domingo, 21 de febrero de 2021

La violencia


La juventud sin futuro está quemando las calles. La juventud a la que durante un año se le han frustrado los medios de expresión, se ha levantado. ¿Cómo podemos medir lo que está pasando en las calles? ¿Qué pasa con nuestra juventud? Estas afirmaciones y estas preguntas me llevan asaltando en twitter y los medios por los que me voy informando de lo que pasa en el mundo desde hace unos cuantos días. Y con el mismo conocimiento de las cosas con el que opino sobre el resto de cosas voy a lanzarme a opinar, porque este blog no se llena solo. Leo opiniones ponderadas, otras ya ni las consulto, otras las doy por sabidas. La juventud sin futuro. La juventud cabreada. La libertad de expresión. Pablo o Pedro Hasél, como se diga. 

Las manis son manis. Las manifestaciones de toda la vida han terminado con un grupo de personas que no tienen suficiente con hacer el recorrido al uso y deciden emprender la revuelta por su cuenta. Contendores ardiendo, carreras por las calles, algún escaparate roto. Eso es así. No es bueno o es malo, es así. La policía pega. La policía enseña sus armas incluso en las manis a las que yo voy, las manis oficiales, las manis de los sindicatos que no son más que herramientas del sistema para perpetuarse. Incluso allí, para vigilarme a mí, que colaboro con el sistema para oprimiros, hay furgonas de la poli. Imaginaros para repartir leña a gente que realmente está por la labor del cambio ya y ahora. O ahora y ya. Leña. La policía da leña, la policía no da leña porque esté programada para dar leña, que suele ser le programación habitual, la policía da leña porque tiene instrucciones políticas para dar leña. La policía es así. No la ordeno yo. No se ordena sola. Servir y proteger. Condenar la violencia policial desde los gobiernos es un síntoma. 

Dicen que hay más violencia. Dicen que no hay gobierno. En Catalunya el mensaje oficial es el de suscribir de manera tácita o explícita el contenido de las manifestaciones de las personas que al final terminan expresándose de manera poco tranquila. En Catalunya, el mensaje oficial es que eso pasa por que no somos como deberíamos ser y que si fuéramos de otra manera, si Catalunya consumase su emancipación, estas cosas no pasarían. El cabreo de la juventud, de esa juventud que se manifiesta, está entoncees de parte del mensaje oficial. Deberíamos estar emancipados. Ser libres. Y estas cosas no pasarían. Pero recibir leña y saltar ojos, se saltan igual. Así, una chica puede ver cómo su ojo se vacía y al mismo tiempo los responsables de saltar ojos comprender y entender que esas manifestaciones tengan ese tono que tienen porque no somos libres. 

No hay libertad de expresión. Un cantante, por interpretar canciones con letras de contenido provocadoramente inamistoso hacia el sistema, entra en prisión, al sumarse la denuncia de estas letras a su propio comportamiento digamos que también inamistoso de palabra y de obra con otros miembros de la especie. Libertad para Pablo Hasél, mañana. Mañana mismo. Simpatía nula hacia Pablo Hasél. Y simpatía nula hacia quién le ríe las gracias a un mensaje. A una forma de hacer. El otro día en el APM?, órgano de expresión de lo que se lleva y lo que no se lleva en la Catalunya oficial y que cuenta para algo, Pablo Hasél era entrevistado horas o días antes de ser detenido. En ese trance, el entrevistador y Hasél aprovechaban para ponerlo a huevo para cagarse en 'Podemos'. Entre las risas del entrevistador, el mensaje llega. Yo, que quiero que Pablo Hasél esté en la calle, debo hacer como que no escucho, pero lo escucho. Todo vale, el entrevistador se ríe, todo el mundo se ríe, Puta Espanya. En otro corte, en un programa deportivo, un tertuliano se caga en Espanya nosécuantas veces. Que debe hacer  mucha gracia. La juventud cabreada. No hay libertad de expresión. En una televisión pública tienes derecho a cagarte en Espanya, en Podemos, las veces que quieras. Ojalá un programa en el que cagarme en Catalunya cada día. Nadie se acuerda de Eskorbuto cantando A la mierda el País Vasco. Ya les metieron en la cárcel y nadie se acordó de ellos. Porque iban por libre. 

