lunes, 29 de diciembre de 2025

Los libros de 2025


Como siempre, puntual, como un clavo, llega el repaso de los libros que me he leído este año. No ha sido un año normal, ha sido un año extraordinario, un año irrepetible, un año ciertamente fuera de lo normal. Los seis primeros meses tira que te vas, pero los segundos, amigo. Han sido diez libros, que puede parecer una cifra menor, ni siquiera un libro al mes, pero vuelvo a insistir, amigo, que el año no ha sido normal y por decirlo de una manera suave, los libros tampoco han sido normales. Insistir nuevamente en que todo esto se debe a un reto que allá por el año catapún lanzó La Página Definitiva consistente en leer 50 niños, digo, libros en un año. Jamás lo conseguí y jamás lo conseguiré, pero mejor obligarse a hacer estas cosas que no andar apedreando perros por las calles. Un año con CERO libros de Zweig y CERO libros de Simenon. Adelante.

  1. Steven Forti - Democracias en extinción Steven Forti, el bueno de Steven Forti, lleva ya años advirtiendo y poniéndonos en alerta sobre el tema de la extrema derecha. ¿Le hemos hecho caso? Regular. ¿Le hubiéramos podido hacer caso? Pues tampoco. Casualmente, hoy mismo he visto un tweet de Juan Carlos Monedero pidiendo que nos aliásemos con Rusia. Lógicamente Monedero no se ha leído este libro ni tantos otros. En fin, que estamos viviendo los momentos últimos de una manera de entender la democracia y que lo disfrutemos todos con salud y que usted lo vea por muchos años.

  2. Josep Ramon Aragó - El seny no és un algoritme Siempre viene bien leer los libros del compañero Aragó y darle una vuelta a las cosas. Nuevo libro de aforismos de un colomense que, si por aquellas cosas, no fuera colomense o, vete tú a saber, si su filiación fuera otra cualesquiera, sería reverenciado por su sabiduría, su perspicacia, su ironía y su afiladísimo sentido común. Pero nos da igual, Josep Ramón Aragó no escribe para que le deis la palmadita en la espalda. Escribe porque alguien tiene que hacerlo. Al menos, así.

  3. Lionel Paillès / Benoît Le Goedec - ¡Socorro! Padre novato ¿Que no me iba yo a leer un libro de estos teniendo por delante el reto mayúsculo de ser padre? Efectivamente, leer un libro no te indica nada, no te ayuda en nada, no te sirve de nada. Pero no leértelo ya te digo yo que tampoco suma absolutamente nada y seguro que alguna cosa sacas en claro. Un libro básico sobre el hecho de ser padre y del que me llamó la atención el excesivo tiempo que le dedican los franceses al tema del biberón, es decir, lo de la lactancia a base de teta meh para Francia y mucho biberón. Por lo demás, cosas que te sirven, conceptos básicos. La vida, sin embargo, es otra cosa.

  4. Sally Rooney - Intermezzo Bien. Pasé buena parte del libro pensando que la historia transcurría en Nueva York. No sé cómo leí la tapa o la contratapa, no lo sé. El caso que ya fue entrado el tema en harina que vi que no, que el libro era irlandés y que la ciudad era Dublín. Así estaba yo. El libro bien, una historia bonita de dos hermanos que se llevan regular y que tienen sus cosas y sus padres y sus madres y sus parejas y sus movidas y luego supe que Sally Rooney era propalestina y que se había mojado con el tema y yo sin saberlo. Bien. Y hay un hermano que juega a ajedrez. O al ajedrez. Un hermano le dice a otro hermano...

  5. Carles Capdevila - Parir con humor No puedo decir mucho sobre este libro porque me lo leí en dos o tres días. El libro es lo que es, Carles Capdevila, en paz descanse, nos cuenta cómo le fue el tema de tener su primer hijo, embarazo, postparto, etc. Lo hace de manera ligera y con humor y tal. Es que si no te lo tomas con un poco de humor, yo que sé.

