miércoles, 14 de mayo de 2014

La izquierda contra la izquierda. Un debate en Can Sisteré

No, claro, este no era el objeto del debate. Organizado por el Colectiu Sentit Comú de Santa Coloma el acto llevaba como título L'esquerra davant la crisi de l'europeisme. Especialmente indicado, ya que estamos en una apasionante campaña electoral por las Europeas del 25.M. El moderador y los conferenciantes eran todos gente provinente de la izquierda. Algunos, militantes reconocidos de EUiA, como Ramon Boixadera y otros pertenecientes a colectivos, espacios de debate o colaboradores de revistas del entorno. Bien. El asunto era tratar cómo la izquierda, catalana, española y europea, se había enfrentado al hecho de la construcción de la Unión Europea y tratar de vislumbrar cuál era una posible salida a la coyuntura a la que se enfrenta esta izquierda toda vez que la situación en este territorio ha causado daños irreparables a la clase trabajadora. Irreparables, no debería haber utilizado esta palabra. Nada es irreparable.
¿O si? Bien. Diagnósticos claros. La pobreza avanza, está en la calle, la situación para mucha gente es la de acostumbrarse a malvivir como el nuevo bienestar. Agresiones a los derechos laborales, civiles, sociales. Todo esto ya lo sabemos, muchas gracias. ¿De quién es la culpa? El historiador Giaime Pala habló de la postura de la izquierda, socialdemócrata y comunista, ante la construcción de la UE. Si bien en un primer momento parecía entender la postura del eurocomunismo a toro pasado, después vino a decir que seguir confiando en una Unión Europea transformada desde dentro, era una ilusión, porque no se tenía fuerza para ello. Por lo que se debía apostar por romper con el euro, la UE y no colaborar. Ramon Boixadera, economista de EUiA, hizo un profuso análisis económico de la situación en caso de que España saliese de la UE, del euro. No pasaría nada. Al menos eso creí entender. De todos los que habló fue el menos... inteligible. Lástima. Porque me dio la impresión de que era con el que más estaba yo de acuerdo. Pero se le entendió poco. Y por último Ramón Tafalla se dedicó a llamar a la unidad contra la UE... señalando los errores de la izquierda. No abundaré demasiado en lo que dijo Ramón Tafalla, pero diré que no me gustó nada.
Como yo tampoco soy economista, ni siquiera un político, y mucho menos un profesor de nada, también quiero dar mi opinión. Y como siempre será deslabazada y sin hilar. Pero es lo que hay. Autocrítica. A la unidad por la autocrítica. Debemos ser muy críticos con nosotros mismos. Da la impresión de que, si la Unión Europea lleva una política X, si las consecuencias de su actuación tienen las consecuencias que tienen... es culpa nuestra. O del que no lo ha hecho bien, que siempre suele ser otro. O del que es flojo, del que no ha plantado cara, del que no es tan valiente como lo soy yo.
Me llamó la atención la reflexión, creo que fue de Pala, que dijo que con 35 o 50 diputados en el Parlamento Europeo no se hace nada. Que da igual participar en las elecciones, porque... es inútil. ¿Entonces? Ramon Tafalla, decía que si no se proponen medidas realmente radicales y de ruptura, el voto de los desesperados se va a las fuerzas fascistas y de extrema derecha, como se está viendo en muchos países. Se habla de desideologización de la izquierda y de abandono de ésta de sus principios. La culpa es siempre nuestra.
Rearme moral e ideológico. Pala hablaba muy bien del rearme ideológico y moral de la derecha a finales de los setenta y principios de los ochenta. Nosotros no nos rearmamos. Nosotros ejercemos la autocrítica. Siempre. No estamos orgullosos de nada, siempre tenemos una pega, una falta. Bueno, si, del Partido Comunista de Portugal. Llamamos a la unidad porque queremos que los que están a nuestro lado abran lo ojos y digan... es verdad, tenéis razón, vamos. Y así estamos, esperando a que ellos dejen de ser tan radicales y se avengan a pensar como yo. O los otros dejen de venderse al mercado y no tengan miedo y llamen a una revuelta de las masas trabajadoras que... me coja en casa que yo no puedo ir.
Ahora digo esto y lo dejo ya. La Unión Europea es un club. Nos hemos metido en ese club. Tienen unas normas y unos propósitos. Podemos o salirnos de ese club o reformar las normas. Salgamos de ese club. Vale. ¿Cuántos somos? Propongámoslo. Salgamos de ese club. Pero claro, nosotros solos no podemos, porque no tenemos fuerza. Que los de ICV-EUiA lo digan también. Vale. Venga. Pero que también lo digan los de PSC. Vale. Que diga todo el mundo lo que a mí me parece. Yo no convenzo al pueblo, pero si las estructuras que habitualmente lo hacen cambian su discurso entonces si. Yo, y ya hablo por mí, no estoy bien con lo que hay. Me gustaría que fuera de otra forma. Eso es todo. De otra forma llamándolo UE, llamándolo RFE, saliéndome y aliándome con Rusia, con Mercosur... me da igual. ¿Somos capaces primero de mirar con buenos ojos al que está en la silla de al lado? ¿Al que está en la silla de detrás? ¿Al que está en la tarima hablando? ¿Al que come en la otra mesa?
La autocrítica está bien, hasta que uno se da cuenta de que los demás no se autocritican nunca y les va divinamente.
¿Perdón por el rollo? No, basta de autocritica.

1 comentario:

  1. Pues tiene razón, Tolya, lo de la autocrítica no suele ejercerse, pero en realidad es sano. Oiga, se ha puesto usted muy serio después de la fiesta de ayer de madame Yphr!

    Feliz tarde

    Bisous

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