martes, 26 de abril de 2022

Crónica del #PleGramenet de abril. Presente.


Hombre, querido amigo. Pero bueno, encantado. Qué tal, cuánto tiempo. Hombre, tú también por aquí. Pero bueno, dichosos los ojos. Vaya vaya, si ya estamos todos. Madre mía, pero qué te ha pasado hombre, que solo han sido dos años... Mi querido amigo. Amigo, amigo, amigo. Ayer volvimos a vernos las caras, no solo a vérnoslas, sino a sentirlas de alguna manera, porque a ver, tampoco es que antes no las sintiéramos, ni que el hecho de tenerlas presencialmente delante fuera algo que cambiase diametralmente el sentido de las cosas. Quizás las hace más reales. La realidad tangible en qué se diferencia de la virtual. Pues en que las puedes tocar, por eso se llama tangible. Pero claro, si tampoco puedes tocar, lo que se dice tocar, entonces qué. Qué es lo que tenemos. Un apretón de manos. Un golpecito en el hombro. Un guiño. Otro guiño. Otro golpecito. Palmadita. Te he visto, sé que estás aquí, te voy a tocar para que te des cuenta de que te tengo aprecio o te tengo en cuenta o que me la tengas tú. Para eso sirve. El pasilleo. Siempre recordaré a un ex compañero que me decía que lo que a él le gustaba de verdad de todo esto de la política era el pasilleo. El pasilleo, hombre, querido amigo, te estoy saludando pero en realidad me estoy saludando a mi mismo, creyéndome que soy alguien dentro de este mundillo, de esta sala, de estos cargos honoríficos. Soy alguien. Hablo con gente importante en esta ciudad en la que todo se reduce a unas cuantas calles y un edificio en torno al cual revoloteamos como las moscas en torno a una bombilla. Ya hemos vuelto a los plenos presenciales. Los plenos municipales en vivo y en directo, con público que puede menear la cabecita mientras hablas, con los murmullos del metapleno detrás de ti comentando las jugadas, haciendo observaciones, dejándolo caer. Los plenos presenciales y las miradas vigilantes, pocas, porque el pleno de ayer no registró una gran entrada y si la registró en algún momento fue para escuchar el informe de la Defensora de la Ciudadania. La Pepa. No entraré a calificar el contenido del informe porque de eso seguro que se encargará otro. Otro medio de comunicación local, cualquiera. O algún espacio de las diversas fuerzas políticas de la ciudad que lo hará. Yo simplemente diré que el informe dice una cosa y nuestras caras dicen otra. Queremos que el informe diga cosas que nos den la razón. A unos y a otros, y quizás no le hacemos ningún favor a la Defensora defendiéndola tanto. Querido amigo. Hola guapa cómo estás, te sorprende que te escriba. Vivimos en una ciudad en la que pasan tan pocas cosas que hemos perdido el interés por las cosas que pasan. Vivimos en una ciudad tan pendiente de que pasen cosas que, cuando pasan, no las sabemos explicar. No tenemos a nadie que las explique. No necesitamos a nadie que las explique ni que nos las cuente. No necesitamos ni una voz crítica, ni una voz alternativa, ni una voz al margen, ni una voz excéntrica, porque no sabemos qué hacer con ellas. Voces se alzan, cuentan una versión de los hechos, pero son versiones tan sesgadas, tan personales, tan poco objetivas, como esta misma, que a quiién le pueden interesar más que nosotros mismos. Un pleno presencial y la sala a la mitad. La Defensora concluye su intervención, los grupos de la oposición la animamos, el equipo de Gobierno no sé si de manera sorprendente o sorprendentemente estudiada, decide hacer una intervención exculpatoria de si mismos ateniéndose a la ley y al poder de la ley y el volumen de sus intervenciones y la grandiosidad de su gestión y que, al fin y al cabo, la Defensora y su oficina son poca cosa. Y agradecen su trabajo y sobre todo que esté callada en los medios y a otra cosa.

El resto de cosas, y por eso hago un punto y a parte, tienen que ver con puntos, gestiones, movidas, temas que son de interés nacional además y en algunos casos internacional. La paz, la amistad, las miradas que se cruzan, perdona, no, perdona tú. Presente y futuro. Pasado mañana. La gente abandona el pleno municipal y nos quedamos cuatro personas, luego tres, luego dos, o éramos tres, yo que sé. El caso es que al final estoy solo de público y son solo las diez de la noche. Pensaba que acabaríamos antes, pero es que claro. Y al final qué. Pues que estamos ya en el mes de abril consumido y llega mayo y queda exactamente un año para las elecciones municipales. Dónde nos sentaremos, dónde estaremos, a quién le daremos la mano, quién nos la estrechará. O seremos como esas mujeres del SAD en la puerta del Ajuntament intentando hacer ruido para que se les haga caso. Titanic. Qué ocurrirá. Hace frío en la sala de plenos, cosas que no cambian. El chorro de aire sobre la calva. Hay quien pregunta porqué la cámara la tienen encima. Preguntas. Consejos. Te compras una pantallita que te protege. Es que válgame la virgen. 

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