  6. Marcos Gendre - Blues de la frontera. Anarquía y libertad de los Amador. Es un poco como todo, si no te gusta Pata Negra pues la verdad, es que no sé. Un libro para enamorados de Pata Negra, de los Amador y del Blues de la Frontera que, aunque no es el disco que más me gusta, pues es un discarral. Es que si no te gusta Pata Negra, tampoco te puedo ayudar demasiado en todo esto que es vivir y tal. Fue un regalo de cumpleaños. Qué fácil es quererme.

  7. Ilan Pappé. La idea de Israel. Una historia de poder y conocimiento. Tuve dos libros de Ilan Pappé en la mano en la librería y me compré este porque me parecía más denso. El otro, creo que hablaba de diez mitos sobre Israel, me pareció así a primera vista menos intenso. En qué momento. Este es un libro para entender que lo que pasa en Israel no es pasajero, no es una locura transitoria, no es una perversión de nosequé. Lo que pasa en Israel es fruto de décadas y décadas de una educación, de una información, de una cultura que se basa en mantener un Estado contra viento y marea. Contra eso, que se llama sionismo, se alzan y se han alzado voces desde dentro de Israel, que Pappé repasa. Pero es precisamente como reacción a esas voces que el sionismo entra en su fase más enloquecida. ¿Criminales? Sí, y qué. El libro te quema la sangre, aunque es extremadamente prolijo y con menos también se habría entendido. Digo esto por decir, hacer broma no toca. Un libro para entender a qué nos estamos enfrentando. En todas partes.

  8. David Uclés - La Península de las casas vacías Uno de los libros, o el libro, del momento. Un libro sobre la guerra civil con realismo mágico como ingrediente fundamental y que tiene como fondo un pueblo de Jaén. ¿Cómo no me iba a gustar? ¿Y cómo no le iba a sacar yo la falta? Pues la saqué. Escucho y leo a David Uclés y no me creo que sea la misma persona que ha escrito el libro. Ya escribí sobre él y lo podéis buscar. No entiendo ese afán por `javiercerquiszar' la historia. No lo entiendo, me molesta y ya está. Y lo de Largo Caballero estalinista, es que por favor.

  9. Hannah Arendt - Sobre la Revolución Estoy pensando en dejarlo. Era el título de una peli del director aquel. La peli era rara de narices. Hubo momentos en los que pensé en dejar de leer este libro porque maldita la hora en la que pensé que se trataba de un estudio comparativo sobre las tres revoluciones a cargo de un personaje que me encanta como la Hannah Arendt que lo hacía muy bien la Sukowa en la peli de la Hannah Arendt. Pues no. El libro no iba de eso. Y hubo momentos en los que pensé en dejarlo. Pero oye, al final, habla de la revolución rusa y todo encaja. Y ahora puedo deciros con la boca llena que me encantó este libro y que tengo muchas cosas que aportarle a la vida yo a partir de lo que aprendí de este libro. Sobre la revolución, ya hablaremos.

  10. David Leaf - God Only Knows. La historia de Brian Wilson, The Beach Boys y el mito de California David Leaf, a quien no tengo el gusto de conocer en persona, ni en fotografías, ni virtualmente ni nada, es un listo. Nos cuela tres libros en un libro. Un primer libro sobre su teoría de los Beach Boys y Brian Wilson que se saca de la manga en 1977. Luego hace una revisión del libro y coloca unos textos más. Y luego hace otra revisión cuando conoce a Brian Wilson, ojo, y se hace su amigo y tal. Vale, que aprendes mucho de Brian Wilson aunque a veces no sabes qué estás aprendiendo. Sobre the Beach Boys, vale. Pero aprendes mucho también sobre David Leaf y no sé yo si es necesario tanto. Fue otro regalo. Qué fácil es darme en el hueso del gusto.

sábado, 27 de diciembre de 2025

Elogio de Badalona


El otro día, curioseando por redes, vi una viñeta de Mauro Entrialgo que me revolvió el estómago. Mauro Entrialgo es un legendario dibujante que creó al increíble Herminio Bolaextra y cuyo humor puede oscilar del comentario político a la salvajada más fuerte, según para dónde escriba. La broma esta vez era dura de digerir. Un tipo con fachaleco y cabeza rapada decía 'En  mi pueblo no decimos Felices Fiestas' y una chica le contestaba ¿De dónde eres? ¿De Badalona? Badalona, mi ciudad vecina, se ha convertido en el foco de la información y en el campo de batalla de las últimas semanas debido a que el impresentable de su alcalde, García Albiol del Partido Popular, ha decidido ejecutar una medida salvaje, indecente, cruel, que consiste en expulsar de un instituto abandonado a 400 personas que no tenían otro lugar donde vivir. Albiol lo hace a sabiendas, no por una ideología cerrada y obtusa, sino por un cálculo político. Necesita mostrarse como un animal para que no desentone dentro de una corriente de animalismo que invita a hacer y decir y actuar como un desalmado con tal de no desenfocarse en un escenario de ascenso y dominio del discurso de la extrema derecha en el espacio público. Y privado. Dejar a 400 personas en la calle, en invierno, con fuertes lluvias, totalmente al pairo, le ha granjeado a Albiol la simpatía de otros tantos desalmados de extrema derecha de todo el país, de todos los países, de todos los banderajes. Y quienes denunciamos esa actuación somos atacados con el simplista mensaje de 'pues mételos en tu casa'. La campaña de mentiras y odio difundida por Albiol, se ha extendido como la pólvora. Albiol gobierna con 19 concejales de 27 posibles en una ciudad que es la tercera de Catalunya, nada menos y que pertenece, para quien no lo sepa, al antiguamente llamado Cinturón Rojo de Barcelona. 19 concejales del Partido Popular, se dice pronto. En las elecciones generales o autonómicas, es el PSC quien arrasa, como ha arrasado históricamente. La mancha de aceite de ese Partido Popular unipersonal de Albiol pretende extenderse también a Santa Coloma, por ejemplo, donde ha enviado a uno de sus lugartenientes, el venerable y simpático señor Jurado, para ir haciendo agujero. Como digo, Badalona se ha convertido en otro de esos escenarios de barbarie. Vecinos impidiendo que los inmigrantes pudieran cobijarse en una parroquia. Un nuevo Torre Pacheco. Entidades, sindicatos y una Generalitat timorata, van haciéndose cargo de una situación inhumana, resolviendo problemas desde el voluntarismo, combatiendo el racismo con solidaridad y un bote de caldo caliente. Como ya han escuchado por ahí, Albiol hace esto porque cree que así combate el ascenso de la extrema derecha de VOX, y también de Aliança Catalana. Y lo que hace es engordarlos más. Lo que le pase a Albiol me trae sin cuidado, ojalá le vaya mal no, peor. Verle ufanarse en vídeos de su actuación, verle felicitando la Navidad como si este tiempo de pretendida paz, amor y buenos sentimientos tuviera que ver ni remotamente con su persona, es vomitivo. Verle sonriendo ante lo que acaba de hacer y que haya quien piense que esto del PP no da tanto miedo y que es más o menos lo mismo de siempre, hace llorar. Y ver que la ciudad de Badalona está siendo utilizada como bandera de políticas de crueldad y ejemplo para lo que ha de venir, me da una profunda pena. Porque Badalona es Santa Coloma. Porque Badalona es mi gente, porque en Badalona viven y han vivido familiares, mis padrinos Miguel y la Chelo, porque de Badalona es mi colega Toni Esteban, un comunista insobornable, porque en Badalona tengo compañeros y compañeras muy queridas, porque a Badalona hemos ido a la playa aunque no nos gustara, a la peña flamenca con Miguel y la Chelo, porque la frontera entre Badalona y Santa Coloma es una calle y somos los mismos indios de un lado y del otro, porque de Badalona es Oscar Camps, joder, el de Open Arms, porque cuando la Penya juega contra los grandes todos somos un poco de la Penya, porque mi hijo ha nacido en Badalona como los hijos de tanta gente, como tantísimos colegas, porque Serrat compuso qué bonito es Badalona para Manolo Escobar, que era de Almería pero se crió en Badalona, porque Badalona es como nosotros aunque a veces la Calle del Mar parece que sea la única calle de Badalona, porque te puedes comer un arroz ahí cerquita del mono del Anís del Mono, por el pont del Petroli, porque este año he pasado la nochebuena en Badalona, porque tuvieron un alcalde comunista como nosotros, porque no puede ser que Badalona se quede en el imaginario colectivo de la gente como un lugar que es desagradable para la inmigración, para la gente más humilde, para la gente más necesitada, porque no puede ser que Badalona aparezca como un lugar donde la gente es cruel con el que menos tiene. Porque no es verdad. La historia y el relato que se ha montado Albiol no puede ser la que prevalezca. La Badalona de Albiol no puede ser la que venza. Tiene que haber un camino para que esta desgracia se supere y tenemos que hacer fuerza para que ese drama del albiolismo no nos alcance. No, a los albiolistas no los queremos en nuestra casa. Ni en Badalona ni en ninguna parte. Qué bonita es Badalona, joder!

