miércoles, 10 de julio de 2019

El misterio de la pintada de la calle Prat de la Riba

¿Se acuerda alguien de la Crisis? Un día nos dijeron que la crisis ya no porque los indicadores macroeconómicos patatín patatán y empezamos a decir todos, no, si ya se nota que la cosa va algo mejor. Y así es como se acabó la crisis. Es otra calle, la calle Lluís Companys. En la calle Lluís Companys dos pancartas de esas grandes que anuncian cosas nos dicen que el histórico edificio de la Tressens y el histórico edificio donde ahora estaba el CESMA, van a pasar a ser pisos buenos buenos que comprará pues el que pueda. La crisis.
Hay una pintada en la entrada de un garaje en la calle Prat de la Riba. Entre la calle Baleares y la calle Wilson. Merry Crisis. Esa pintada debe llevar tiempo ahí y no deben haber sido pocas las tentaciones de pintar la pared para taparla. Merry Crisis, una pintada una pared que nos recuerda que, hubo una vez que, bajo la excusa de nosequé chanchullos financieros y que habíamos provocado en cierto modo nosotros por haber querido vivir por encima de nuestras posibilidades, retrocedimos en derechos y libertades de una manera atroz y lo aceptamos con más o menos resignación o pataleo. La crisis. Despidos, bajadas de sueldos, eros, eres, familias sin poder pagar el piso, desahucios, etc.
Hoy, con el Instagram y la maravilla de cosas estupendas que hacemos y que nos ponen al nivel de personas de un nivel adquisitivo que para nada hace pensar en los demás que podamos ser clase trabajadora, clase popular o algo, hemos olvidado todo eso, pero esa pintada en la calle Prat de la Riba... Esa pintada en la calle Prat de la Riba. Es como una puerta al pasado. Como una puerta que se abre en nuestra conciencia o bien en otro plano dimensional. Si es en nuestra conciencia, esa puerta nos está diciendo que hubo un tiempo que queremos olvidar y que posiblemente un día, y ese día no llegará nunca, ese día puede que vuelva.
Si no es en la conciencia y es en un plano dimensional, ese parking debe esconder algo. La puerta de entrada a otro mundo en el que la crisis sigue ahí. Una especie de mundo paralelo al nuestro en el que la crisis continúa abierta. La crisis. La crisis económica. La crisis. Persianas cerradas. No podemos pagar. Hay que ajustarse el cinturón y bajarse el sueldo. Hay que hacer más horas. Os vamos a tener que echar a la mitad. Vamos a tener que doblar los turnos. Estamos pensando en que la empresa nos la vamos a tener que llevar a... Mira, la empresa no puede pagar más. La crisis. Es que claro, la gente quiere ganar y no trabajar. Claro es que la gente. La gente y la crisis.
La crisis. Una ciudad que sigue siendo la más pobre de Catalunya pero que no se puede decir. Y es un dato que nadie quiere escuchar. Porque ya no estamos en crisis. No se puede. No es verdad. Siempre poniendo lo negativo por delante. La crisis.
Un mundo paralelo abriendo el parking. Un mundo paralelo que nos señala esa pintada en azul con fondo amarillo. Un mundo en el que un grupo de gente se cuestiona el orden existente y empieza a decir que según quién ya no le representa. Un mundo en el que mucha gente se da cuenta de que unos y otros representantes políticos en realidad no ofrecen mayores soluciones para su futuro que ir tirando y ya se verá si nos portamos bien lo que pasa. Un mundo en el que no se frena. Un mundo en el que mucha gente tiene miedo a perder eso que le habían dicho que era. Un mundo en el que tampoco sabemos encontrar el camino ni la solución.
Merry Crisis.
Ya nadie está en crisis. Todo funciona nuevamente a la perfección y los pueblos y ciudades de nuestro alrededor están otra vez recuperando la confianza. Todo vuelve a estar en orden.
Pero esa pintada. Esa pintada porqué sigue ahí. Cómo puede ser. A santo de qué.
Porqué no deja de molestarnos de una vez.

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