lunes, 10 de marzo de 2025
Los que se quedan - Alexander Payne
Los americanos no son tan malos. Nos estamos acostumbrando a ver en los americanos algo siniestro, cazurro, intolerante, racista, malo y de vez en cuando, nos llegan algunas historias en las que se nos muestra que no solo puede haber buena gente, sino que pueden contar cosas buenas de sí mismos. Porque los americanos solo nos gustan cuando cargan contra sus defectos, sus paletadas, racistadas, los tejemanejes de su gobierno, su hipocresía. Cuando nos llegan sus películas románticas, sus comedias tontas, sus westerns, sus musicales, sus lo que sea, siempre tenemos que poner el acento en que eso no es real, que nos intentan contaminar, que nos quieren comer el tarro, que nos pintan un mundo feliz que no existe. Así que, cuando llega una película como Los que se quedan, nos descoloca. Una buena película, que a los pocos minutos ya intuyes cómo puede acabar, pero que sin embargo está tan bien construida y te mete en un relato tan bien llevado que sus dos horas no se te hacen pesadas, con un final que te provoca una sensación de 'todo está bien aunque parezca que no está bien', realmente agradable. Sí, una buena película con un mensaje positivo y que acaba relativamente bien. Es la historia de un profesor de uno de esos institutos norteamericanos de gente bien que choca con su grupo de alumnos que no tienen ninguna simpatía ni hacia su persona, un tanto insufrible y repelente, como hacia la materia que imparte, la Historia Antigua. Es la historia también de uno de sus alumnos, jovencito con ganas de liarla. Y también la de una cocinera del colegio a la que se le ha muerto su hijo en Vietnam. Los tres se ven obligados a convivir durante las vacaciones de Navidad ya que ninguno tiene plan familiar, unos porque no tienen, otros porque no les quieren, otros porque se la han quitado. Como sucede en casi todos los órdenes de la vida, tememos u odiamos lo que desconocemos y es con el roce y con el conocimiento mutuo como se suelen limar muchas asperezas, incluso nacer amistades. Lo cómodo es mantener tu propio cliché y así vivir en una burbuja de autorreconocimiento y vivir feliz pero obtusamente, pero puede ser que la vida te coloque en situación de tener que convivir con otros puntos de vista. Y entonces pasa. Esta peli no cuenta nada nuevo, pero lo cuenta. Y eso ya es mucho en el mundo en el que vivimos.
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