martes, 23 de diciembre de 2025

¿Estamos contentos?


Pasados dos días ya desde que acabaron las elecciones en Extremadura, me asalta la pregunta de manera recurrente. ¿Estamos contentos? Deberíamos estar contentos si nos mirásemos únicamente hacia dentro, es decir, si pensáramos que el mundo se rige por lo que nosotros conseguimos o por la circunstancia concreta en la que nos movemos. Unidas por Extremadura ha pasado de tener cuatro diputados a tener siete. Así, sin más, es un éxito inapelable, estamos muy contentos todos los que tenemos como referente de izquierdas más allá del PSOE a partidos que no sean exclusivamente regionalistas, nacionalistas, etc. Vale, los nuestros han conseguido, después de unos ciclos electorales bastante penosos, aumentar su representación con una candidatura que representa 'la unidad de la izquierda'. Podemos, Izquierda Unida y Alianza Verde han conseguido armar una candidatura, o al menos, no desmontarla. Esta candidatura ha hecho una buena campaña, ha trasladado imagen de unidad, se han mejorado muy sensiblemente los resultados. Se quiere hacer mucho hincapié que Sumar y su cabeza visible, Yolanda Díaz, no han tenido nada que ver en la candidatura y que, por eso, la cosa ha ido mejor. Yo ahí no me veo. Se quiere hacer hincapié que el proyecto de Sumar, que la izquierda que representa Sumar o ha querido representar, no es lo que la gente quiere y que es un Podemos a la cabeza con Izquierda Unida poniendo la masa, lo que debería ser. Hay quien se alegra de los resultados y hay quien los ve insuficientes. Hay quien piensa que con un PSOE descompuesto, con un descenso de nada menos que de diez diputados, no se ha recogido el voto socialista de manera suficiente. No quiero estar ahí tampoco. Es cierto que sería deseable que mucha gente que vota PSOE virase su voto, como lo viró en algún momento, a otras posiciones de izquierdas, como pasa en otras comunidades con ofertas de izquierdas que ya han conseguido minorizar al PSOE. ¿Se puede, a partir de la experiencia extremeña, exportar el modelo y hacer que en cada elección venidera, se construyan candidaturas similares, apartando a Sumar y creando coaliciones a la extremeña? Podría ser. ¿Pero qué izquierda es la que estaríamos construyendo? Ya hemos visto que no se ha laminado suficientemente al PSOE en este momento, ¿pero se conseguirá en el futuro con un mensaje de izquierda, digamos clásica? ¿Y si tuvieran razón quienes piensan que todo lo que era Sumar era 'demasiado moderno y descafeinado'? ¿Podemos como representante de esa izquierda 'de toda la vida'? Mientras discutimos todo esto y entramos en debates bizantinos sobre el modelo de izquierda que quiere la gente y nos alegramos o no por seguir siendo el partido con menos representación en el parlamento extremeño, el dato que queda de estas elecciones es que la izquierda, y aquí yo coloco al PSOE aunque el PSOE extremeño, como el PSOE andaluz, a veces linda con vete tú a saber, digo que la izquierda en Extremadura va a tardar mucho, mucho tiempo en volver a poder ser alternativa a la derecha y la extrema derecha. Mientras nos ocupamos de enterrar a Yolanda Díaz, a Pedro Sánchez y a un gobierno al que ahora toca presentar como inoperante e inútil, la derecha y la extrema derecha afianzan sus posiciones. Una derecha que no consigue despegarse de la extrema derecha, pero que sí consigue minorizar cualquier alternativa a su futuro gobierno. Esto mismo, cuando ocurra en el Estado, veremos en qué se traduce. Si nosotros conseguimos armar una alternativa, podremos plantar cara cuando esto ocurra. ¿Pero esa alternativa que se construya, se construirá para plantar cara o para resistir? Porque la resistencia la tienen descontada. 

miércoles, 17 de diciembre de 2025

Mira papa, el Martí


Hoy es 17 de diciembre y hace seis años ya que mi padre nos dejó. Hola papa, este es el Martí. Ni en el más remoto de tus sueños hubieras imaginado que ibas a tener un nietecillo. Un muchachillo que está tirado ahora mismo en el suelo de la cocina de la casa de Vilches y que reniega porque quiere que le cojan. Un señorito que se ríe con todo el mundo y con todo el mundo está a gusto y si no está a gusto es porque algo le pasa. Este año el aniversario de la muerte de mi padre, del abuelo del Martí, no lo pasaremos en Santa Coloma, no iremos a comer con mi hermano, nos hemos venido a Vilches, qué cosa. Su pueblo. El pueblo querido. Vamos a comer a Jaén con las primas, las hijas de su hermana Petra. Qué nombre tan bonito, Petra. Nos reiremos mucho con la Juli y la Juani. Van a flipar con el Martí. Hace ocho años que se murió mi padre, el Molina, el Paco, y se hace extrañísimo escribir esto ahora como padre yo mismo. Las cosas que recuerdo que mi padre hacía conmigo, las haré yo, pienso. O no. El ejemplo que daba mi padre con tantísimas cosas, se supone que lo tendré que dar yo también. O no. Noto que el texto anual de recuerdo a mi padre de este año no va a ser demasiado fluido. Cuesta encontrar el hilo. La visita al pueblo con el Martí en brazos sirve para recorrer los rincones que tienen que ver con mi padre, o bien, algunos otros que no he visitado casi nunca, pero que mi padre seguro que había pintado. En la casa tenemos fotos de mi padre, claro. Unos dibujos que se hizo él mismo de chaval muy chulos. Fotos del día de su boda. Fotos recuperadas de casa de los abuelos de arriba. Él en la mili. Muchas ya las he compartido. No sé si he compartido ya esta de él en una cena de Els Coloristes. En su lápida está escrito: Els Coloristes pintaran! Hoy hace seis años que se murió mi padre y no hacemos más que pensar en qué haría el abuelo con el chiquillo que estaba tirado ayer en el suelo delante de la chimenea atento a lo que hablábamos. No sabemos cómo será Martí. Si será un viejecillo que querrá estar con los mayores escuchando todo el rato. O será un nervio que no parará quieto. Qué haría mi padre, su abuelo, con el Martí. Sabemos lo que está haciendo su abuela, mi madre, que es volverse loca con él. Papa, Martí ya está comprobando cómo es la intensidad vilcheña, los gritos, los achuchones, los besos esos manchegorros. No me imagino a mi padre agachado jugando con el Martí, me lo imagino llevándolo en brazos y diciéndole cosas. Papa, he llevado a Martí a la Renfe, con un frío que hacía que párate. Le he paseado por el andén y Martí miraba hacia el horizonte, hacia las caras. Hemos estado en el cementerio esta mañana, limpiando la lápida, cambiando las flores, visitando las tumbas de los abuelos. Es raro escribir el texto anual de recuerdo de la muerte de mi padre, el Molina, el Paquito, Paquito Lagarto, Paquito el Chispico, el nieto de la Montora, siendo también ahora mismo el abuelo del Martí. Hubieras flipado, papa. Tómense un botellín hoy a la salud del Molina, que él haría lo mismo. 