La juventud cabreada. ¿Es esa juventud la cabreada? Hay una juventud movilizada, organizada, que responde a convocatorias y que tiene un proyecto. Lo que es perfectamente normal, siempre lo ha habido y siempre lo habrá. Pero hay una juventud cabreada, sin futuro, casi sin tanto futuro como el que tienen ante sus pantallas organizando la revuelta, que no se expresa así, que no tiene esos cauces de expresión. Digo más, que siente que no tiene a un Govern o a unos medios de comunicación, que les alienten y les comprendan. No se pueden criticar esas movilizaciones. Yo tampoco lo hago. No son la expresión de una juventud cabreada. Son una juventud cabreada y organizada, en este caso, para expresar un tipo de descontento. Puta España. Puto régimen del 78. Puto consenso. Puta Podemos. A grandes rasgos. Nos hace gracia, nos reímos, mola. Hay otra juventud cabreada, que no saldrá ahí, que ni siquiera saldrá robando en la Nike, que está fuera de Catalunya. Que está fuera de la Catalunya Catalana. Que está fuera y que ya ha encontrado su expresión, o pasando de todo absolutamente porque ni sabe, ni entiende, ni le interesa porque con sobrevivir ya les vale o porque ya vota a VOX. No son lo mismo. Saben que votan a VOX porque están fuera, porque no le importan una puta mierda a nadie, porque los medios se ríen de ellos, porque puta España, porque libertad Pablo hasél que no sé ni quién coño es. Esa juventud no tiene quién les escuche y todavía no tienen quién les organice. Hay otra juventud, esa que sí que está organizada que todavía interesa en la calle, que todavía interesa quemando cosas, que recibe palos, claro, que se juega los ojos, claro, pero las responsabilidades se cargan hacia otro sitio. Hace exactamente una semana, el Govern que detenta el poder de la poli autonómica ha revalidado prácticamente los mismos resultados. La izquierda alternativa que está llamada a hacer revalidar esa mayoría, llama a la gente a las calles y al mismo tiempo negocia para repetir el apoyo a esta gente que parece que está y no está.

La situación política en Catalunya es demencial. Pero tiene un sentido. Gobiernos que no gobiernan, que reprimen pero no reprimen, que alientan a la revuelta pero que se cuidan mucho de perder su parte del pastel. Partidos que concurren a las elecciones en representación de ideas que son las de la buena gente y otros que lo hacen para olvidar lo que pasa. 

Libertad de expresión. Ahora diré cosas que ya he leído. Atacar la sede de El Periódico, por ejemplo. Libertad de expresión o hablamos de otra cosa. Tendré que salir en defensa de un medio en el que he colaborado y eso parece feo. Pero es que. Es libertad de expresión o es cambiar de sistema. Y ese sistema que usted me propone, ¿se parece en algo a la libertad? ¿Puede ser mi referente en este tema Pablo Hasél? ¿Lo es alguno de los cantantes o artistas que he escuchado y con los que he disfrutado por decir barbaridades? Eran barbaridades compartidas antes y no ahora, porque me hago viejo y mis ideas políticas han variado o es que antes eran mejores y los de ahora son mierda... yo que sé. 

La violencia. No tendremos gobierno. Aunque lo tengamos, la tónica será la misma. Cualquier cosa que se haga o se diga será para lo mismo. Una parte de la sociedad, ha asumido como propia la protesta y no cualquier protesta. Aunque estén en su casa tranquilamente, solidaridad con los que se juegan que les salten un ojo. Otra parte de la sociedad, mira todo esto y sigue rumiando de qué manera a ellos les va a tocar expresar su protesta. Por ahora ya son 11 diputados de VOX, a los que seguiremos ridiculizando, ignorando, considerando ajenos a nuestra realidad, como a todos sus votantes. Al final no hablamos ni de disturbios, ni de antidisturbios, ni del modelo de policía. 

Al final hablamos de porqué Canadell puede parecer cercano a los que protestan hoy en las calles y los jóvenes cabreados que votaron a VOX el domingo son el enemigo. 

Al final hablamos de Ada Colau poniendo un tweet diciendo que libertad pablo hasél y Ada Colau es mierda y Ada Colau haciendo un tweet diciendo que la protesta bien, pero que destruir la ciudad, ojito y entonces Ada Colau mierda. Y al final hablamos de lo mismo.

Al final hablamos de populismo de derechas y de populismo nacionalista aprovechando las coyunturas y manteniendo su relato. 

El relato. La violencia. El fuego. La libertad de expresión. Al final, todos los picotazos van a la cresta. 

Foto robada al Coco del pasado 18 de febrero.

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