miércoles, 30 de diciembre de 2015

Los libros de 2015

Poniéndome en evidencia. El repaso de los libros que he leído este año. Fiasco total. Jamás, digo, jamás he leído menos. Sea por lo que sea, no me he puesto a leer como solía. Puede ser bueno, puede ser malo. ¿Lo he echado de menos? No. A veces. ¿Por qué no he leído como siempre leo? No han tenido culpa los libros, ni que me guste menos leer... la vida. Supongo que es la vida. El reto consistía en leer 50 libros, tal y como proponían en su tiempo en La Página Definitiva. Ni siquiera tengo constancia escrita de los libros que realmente he leído y hablo de memoria. Ahí voy. Fiasco total.
1- Odei A. Etxearte - De suburbi a ciutat. El Pla Popular de Santa Coloma de Gramenet. Un libro fundamental para entender la Santa Coloma de los años setenta y de cómo evoluciona durante los ochenta hasta convertirnos en lo que somos ahora. En un libro ameno, la periodista colomense nos hace un repaso de lo que fueron las luchas vecinales y políticas en la ciudad, cómo se articularon los movimientos, cómo las demandas vecinales cristalizaron en el Pla Popular y cómo se aplicó o se dejó de aplicar. Con testimonios de protagonistas, cobra una importancia mucho mayor una vez que este mismo año nos dejó Lluís Hernàndez, uno de los protagonistas del libro. Un libro que todos los colomenses de bien deberían tener en su casa. Y las fotos son muy chula. No sé qué más.
2- Javier Pérez Andújar y Joan Guerrero - Milagro en Barcelona. Con imágenes de Joan Guerrero, Javier Pérez Andújar hace un repaso por el paisaje humano de la Barcelona, la Santa Coloma y otras ciudades de la periferia de hoy en día, en relación con lo que el propio Joan Guerrero, tarifeño, se encontró cuando llegó aquí. Fotos de la cotidianeidad, y unos textos en los que el cariño hacia la gente que menos tiene, se tiñe de una mala leche que espanta hacia los que lo tienen todo y siguen negando el pan y la sal a todos nosotros. Me moló mucho este libro, quise leer más de Pérez Andújar. Pero ahí me quedé.
3. Quima Utrera - Lluís Hernàndez. El Capellà Rebel. Una vez que falleció Lluís Hernàndez llegó a mis manos (qué forma tan repipi de decir 'me dejaron',) el libro que hace ya unos años escribió Quima Utrera junto a y sobre Lluís Hernàndez. Es un libro finito y que también debería ser un poco como el libro rojo de Mao. En todas las casas, uno. Sirve para conocer de manera sencilla y sin mucha santificación, la figura del que fuera alcalde de Santa Coloma durante las primeras legislaturas, así como un referente de las luchas vecinales, políticas y todo un personaje que merece no un libro así de finito, sino quizás una biografía de varios tomos. Sea como sea es un libro bien bonito que nos dice mucho de cómo veía la política una persona muy poco dogmática y a la que merece la pena releer.
4- Montserrat Suáñez - La Corte del Diablo. Este libro me costó una eternidad leerlo. No porque fuera malo o bueno, es que no tuve lugar. Entré en una nebulosa de implicación en diversos temas que me impedía dedicarme a leer. El libro es muy divertido. Y es la primera novela de mi amiga Montse. La Dame Masquée. Con un sentimiento de culpa enorme por no poder leer el libro al ritmo que se merecía iban pasando las páginas atoconvenciéndome de que la intriga en la corte de Carlos X me estaba gustando. Luego, otra gente a la que he dejado el libro, me reafirmaron en que, efectivamente, era un buen libro, divertido, como es La Dame Masquée como nos cuenta sus cosas en sus blogs. Que no se quede ahí.