lunes, 15 de diciembre de 2025

Chi, Chi, Chi... Le, Le, Le...


Escribo con la sensación de que vamos avisando, de que lo vamos viendo, de que no nos damos cuenta. Chile también ha caído. El triunfo de otro candidato de extrema derecha que basa el éxito de su propuesta en solucionar la inseguridad y la inmigración. En Chile. Chile también ha caído como lo hicieron antes Argentina o Bolivia. Chile tiene en el imaginario de la izquierda un papel fundamental. El éxito de la propuesta de un socialismo democrático y el golpe durísimo a cualquier experiencia transformadora, todo en uno. Cómo gobernar, cómo salvarse de la masacre. Escribo triste. La foto de Pinochet vuelve a ser actual. Escribo enfadado. Todso señalan que Kast es hijo de un nazi, que cómo puede ser. ¿De quiénes son hijos o nietos los políticos que quieren gobernar e incluso, que ya han gobernado en España? Aznar diciendo que no puede condenar el franquismo porque su padre estuvo ahí. ¿Qué pasa? Escribo con una profunda sensación de desasosiego. Mientras nosotros nos preocupamos y nos ocupamos de conseguir las migajas que nos proporciona el estado democrático para desarrollar nuestra vida política, los hay que ya han decidido que esto ya no va más. Y así como la derecha, como quienes tienen algo que preservar y que ganar, han puesto toda la carne en el asador en presentarse siempre y absolutamente como vencedores, ganadores, triunfadores y arrogantemente impunes a cualquier tropelía, mentira, barbaridad, calumnia o denuncia, la izquierda ha decidido que es la hora de acribillarse. Escribo con el influjo fortísimo de una serie de tweets que no son sino el reflejo de otras muchas reflexiones y comentarios parecidos, por el cual, la culpa principal de que gane Kast es de Boric. Conseguir que en un país como Chile hubiera un gobierno de izquierdas, que superara los gobiernos de la Concertación, no era suficiente. Los críticos y puristas de lo que significa ser de izquierdas y transformador cargan las culpas sobre Boric por ser simplemente progresista. Si hubiera sido Jadue... La candidata Jara, perteneciente al partido comunista, pero con una amplia candidatura a sus espaldas ha conseguido un 40% de los votos en la segunda vuelta. Casi veinte puntos de distancia con la extrema derecha de Kast. Los hipercríticos que consideran que Boric prácticamente se alió con Kast o que el puso en bandeja la victoria, deben ignorar el mundo en el que estamos viviendo. Deben ignorar cómo Trump desde Estados Unidos ha decidido saltarse todos los protocolos y normas y ha dictado la sentencia: la izquierda debe morir. Les da igual si es muy de izquierdas, muy verde, muy roja, muy liberal o muy democrática. No les interesa, no les interesamos. Y mientras esto parece explícito, todavía hay quien quiere girar las bayonetas hacia posibles compañeros de trinchera para hacer de la trinchera un espacio más amplio donde solo estén ellos. Y así los artículo se van sucediendo, los denunciadores del malmenorismo no cesan en clamar por más contundencia, por situar a todo el mundo al otro lado de la raya, por considerar que, en todo caso, si hay algún culpable de que la extrema derecha se convierta en árbitro, cuando no en dictador, del presente y del futuro, ese culpable, somos nosotros mismos. Este finde hay elecciones en Extremadura, donde todo parece indicar que habrá un fiasco de la izquierda, sea socialista o no. Yo espero y deseo que la opción de Unidas por Extremadura consiga al menos un 15% de los votos, que seria lo deseable, si el candidato del PSOE no consigue despertar, que no lo consigue, de su deriva al electorado socialista. Unidas por Extremadura debería así recoger ese voto descontento por la izquierda. Pero las encuestas nos dicen que no lo hace. Unidas por Extremadura parece una propuesta nítida de izquierdas, sin ambages, una izquierda que conjuga el clasicismo de Izquierda Unida y el neoclasicismo de Podemos. Sin florituras ni moderneces ni vestidos ni sonrisas. La culpa, paradójicamente, con las derechas siempre es de otros. Con la izquierda, somos nosotros mismos. 

