martes, 23 de diciembre de 2025
¿Estamos contentos?
Pasados dos días ya desde que acabaron las elecciones en Extremadura, me asalta la pregunta de manera recurrente. ¿Estamos contentos? Deberíamos estar contentos si nos mirásemos únicamente hacia dentro, es decir, si pensáramos que el mundo se rige por lo que nosotros conseguimos o por la circunstancia concreta en la que nos movemos. Unidas por Extremadura ha pasado de tener cuatro diputados a tener siete. Así, sin más, es un éxito inapelable, estamos muy contentos todos los que tenemos como referente de izquierdas más allá del PSOE a partidos que no sean exclusivamente regionalistas, nacionalistas, etc. Vale, los nuestros han conseguido, después de unos ciclos electorales bastante penosos, aumentar su representación con una candidatura que representa 'la unidad de la izquierda'. Podemos, Izquierda Unida y Alianza Verde han conseguido armar una candidatura, o al menos, no desmontarla. Esta candidatura ha hecho una buena campaña, ha trasladado imagen de unidad, se han mejorado muy sensiblemente los resultados. Se quiere hacer mucho hincapié que Sumar y su cabeza visible, Yolanda Díaz, no han tenido nada que ver en la candidatura y que, por eso, la cosa ha ido mejor. Yo ahí no me veo. Se quiere hacer hincapié que el proyecto de Sumar, que la izquierda que representa Sumar o ha querido representar, no es lo que la gente quiere y que es un Podemos a la cabeza con Izquierda Unida poniendo la masa, lo que debería ser. Hay quien se alegra de los resultados y hay quien los ve insuficientes. Hay quien piensa que con un PSOE descompuesto, con un descenso de nada menos que de diez diputados, no se ha recogido el voto socialista de manera suficiente. No quiero estar ahí tampoco. Es cierto que sería deseable que mucha gente que vota PSOE virase su voto, como lo viró en algún momento, a otras posiciones de izquierdas, como pasa en otras comunidades con ofertas de izquierdas que ya han conseguido minorizar al PSOE. ¿Se puede, a partir de la experiencia extremeña, exportar el modelo y hacer que en cada elección venidera, se construyan candidaturas similares, apartando a Sumar y creando coaliciones a la extremeña? Podría ser. ¿Pero qué izquierda es la que estaríamos construyendo? Ya hemos visto que no se ha laminado suficientemente al PSOE en este momento, ¿pero se conseguirá en el futuro con un mensaje de izquierda, digamos clásica? ¿Y si tuvieran razón quienes piensan que todo lo que era Sumar era 'demasiado moderno y descafeinado'? ¿Podemos como representante de esa izquierda 'de toda la vida'? Mientras discutimos todo esto y entramos en debates bizantinos sobre el modelo de izquierda que quiere la gente y nos alegramos o no por seguir siendo el partido con menos representación en el parlamento extremeño, el dato que queda de estas elecciones es que la izquierda, y aquí yo coloco al PSOE aunque el PSOE extremeño, como el PSOE andaluz, a veces linda con vete tú a saber, digo que la izquierda en Extremadura va a tardar mucho, mucho tiempo en volver a poder ser alternativa a la derecha y la extrema derecha. Mientras nos ocupamos de enterrar a Yolanda Díaz, a Pedro Sánchez y a un gobierno al que ahora toca presentar como inoperante e inútil, la derecha y la extrema derecha afianzan sus posiciones. Una derecha que no consigue despegarse de la extrema derecha, pero que sí consigue minorizar cualquier alternativa a su futuro gobierno. Esto mismo, cuando ocurra en el Estado, veremos en qué se traduce. Si nosotros conseguimos armar una alternativa, podremos plantar cara cuando esto ocurra. ¿Pero esa alternativa que se construya, se construirá para plantar cara o para resistir? Porque la resistencia la tienen descontada.
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