martes, 9 de noviembre de 2021
Tarde y mal
La primera vez no me di cuenta. Iba a contar la historia larga pero al final os contaré la versión corta. La primera vez no me di cuenta. Me estaba apurando el culo de una cerveza caliente y a punto de irme porque no encontraba a nadie conocido, cuando entró con dos o tres amigos más. Venían de una obra de teatro, de escuchar a otro amigo que cantaba, de algún recital de poesía de alguien que formaba parte del grupo. Ella venía con ellos y no me di cuenta. Luego me dijo, cuando ya era demasiado tarde, que venía mucho por aquel bar. Yo era la primera vez que iba, me habían dicho que allí estarían y no estaban. Unas semanas después volví. Y volvió a aparecer. Me fijé porque el vestido era el mismo. Volvía a estar acompañada de amigos y amigas. Se reían y no paraban de bromear unos con otros y de darse abrazos muy fuerte y de palmetearse las espaldas con mucha efusividad. Yo había ido con otro amigo. Esta vez sí que nos encontramos. Charlamos. Estábamos a punto de irnos cuando ella me dijo que me conocía. Se había acercado a la barra para pedir algo y me preguntó si yo era Tal. Efectivamente, le dije. Siempre me gusta decir efectivamente en lugar de afirmativo o sí. Efectivamente. Quiso dibujar una sonrisa en su rostro pero se contuvo. Ya era demasiado tarde. La primera vez no me había dado cuenta, pero la segunda vez ya no podía dejar de mirar hacia la esquina donde estaban. Llevaba el mismo vestido. ¿De qué me conocía? Empecé a repasar la historia de mi vida para saber en qué momento yo... mi amigo me sacó de dudas, ella era Cual. Ahora lo entendía. Claro que nos conocíamos. Pero hacía mucho tiempo. No me había dado cuenta. Pero ya era demasiado tarde. Nos fuimos y no volví a aparecer por allí hasta unos pocos días después. Había quedado con una amiga para tomar algo. Le dije que había descubierto un bar. Se vino conmigo. Fue ese día cuando la volví a ver. Volvía a venir con unos amigos de algún tipo de actividad cultural que no supe adivinar. Volvió a aparecer por la barra. Me dijo entonces, fue ese día, que venía mucho por ese bar porque yo le pregunté si venía mucho por ese bar. Ya era demasiado tarde. No me había dado cuenta.
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