miércoles, 10 de diciembre de 2025

No escuches a Robe


Mi hermano comenzó a escuchar Extremoduro. Mi hermano elpako es seis años aproximadamente más joven que yo. Él era un jovenzano adolescentísimo y yo ya era un casi veinteañero o más. Al principio me pareció que podía ser una banda que conectase con algo que yo había escuchado en otro sitio, pero no conseguía conectar con aquello. Hasta que decidí que no conectaba para nada, a pesar del Pedrá y su rollo conceptual y a pesar del Agila y esas canciones que sí o sí escuchabas por todas partes. So payaso. Sin embargo nada de eso llegó a cuajar y el estalinista que llevo dentro salió a pasear. No escuches Extremoduro. No lo dije así, claro, pero fue asi. Me burlaba de mi hermano, del tono de voz del Robe, del rollo que destilaba, de la mística que desprendía. Hasta nuestros días. Extremoduro, el Robe, todo lo que dependía de ese tronco, lo que derivaba de esa lírica, de ese mundo, no solo no lo entendía sino que tendía a menospreciarlo. Me daba y me da igual si mucha gente de mi entorno no siguió mis directrices claras y han seguido escuchando Extremoduro y Robe. Tengo una amiga, la Marga, que se fue de Santa Coloma y vive en Extremadura que ha puesto una canción de Extremoduro o de Robe en todas las stories que ha colgado desde que la sigo en redes. Hay gente, lo entiendo, que ha hecho de Robe su profeta, la voz que llega a expresar lo que ellos quieren, anhelan. Desde lo desgarrador y transgresor de sus comienzos a lo complejo y poético que tiene la vida, su vida, en los discos postreros. Yo nunca he conectado con eso. Me sentía ajeno a esa transgresión y época oscura de sus comienzos y era y soy incapaz de hacer mía la lírica de sus letras y la poesía omnipresente. Hoy se muere el cantante de Extremoduro, el Robe, y para mucha gente será un día difícil porque esa voz y esa actitud vital y ese mundo creado ha sido muy importante. ¿Porqué escribo sobre Robe si nunca me ha importado? Porque yo, a mi hermano y supongo que a alguien más, al Edu por ejemplo, les dije en su momento que Extremoduro no era kosher. Que no molaba, que lo dejasen, que el mundo de la música tenía mucho más que ofrecer que el mundo de Robe. Todavía hace unos pocos años, me sorprendía de ver a gente volviéndose loca escuchando Jesucristo García. El tiempo pasa, la vida te cambia, pero Parménides sigue teniendo razón en un rinconcito de mi espíritu. Hoy, ya es tarde, quiero pedir perdón a todos y todas las que en su momento os miré con condescendencia cuando me hablabais de Extremoduro, cuando en Santa Coloma me tropezaba con tanta gente con la camiseta o la sudadera, cuando en el pueblo parecía ser uno más de la familia. Y decirles que os acompaño en el sentimiento. 

