jueves, 24 de mayo de 2018

Badalona. L'Hospitalet. Santa Coloma. Condado de Orange.

A estas horas está pasando algo en la Diputació. Han entrado para investigar cosas de Convergència, cosas del pasado y que ya no tienen nada que ver con nosotros. Cosas que no vienen al caso. Vamos a lo que pasó ayer y a lo que pasó antes de ayer y vamos a ver qué va a pasar.
Resulta que ayer salta la noticia. Finalmente el PP le cede la bandera al PSC en Badalona y apoyarán al candidato socialista en la moción de censura para desbancar a Dolors Sabater de la alcaldía. El pacto es PP, PSC y Ciudadanos. Pongo al PSC en medio para que se vea menos y que la vergüenza de ver el nombre del partido de tanta gente digna ahí no sea tan grande. Badalona. En Badalona un pacto entre diversas fuerzas de izquierda se materializa hace tres años para que el señor Albiol del PP no acceda a la alcaldía. El PSC con sus tres concejales es clave. Pese a que la candidata y la candidatura de Guanyem Badalona en Comú (ya lo de en Comú lo van quitando), es netamente independentista y para el común de los mortales básicamente 'son la Cup', prima el hecho de no facilitar nuevamente la alcaldía de una de las ciudades más importantes de Catalunya para la derecha.
Bien. La situación que estamos viviendo en este país es tan lamentable que finalmente, el PSC de Badalona ha escuchado lo que parece ser un clamor de su gente para que no apoyasen más a una alcaldesa independentista. Y que se hiciera lo que hiciera falta. Antes con el PP y con Ciudadanos que con los demás. Da igual si en los demás está Podemos, ICV, EUiA... ya estamos señalados, somos colaboradores. Nadie quiere colaboradores con los independentistas. Estamos llegando a cotas de absurdidad que dan miedo. A falta de un año para las elecciones municipales todo está patas arriba. La llegada de la marea naranja, el efecto Ciudadanos, hace que los partidos 'no indepes' o 'constitucionalistas' o partidarios de que todo esté como estaba o avanzar hacia la recentralización, se mueven. Hacen lo que sea. Lo que sea es pactar con el diablo. Lo que sea es detectar que su propia gente finalmente ha picado el anzuelo. Ya no importa ser de derechas o de izquierdas. Importa cuantas barras tiene tu bandera.
En Hospitalet Ciudadanos ofrece la candidatura para las elecciones municipales a Celestino Corbacho, ex alcalde histórico del PSC en la ciudad, ministro y persona de mucho, mucho peso. Si se confirma, el golpe puede ser terrible. El enfrentamiento puede ser feroz. Si Badalona es importante, Hospitalet es casi el doble. Un socialista o ex socialista, prefiere presentarse con un partido netamente de derechas para, se supone, enfrentarse a una deriva soberanista (¿?) de su partido de siempre. La resituación es total. Un cambio del que no tenemos todavía plasmación real hasta que no veamos los resultados de las próximas elecciones. Es decir, vamos a un escenario en el que las políticas municipales parece que van a contar menos que el tema nacional.
Y el tema nacional es de derechas.
En Santa Coloma todavía estamos esperando a que nos toque. El férreo control del PSC sobre la ciudad, parece que les libra de lo que está sucediendo en otros lugares. Pero algo se mueve. Algo va a pasar. Ciudadanos dará algún golpe de efecto en el tema listas. Y el PSC de Santa Coloma, que alardea siempre de ser el PSC de Santa Coloma y no el PSC ni el PSOE tendrá en algún momento que atenerse a lo que desde la dirección se impone. O no.
Badalona fue en su tiempo un laboratorio. Cómo acabar con el poderío socialista, no desde la izquierda, sino desde la derecha y en los barrios más humildes. Eso puede pasar en Hospitalet y quizás también en Santa Coloma.
Y para la izquierda es un desastre.
Un desastre completo. Porque si la alternativa es tener que ir de la mano de los de la bandera nacional de turno, de quien finalmente tiene un único objetivo o un objetivo prioritario o como le quieran llamar que es trabajar por una construcción nacional antes que por otras cosas, lo tenemos crudo.
La izquierda debería dejar de añorar los tiempos del cinturón rojo y empezar a combatir como si estuviésemos viviendo ya en el Condado de Orange.
Porque si de algo ha servido la experiencia de la izquierda, tanto como oposición como en los gobiernos es que su papel es evitar que las políticas de derecha conviertan nuestras ciudades en meros lugares para hacer negocio y no para vivir. Y el condado de Orange solo será eso. Un negocio.
La izquierda. Ahí es nada. Contra los colores próximos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario