lunes, 1 de julio de 2019

Los Malos VIII. Ponles cara.

Ponles cara. No te conformes con señalar lo injusto que es lo que está pasando con Carola Rackete o lo que pueda pasar con Óscar Camps. Ponles cara. Fascistas. Fascistas como Salvini. No, no es una persona que dice las cosas claras, es un fascista. Aquí sí que podemos hablar con propiedad, un fascista de tomo y lomo. Un fascista.
Decir las cosas claras. Por fin alguien dice las cosas como tiene que decirlas. Este fin de semana la polémica entre las élites que nos juntamos a discutir memeces mientras el pueblo sufre, la polémica, digo, ha transcurrido al hilo de una entrevista que un medio de comunicación digital ha hecho a una suerte de filósofo que haciéndose pasar por personaje que habla claro no deja de ser otro trilero de las ramblas. Filósofo italiano que dice las cosas claras.
'Hay cosas con las que no se puede estar de acuerdo, pero hay que reconocer que dice las cosas claras'. Qué cosas son esas que dice que son claras. Las cosas claras en relación a la inmigración, a la patria, a las soberanías nacionales, a las comunidades, a la invasión, al cosmopolitismo, a un conjunto de mierdas fascistas que se huelen desde el mismísimo Tibidabo, a ese supuesto obrerismo que siempre, siempre, siempre, siempre, siempre, siempre, siempre, siempre, siempre, siempre, sale a relucir cuando no se dicen las cosas claras. Solo los obreros dicen las cosas claras, solo los obreros son capaces de discernir correctamente, no hablamos como los obreros, no sois obreros, solo unos pocos se pueden definir como obreros, como clase trabajadora. Obreristas que reclaman una salida nacional y una perspectiva socialista. Y me da pavor juntar en la misma frase las palabras nacional y socialista.
Pero no a todo el mundo le incomoda y siempre está el que considera que 'hay que hablar claro', como si el que hablase utilizando vocablos y conceptos de cuando mi padre estaba encerrado en la central de telefónica con sus compañeros hoy pudiera arrastrar a nadie a hacer absolutamente algo parecido. Y los que anhelan ese lenguaje directo, obrerista, trabajador, de clase, se horrorizan ante la diversidad de las reivindicaciones y se permiten el lujo de calificar de 'posmo' todo lo que no cuadre con la imagen de la foto en blanco y negro de alguna manifestación de barrio en los setenta.
Y al menos Salvini habla claro, claro. Y Trump habló claro en su día a muchos trabajadores, claro. Claro. Calvo.
Ponles cara. Esos son los nuevos fascistas. Ese señor que ya no utiliza el lema de forza italia para llamar al voto, este ya vota con la camiseta italiana directamente. El filósofo italiano que se ríe de la detenida pero ojo, es un marxista que dice las cosas claras y pone los puntos sobre las íes. Fascista.
Una cosa tan vieja como las cosas viejas. Gente tan de izquierdas, tan absolutamente insobornables, tan pendientes del sufrimiento del verdadero pueblo trabajador, que finalmente acaban pasándose de frenada y queriéndote decir que están diciendo lo mismo en realidad dicen fascistadas.
Salvini, qué claro habla. Por fin alguien que le planta cara a la UE, por fin alguien dice las cosas por su nombre, con la inmigración, con el fomento de lo nacional, algo hay que hacer y no nos podemos quedar con el discurso buenista.
Fascista.
Reaccionario.
Hay un argumento, un argumento utilizado por el señor periodista como yo que entrevista al filósofo y que entonces ya no habla solo como periodista, sino como cómplice de las ideas del entrevistado en el que compara a las izquierdas que no hablan claro como él y sus admirados neofascistas con las mujeres de los burgueses que quedan bien al lado de sus maridos porque les dan una pátina de cultura, de elegancia, de prestancia, de clase. Según dice el periodista metido a político, la izquierda digamos a la izquierda del psoe que no es nacionalpopulista, somos algo que queda bien.
Jamás he visto a nadie tan contento dentro del poder, desde el municipal al nacional, escuchando a alguien que habla de las clases trabajadoras, de discursos arcaicos, de un verdadero trabajo de clase... qué bien habla, qué discurso tan claro, da gusto escucharle.
Porque ya no dan miedo a nadie.
Salvini yendo de cara y nosotros de cara contra Salvini y quienes le intentan buscar la gracia. No la tiene. Es un enemigo. Del todo. Y los que hablan claro como él, a su lado. Pues eso.

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