martes, 9 de mayo de 2017

La alternativa

Como está haciendo frío, me he acordado de Francia. Hace un par de días que ha habido elecciones presidenciales en Francia y la victoria de Emmanuel Macron me ha provocado una serie de reflexiones en cascada que, a falta de mejores incentivos, me atrevo a compartir.
Resulta que he perdido buena parte del contacto con la realidad. Salvo las redes sociales y la cadena Ser, no he seguido lo que ha pasado estos días con estas elecciones y salvo mi hermano, no he podido taladrar a nadie con mi pensamiento político avanzado. Así que hay voy.
Resulta que escuchando la Ser y viendo según qué medios, o leyendo lo que opinan algunos en las redes, debemos estar cuando menos contentos y aliviados porque Macron y su partido socioliberal ‘En Marche’ han conseguido auparse con la victoria contra la fascista Marine Le Pen. Durante la campaña, el esfuerzo mayor del reino consistía en identificar a quienes no fueran ‘con Macron’ como filofascistas, colaboracionistas, miopes políticos, etc. Melenchon, el candidato de la izquierda que ha punto ha estado de meterse en la pelea final, decidió no mojarse, no abrazarse a la bandera y no decir que llegado el caso, había que frenar al fascismo y votar por Macron por responsabilidad o porque… pues no. No lo hizo. Y se llevó palos. Y se los sigue llevando. Y se los llevaba ya en la campaña propia creo que por estar, únicamente, allí. Molestando. Molestamos. Cosa que ya sabemos desde siempre, por eso muchos prefieren ‘llegar a esos momentos de la verdad en los que nos unimos todos y parece que todos somos uno y ya no hay enfrentamiento y nos unimos contra un enemigo común’.
Y nosotros, qué. Nosotros, me refiero a que cuándo alguien nos va a apoyar a nosotros. Cuándo alguien, incluso de los propios nuestros, va a reconocernos algún mérito, va a demostrar capacidad de unidad más allá de lo retórico y le va a importar una puta mierda si dentro del debate de la UE se es muy UE o poco UE o un tanto UE. Cuándo alguien, sobre todo de los nuestros, va a remar por construir de manera efectiva una alternativa a lo neoliberal, reformista, capitalista, mierda.
Unos minutos después de ganar Macron, un responsable de la UE, italiano, decía que la victoria de Macron facilitará toda una serie de políticas de reformas que Francia y la UE necesitan… como por ejemplo la de un mayor control de la inmigración y… un discursito que si lo dijera la Le Pen, fliparíamos. Pero lo dice el otro y estamos contentos. Respiramos aliviados ante la victoria de…
Y tenemos la sensación de que hemos ganado todos y nosotros, realmente no ganamos nunca. Ni siquiera parece que nos esforcemos en hacer algo para ganar nunca más allá que ‘a partir de ahora hay que construir una alternativa’. A partir de ahora.
Macron. Macron se va del Partido Socialista, del que era ministro, porque lo considera demasiado de izquierdas. Repito, se va del Partido socialista porque lo considera de izquierdas y consigue… el apoyo de buena parte de los responsables de su propio partido que no están muy allá ante la victoria en sus propias primarias de un candidato más… de izquierdas (en los parámetros socialistas, ojo). Pero tenemos que estar contentos y apoyarle y… luego ya veremos.
Hoy han dicho que Manuel Valls, que se presentó a esas primarias y las perdió, se pasa al partido de Macron. Dice que es socialista, que es de izquierdas, pero que el partido socialista está muerto. Y la gente, al final, lo que ha querido al parecer, es derecha.
Derecha de centro, derecha extrema, derecha en lo económico, derecha en lo filosófico. Derecha.
Dentro de nada hay elecciones primarias en el PSOE .Dos candidatos a disputarse el mando. En la Ser, el tufillo es el siguiente: en realidad, lo que ha ganado en Francia es un partido socialista nuevo (en marche) que es como debería ser el partido socialista, un partido de centro reformista, no un partido de derechas que de miedo, solo que sea… desconfían de las aventuras, de los izquierdismos, del populismo. No soportan a Podemos. Es la nueva Izquierda Unida. Escuchas las tertulias y están convencidos de vivir en 1986, en 1991, en un escenario en el que no hay nada, en el que el PSOE es el faro, el foco. Sea cual sea el candidato ganador, no dejará de ser el PSOE del siglo XXI, un partido que lucha por seguir siendo. En Europa desaparecen, no cuentan. Aquí debemos ser hábiles como para demostrar que no son alternativa, que no lo han sido, que no lo van a volver a ser. Que no son la opción para plantar cara a la puta mierda.
Y nosotros no tenemos que pedirle perdón. Nosotros tenemos que construir. Que montar. Que hablar. Que organizar. Que hablar mucho con la gente. Demostrar que somos gente que más allá del folclore, es capaz de ver, de pensar, de trabajar, de hacer cosas útiles. Soy muy pesado.
Porque si no, esta puta mierda es más de lo mismo. Mucho mucho, pero al final, debes apoyar al reformista de turno, al social liberal que te espante al fascista. Y si no lo haces, sospechoso eres. Sospechosos nosotros que hacíamos las movidas esas de repartir folletitos contra PXC. Banalizar el fascismo. Me cago en la puta.
No sé quién de los dos es Macron o Valls. Al final no sé si ha quedado claro lo que quería decir. Lo hemos tenido punto. Lo seguimos teniendo a punto. No dejemos que nos cuelen el gol de siempre, no nos ofusquemos en temas que no son nada. No nos dejemos meter en su mundo.
Basta de hacerles el juego. Vamos a ser alternativa de verdad. Vamos a ser nosotros.
Dentro música.

1 comentario:

  1. En vilo nos han tenido... Mira que si llega a salir la señora rubia...

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