miércoles, 1 de marzo de 2017

El pensador

No tengo hambre. Estoy raro. Veo pasar y pasar y no me entra deseo. Es curioso pero antes ni siquiera me planteaba si tenía hambre o no. Simplemente os veía pasar y me tiraba a por vosotros sin contemplación. Y ahora, no sé. Ahora incluso me planteo cosas. Me planteo si esto de plantearme cosas es normal. Si quedarme aquí pensando es normal. Si las cosas que me están ocurriendo ya me pasaban antes. Yo antes no pensaba. Antes oía, ni siquiera oía, sentía que llegabais y ya estaba en modo depredador. Me preparaba y me disponía a pasar la jornada cazando, devorando, comiendo. Como un animal. Pero hoy no sé que tengo que no tengo hambre. Y que yo antes no sabía si tenía o no tenía hambre, me daba igual. Os veía pasar y tenía que ir a por vosotros. Sin miramientos. Y hoy no. Hoy me siento aquí y noto que algo es diferente. Para empezar me he colocado aquí, a la vista de todos vosotros, para que os deis cuenta de que no tengo hambre. Podría haberme quedado debajo de aquel baobab pero no. Me ha dado la gana de venir aquí, quedarme mirando cómo pasáis y no hacer nada. Que se me note. Y también noto que el resto de compañeros y compañeras pasan a mi lado y me miran pero siguen adelante y van a por vosotros, eso también lo veo. Pero no me dicen nada, porque no entienden nada, porque no tienen que entender nada. Porque ellos no están pensando en nada, ellos van a comer y yo pienso que no tengo hambre y que me quedo aquí mirando. Que me da igual. No sé qué tengo. Hambre no es. Estoy pensando en una cosa. Estoy pensando que os estoy hablando. Que estoy hablando con vosotros. Que me estoy intentando comunicar con vosotros como si vosotros me entendierais. Me gustaría que alguien me entendiera. Pero vosotros sois... qué sois. Claro, podría decir que nunca me lo he preguntado pero es que nunca me he preguntado nada. No sé lo que sois. Pero por comer algo. Estáis ahí y yo voy a por vosotros y os como y ya está. Pero claro, ahora me pregunto qué sois y si quizás, por algún motivo que desconozco a lo mejor vosotros también os preguntáis cosas. Igual vosotros habláis entre vosotros. Ahora me pregunto si vosotros pensáis. Como yo pienso. Y he desarrollado, me estoy dando cuenta, un poco de aversión hacia los míos, porque los míos no piensan. Los que son como yo, que ahora no sé cómo se llaman, no piensan. Solo se mueven por instinto. No saben que a lo mejor vosotros pensáis y que no queréis que os devoren. Que sentís algo. O igual no sentís nada. Me siento solo. Os veo pasar, a todos juntos, sin sentir nada. Veo como los míos, los que son como yo, van a por vosotros. Todos juntos. Unos hacéis una cosa, otros hacéis otra. Me gustaría ir con vosotros a donde vais. No tengo hambre todavía, y me da miedo que me de hambre y querer ir a por vosotros. No sé. Estoy confundido. Me está dando el sol en la cabeza y no sé si es porque no he comido nada o qué, pero me estoy mareando. Voy a buscar una sombra y sigo pensando.

2 comentarios:

  1. "Estar en modo depredador"... mmmm, interesante.

    Las gacelas se creerán que es una nueva estrategia.

    ResponderEliminar