5- Pierre Lemaitre - Vestido de Novia. Una novela de intriga. Una mujer que parece que se ha vuelto loca y que no sabe qué le pasa pero por donde pasa, siembra el pánico. El libro fue un regalo y en un principio lo acogí con recelo. No sabía nada del autor, no sabía nada de nada... qué es esto. Pero como tengo mucha fe en la persona que me lo regaló, sabía que no me iba a defrudar. Te engancha y no lo sueltas. Te lo puedes leer casi de un tirón, no por que sea facilón, sino por que es entretenido a más no poder, con un desenlace sorprendente. ¿Qué más se puede pedir?
6- Benito Pérez Galdós - Tristana. Mi primer Benito Pérez Galdós. Cuando acabé me dije... oye, este libro mola mucho y me voy a leer más libros de... pero nada. Un libro que empieza pareciendo divertido, esperpéntico, y se acaba convirtiendo en a) un dramón de tomo y lomo y b) un canto a lo irremediable de la desgracia cuando eres un desgraciado. Si naces para martillo, del cielo te caen los clavos. Está escrito de puta madre, así de claro. Es gracioso cuando tiene que serlo, chungo cuando nos tenemos que poner en lo peor, y la historia y los personajes tienen una miseria moral e interior que le deja a uno un cuerpecito bueno bueno.
7- Manuel de Pedrolo - Mecanoscrit del segon origen. Este libro ya dije que me lo tenía que haber leído cuando era chaval, pero no pudo ser. Cayó tarde, pero cayó. Y me gustó bastante. Está muy bien. Si me lo hubiera leído cuando tocaba, pues eso que me hubiera llevado. La historia de un cataclismo contada con un 'me meto en el agua y cuando salgo no hay nada', es de un morro enorme, pero oye, se lo cree uno. Y todo lo que le cuentan a uno después, pues es creíble también. No ví la película que hicieron después, ni ganas. O sí. No sé. Cuando la pongan en la tele ya me lo pensaré.
8- Neil Young - El sueño de un hippie. Uno de los regalos de mi cumpleaños que no me leí hasta... en fin. La autobiografía de Neil Young contada como a Neil Young se le va ocurriendo. Ahora me paro aquí, ahora me vengo para este lado, ahora te cuento esto y ahora me acuerdo de aquel. En realidad es un libro en el que Neil Young viene a decirnos que lo que le mola es tocar música y estar con sus colegas, que ha tenido unos hijos a los que les tenía que dedicar más cuidados de lo normal y que ha hecho lo que ha podido y que, bueno, pues que se hace lo que se puede. Con sus coches, con sus trenes, con sus guitarras. Es Neil Young y le vamos a querer igual.
9- Joan de la Vega - Bare Nostrum. El último del año. Me lo regaló el autor creo que durante la campaña electoral de las municipales... creo. Ahí lo he tenido hasta ahora. El libro le remueve a uno los recuerdos de todos esos años pasados recorriendo, peregrinando por los bares de Santa Coloma, pasando noches, tardes, mediodías, haciendo como que estar en el bar, en ese bar, escuchando esa música, era lo mejor que te podía pasar. Y no era así. O sí. Dejar las cosas en duda me permite que todo lo que escribo no sea tomado en consideración y es mejor así. Para los que hemos sido y somos muy de bar, es un libro que puede llegar a doler.

Nueve libros en un año es una auténtica vergüenza. Espero que el año que viene la cosa mejore. O no. Porque leer libros no es la vida. Prefiero vivir a leer. Si tengo que elegir, prefiero otro año sin leer, incluso leyendo menos todavía. Prefiero vivir. No sé si me explico bien.

3 comentarios:

  1. Entiendo que soy responsable de tu sequía lectora. Y no sé si alegrarme o maldecirme...

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  2. Oiga, hay tiempo para leer y para vivir, para todo. Hay que sacar un poquito de tiempo cada día y leer unas páginas al menos!

    A mí también me gusta Benito Pérez Galdós. He leído Fortunata y Jacinta, La desheredada, y ahora no recuerdo si alguno más. Pío Baroja también está muy bien. Son esos señores que, como nos los intentaron meter con calzador en el instituto, les cogimos asco o algo, ¿no? Pero no se lo merecen, pobres.

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