domingo, 5 de abril de 2020

Confinamiento #18

Tengo una segunda tanda de banderitas tibetanas en el balcón, que complementa a la primera, y que se encargan de dar buen rollo y buena onda a todo el vecindario. Con esta energía positiva vamos tirando desde hace por lo menos un año y pico. Los sutras esparcen su mensaje de paz y armonía y nos regalan todo un flujo de energía positiva que, la verdad, se nota por la calle. Vamos a mejor.
Vamos a mejor si no vemos la tele. Ayer vi la tele un rato. El rato en el que quisimos ver a nuestro magnífico presidente del Gobierno anunciar que dos semanas más y lo quisimos ver por la Tv3 y nos dimos cuenta de que a la misma hora en la que se anunciaba una cosa realmente importante, en Tv3 estaban retransmitiendo una comparecencia del Govern de Catalunya que, como un estado independiente y un país con sus cosas propias, tiene todo el derecho del mundo a retransmitir en su televisión nacional lo que le de la gana, que para eso es un país ya establecido y reconocido por las potencias del mundo. Por la noche, una entrevista con el nuevo gurú de la epidemiología en la cual convinimos que el experto no entendía las bromas o las ironías que le lanzaba la periodista de vez en cuando, lo que me hizo recordar al personaje de Sheldon en Big Bang Theory. El sueño dorado sería que nos gobernasen científicos. Que nos gobernasen profesiones. Que nos gobernasen expertos. Que nos gobernasen titulados académicos entre lo mejor de sus especialidades. Y esto no tendría entonces emoción ninguna.
Dos días a todo confort. Comidas en la terraza, siestas, levantarse a las dos mil quinientas, lo que se llama un fin de semana. He empezado a leerme un libro de Edgar Allan Poe. Quisiera entretenerme unos minutos en este punto. Con Edgar Alllan Poe tengo una relación difícil. De pequeño me regalaron para la comunión tres libros, uno de ellos era la Narración de Arthur Gordon Pym. Los otros dos libros creo que los leí sin dificultad, pero el de Poe no había manera. Lo intenté regularmente a lo largo de los años y jamás conseguía pasar de una cierta página. Hasta que un año leí la Jangada, libro de Julio Verne, que era como una secuela. Como lo leí pensé que podría con el de Poe. Y no. Intentos infructuosos hasta que finalmente lo conseguí. El libro que estoy leyendo es de cuentos. El primero es el de la Casa Usher. Y lo mismo. Algo hay con este hombre que no. Me quedo clavado. Dicen que decía que lo importante era causar impresión en el lector más allá de contar algo, de que el cuento tuviera una intriga, una trama. Y ese afán por hacerte ver que cuando una cosa va mal, va mal, como que se me queda aquí atrancado.
Mañana puede ser un gran día. Lunes. Mañana puede que nos devuelvan a nuestra Isabelita desde Alella. Dos semanas más de confinamiento para todos y todas. Ayer bajé de nuevo a tirar la basura. Y volví para casa. Veo directos de gente que pone música, el Villena, por ejemplo, paso la tarde. Bebo vino.
Voy a contar algo que me sucedió en la Facultad de Periodismo. Como un periodista de mierda que soy, me encargaron en una asignatura, nos encargaron, era Primero, redactar una noticia de carácter local. Como era entrenador de fútbol sala de un equipo escolar, no se me ocurrió otra cosa que hacer una noti sobre el partido de fútbol que habíamos jugado. El profesor, no me acuerdo del nombre, era de Redacció periodística y los de mi clase se acordarán de él, bajito, barba, pelo rizado, me dijo que qué mierda era aquella. Que dónde vivía, Santa Coloma le dije. Pues si no eres capaz de sacar una noticia de Santa Coloma, háztelo mirar. Y hoy he leído una noticia que me ha recordado un poco a eso.
He terminado la serie The Good Fight. El día anterior vimos una francesa y me dio un dolor en la muela. Habíamos hecho masa de pizza. No falla. La peli estaba bien. Nos vemos allá arriba. Pero me daba la impresión de ser otra película Ameliesca. Algo en la luz, en el tono, no sé, era como Amelie. Y estaba bien, aunque pensé morir con el dolor. Digo que hemos acabado de ver The Good Fight y he empezado con Vamos Juan.
Más charlas con la gente por skype, tigsy, wipsi, whassap, charlas en las que hablamos de cosas, de cómo vamos, nos preguntamos, si hemos hablado con tal o con cual, tú qué, y esas cosas.
Al final, me van a faltar días. 

1 comentario:

  1. Me encanta el personaje de Diane Lockhart. ¿The Good Wife la has visto también?

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