigo la música de violines en mi cabeza para que el momento sea lo suficientemente melancólico y que quede este trocito de texto lo suficientemente sentido, ni siquiera encuentro la música que anuncie el anticlímax que supone contar de manera ciertamente poco afortunada que el Papi se murió en Cansis. Y que allí mismo tiene una suerte de memorial. Y que el Pistolas era de los que cuando el Papi se acercaba a la mesa era de los que se encontraba incómodo. Algunos de sus amigos están allí. Ahora mismo, tomando el vermut. Unas cervezas. 

- Me salgo fuera con las cervezas, estoy con estos. ¿Te veo ahora no? ¿Y me cuentas?

- Me tomo un par y me voy a comer con la familia, a ver si nos da tiempo.

- Joder nen, qué formalito que vienes.

- Es que tampoco puedo dejarme ver mucho por aquí, sabes, si me ven los malos con lo que hice en Barna, al final me como un marrón.

- Que sí, que sí, anda.

Se pilla la birra y sale fuera un poco haciéndose el tal para no salir detrás de la Laia y se va a la mesa que han pillado un par de colegas. El Marc y el Miquel. Mac y Mic. Se conocen desde el Insti. Ahora no voy a contar lo del Insti que estamos con lo de Cansis. El vermut. Un par de cervezas. El Pistolas ya les ha contado durante este tiempo toda la movida y no van a hablar más del tema. El Pistolas tiene proyectos y no quiere que se le pegue el muermo de Cansis. Quiere hacer cosas. El Pistolas no quiere pasar mucho tiempo en Cansis. El Pistolas tiene algo en la cabeza. Mac y Mic le van preguntando y le van animando porque para eso están los colegas. Mac y Mic trabajan juntos. Mac y Mic tienen una imprenta. Mac y Mic tienen unos treinta y pico. El Pistolas tiene la misma edad. De hecho podemos decir que, con exactitud, el Pistolas tiene 38 años. Se piden unas bravas aunque el Pistolas les dice que tiene que irse a comer. El Pistolas no para de saludar a gente que se le va acercando a la mesa. La Laia viene otra vez. Se sienta en el pico de la mesa. le pregunta:

- Y si no te pilla la poli, ¿qué vas a hacer con tu vida?

- Pues tengo alguna idea en la cabeza, pero no aquí, seguramente me piraré otra vez. Quiero irme a Inglaterra. Tengo ganas de hacer algo por ahí. 

- Hostia qué guapo. 

Saluda a gente que no conoce, a gente que conoce, gente que le ha visto alguna vez, peña que va con peña, otros que conoce y que no le dicen nada, tú le conocías y no le has dicho nada, lagarto. Tú, sí, tú, tú que estás leyendo y estás ya con el morro torcido pensando que esto es otra mierda de novela que cuenta historias sobre esas personas que son el cemento de la vida o la sal de la tierra y que tú quieres otra cosa, especial, otra movida. O quizás algo que se parezca a lo que realmente tú has vivido en Cansis, en Los Pinos, en tu calle, en tu bar. No nos vamos a pelear ahora. Tendremos tiempo. Mac y Mic viven juntos. Mac y Mic son pareja desde antes de salir del Insti. Mac y Mic tienen algo que decirle al Pistolas. Os vais a cagar ahora con esto, el Pistolas no se llama Pistolas. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario