lunes, 8 de julio de 2013

Paraules d'Opòton el Vell - Avel·lí Artís-Gener 'Tísner'

Faltan cinco meses para que termine 2013, pero yo ya me doy por satisfecho. Este ha sido el libro del año. Han habido libros interesantes, impactantes, y los habrá en adelante, pero este libro me ha tocado. No llevaba ni cincuenta páginas, ni veinte páginas y ya estaba recomendándoselo a la gente. Paraules d'Opòton el Vell. A decir verdad, desde que lo vi en la Biblioteca supe que este libro me iba a gustar. Lo veía, en la bandeja de novedades y pensaba, qué libro, seguro que me gusta. Porque leí la sinopsis y ya lo supe. Este libro me va a gustar.
El autor, para empezar, antes de entrar en otras consideraciones, Avel·lí Artís-Gener 'Tísner', era el cuñado de todo un señor fiera, del grandioso, del inigualable Pere Calders. Con esta carta de presentación, malo ha de ser que lo que escribiera no fuera malo. O tuviera, al menos, algo del aire 'caldersiano'. Y lo tiene. O tiene otro aire, que siendo Calders, es otra cosa. 'Tísner', como Calders, estuvo exiliado en México. Porque en España hubo una Guerra Civil. Una guerra provocada porque un grupo de Generales, apoyados por la derecha reaccionaria peninsular, se sublevó y dio un golpe de Estado que derivó en una guerra de exterminio por parte de esos generales. Se tuvo que exiliar Tísner a México porque si no, se lo pelaban. Tísner siempre fue una persona cercana a ERC, mientras que Calders lo fue, al menos en su juventud al PSUC.
Durante su estancia en México, Tísner, trabajó para la televisión y se interesó mucho por la cultura precolombina. Hablemos de 'Paraules d'Opòton el vell'.
El argumento es el siguiente. Un catalán que está en México, que es el propio Tísner, al que le gustaba mucho pintar, traba amistad con un mexicano indio, que se llama como se llama, pero que en realidad se llama Opòton. Opòton y Tísner tienen una relación basada en que juntos no se molestan, están bien. Uno pinta y el otro mira y está a sus cosas y a veces cuenta algo y otras no. Es igual. Tísner se da cuenta de que el idioma nahuatl no ha desaparecido, y se empeña en ver si tiene alguna similitud con el catalán, cosa poco probable. Intenta aprender algo del idioma y un día Opòton le dice que tiene unos antiguos papeles que si eso, les podría echar un vistazo. Y le da un manuscrito, de la época justamente posterior a la Conquista, en el que otro Opòton, un antepasado suyo, cuenta una historia alucinante.
Este Opòton, ya mayor, empieza a escribir la historia de un viaje que hizo de joven. Opòton, que era alfarero en el Cañaveral y Palmeral de Tenochtitlán, ve cómo un día un amigo suyo le dice que está haciendo una canoa y que si quiere verla. Un pedazo de canoa, enorme. La noticia de esa canoa tan bien hecha, llega a oídos de La Voz que Habla. Ahuitzol, el emperador azteca, coetáneo de nuestros Reyes Católicos. Durante esos días o meses, han habido diverso signos, señales, acontecimientos, que presagian cosas extrañas y los sabios y el propio emperador deciden que es el momento de ir a buscar a Quetzalcoatl, el dios azteca que se fue hacia el Sol Naciente y que prometió volver y no vuelve. Habrá que ir a buscarlo. Se le encargan al amigo de Opòton seis canoas más, canoas o barcos que van a remo, ojo, para que vayan en dirección al nacimiento del Sol para salir al encuentro de Quetzalcoatl que debe estar al llegar. Y ahí van.
Seis canoas, con su Tlacateca, que es el jefe y Opòton que lleva el timón de una de ellas. Y consiguen llegar a tierra... y llegan a Galicia.
A partir de ahí, y por no destripar el libro, veremos cómo los tenochcas llegan preguntando por Quetzalcoatl y los gallegos les inquieren por Sant Iago, y no hay manera de ponerse de acuerdo. Y los confunden con normandos. Y, como la auténtica Malinche, una gallega llamada Dona Ximena, se une a ellos y se empareja con el Tlacateca y se convierte en su intérprete.
Ellos seguirán buscando a Quetzalcoatl en la Galicia y el norte peninsular durante un tiempo hasta que... no lo diré.
Todo el libro es, pese a que como ya se figuran esos mismos personajes de Fala Castellana acaban haciendo su mismo camino y les convierte en esclavos, un relato divertidísimo de cómo contar, con otros ojos, algo que pudo haber sido y nunca fue. Es divertidísima la forma de contar las cosas, de repetirlas una y otra vez, de las bromas que se gastan, de volver a insistir que él es alfarero y no narrador, de decir que la cosa va bien, que se nota suelto, de meter asuntos de su tiempo en mitad de la narración histórica, de contar las costumbres gallegos, de cómo se llaman sus pueblos, de cómo se llaman los naturales, de la historia de las Sususas, de las incomprensiones, de las cosas en las que están de acuerdo y de la fatalidad.
No sé. Pensaba que me iba a ser más fácil describir el libro. La idea es alucinante. Pensar en que son los aztecas los que nos 'descubren' a nosotros, aunque ellos no descubren nada porque como dice Opòton 'no se puede descubrir algo que estaba sin tapar'. Y cómo las culturas podrían entenderse mejor unas a otras sin necesidad de eliminarlas y exterminarlas.
Hay un párrafo, una reflexión, al principio, cuando habla de los dioses y de que antes ellos le tenían mucha fe a sus dioses y tal pero que ahora ya les tienen menos fe porque 'cuando a una tortuga la pones patas arriba, todo lo que piense la tortuga ya da igual'. Daban ganas de llorar.
El libro está en catalán en el original, pero se puede encontrar en castellano. El propio Tísner consideraba que este libro era lo mejor que había hecho. No sé si tendrá cosas mejores, pero desde luego, historias tan bonitas y tan divertidas y tan tristes como esta, pocas se encuentran.
Muy, pero que muy recomendable.

4 comentarios:

  1. ay tolya, qué mal me va el vpn, no se publican mis comentarios. le decía que estar historia podría haber sido suya, es como su estilo, así muy fantasioso, jaja. Tiene buena pinta, a ver si cae en mis manos.

    y esto, que estoy desaparecida por razones técnicas y censuradoras. está usted bien?

    ResponderEliminar
  2. Parece interesante aunque un poco descabellado. La historia no se puede cambiar. Pero si aprender y mucho de ella, aunque a juzgar por los indicios no estamos por la labor de llevarnos bien.
    Un abrazo y buena semana

    ResponderEliminar
  3. Ay, sí, este era el libro que usted me comentaba! Monsieur, este caballero es su alma gemela. Comparten genes por algún lado, eso seguro.
    Suena divertidísimo. A ver si lo pillo por aquí, aunque me temo que va a estar crudo.

    Buenas noches

    Bisous

    ResponderEliminar
  4. YO VIAJÉ A MÉXICO EN EL 2000 Y POR CASUALIDAD COMPRÉ UN EJEMPLAR DE "PALABRAS DE OPOTON EL VIEJO" EN SU TRADUCCIÓN DEL CATALÁN AL CASTELLANO Y LO LEÍ MARAVILLADO, PORQUE ES UNA MÁGNIFICA NOVELA PUBLICADA EN 1968, LLENA DE IMAGINACIÓN Y REFLEXIÓN SOBRE LA CONDICIÓN HUMANA. AÑOS DESPUÉS LEÍ UN LIBRO CASI CON EL MISMO TEMA, TITULADO "EL CONQUISTADOR" DE UN ESCRITOR ARGENTINO FAMOSO, CREO QUE SE LLAMA FEDERICO ANDAZI. LES RECOMIENDO QUE LEAN "PALABRAS DE OPOTON EL VIEJO" Y TAMBIÉN "EL CONQUISTADOR", LA NOVELA DEL ARGENTINO, Y SE ASOMBRARAN DE LAS COINCIDENCIAS. A MÍ ME GUSTÓ MÁS LA PRIMERA, LA GRAN NOVELA DE AVEL LÍ ARTÍS-GENER, EL REPUBLICANO CATALÁN QUE VIVIÓ EXILIADO 25 AÑOS EN MÉXICO Y SE ACERCÓ CON MENTE ABIERTA A LAS CULTURAS PRECOLOMBINAS, LO QUE LE PERMITIÓ ESCRIBIR SU NOVELA. QUIZÁ EL ESCRITOR ARGENTINO TAMBIÉN LEYÓ LA NOVELA DEL CATALÁN EN SUS VIAJES A MÉXICO.

    ResponderEliminar