martes, 9 de diciembre de 2025

El mundo es basura y Jorge Martínez ha muerto


Comencemos por el principio. En el principio fue una canción que salió en los 40 principales, una vez más cuando los 40 principales eran otra plataforma para poder escuchar, de vez en cuando, algo de música. Esa canción que yo recuerdo era la de Ángel Exterminador. No sé cuántos años tendría yo ahí. Se puede mirar. Recuerdo que esa canción se salía de la norma, guerra excitante y prohibida, el mundo es basura pero me gusta estar vivo, guerra excitante te amo, yo también quiero ser ministro de la muerte. Era oscura, era rara, era enfermiza, eres un niño, te gusta. Eran los Ilegales. A partir de ahí, escuchar Radio 3 y pillar conciertos de Ilegales de aquellos del Diaro Pop o similares. Las intervenciones entre canciones del cantante no tenían desperdicio. Qué personaje. Quién era. Era Jorge Martínez y Jorge Martínez se ha muerto hoy. Que se haya muerto Jorge Martínez no es normal. Cualquiera que haya visto alguna vez a Jorge Martínez, en vivo, en directo, en la tele, en una foto, en un documental, en sueños, sabrá que Jorge Martínez le tenía ganada la partida a la muerte. La muerte, como quiera que se vista, no tenía nada que hacer con Jorge Martínez. De hecho, no me acabo de creer que la muerte haya podido definitivamente con él, posiblemente se haya hecho el muerto y esté esperando a que la muerte se despiste para atizarle con el stick de hockey en la testa. Jorge Martínez acabará venciendo a la muerte. Jorge Martínez ha sido objeto de críticas, controversias, adhesiones, odios (mi amiga la Dame Masquée, qué tirria le tenía), polémicas, fanatismos, concursos de imitadores (quién no recuerda el famoso concurso de imitadores de Jorge Martínez en aquel disco de Def Con Dos), ¿he dicho polémicas?. ¿Nunca visteis a los nazis en los conciertos de Ilegales? ¿Nunca visteis cómo se ventilaba a los nazis Jorge Martínez? La polémica con Jorge Martínez siempre estuvo ahí. Hacer punk sin ser radicalmente tal o cual, nunca fue bien entendido. Si además tienes una canción que se llama Heil Hitler, posiblemente seas interpretado regular. Si coqueteas con cierta estética, ya no te cuento. Y luego siempre resultaba que no. Pero. Y en ese nunca sabré se movió la cosa. Pero ese nunca sabré daba mucho igual, de hecho, daba bastante igual e importaba una puñetera mierda. Un concierto de Ilegales te disipaba todas las dudas y sabías que tú estabas ahí, en eso, en ese algo entre hijoputa y decrépito y violento y básico. No sé porqué, pero a mi padre le encantaban los Ilegales. Decía que de los grupos modernos, este era su favorito. Tenía entre SUS discos, el directo. El directo de Ilegales terminaba con una versión pavorosa del Destruye. No tengo ni idea del disco en el que sale Destruye. No recuerdo todas las canciones que me gustan de Ilegales, no tengo todos sus discos. Sé que había canciones que me daban en toda la testa como un stick de hockey. No me gusta el trabajo, la otra que ahora está fatal pero mal, regreso al sexo químicamente puro, no me gusta el blues, voy a dar una fiesta, odio los pasodobles, enamorados de varsovia, todas las del primer disco. Ángel exterminador, te espera la muerte. Esto no sabíamos que le iba a pasar a Jorge Martínez. Experto en contar batallas, peleas, choques, enfrentamientos, le dí, le miré, fui hacia él. La muerte finalmente cree que se ha llevado por delante a Jorge Martínez, hasta que Jorge Martínez la pille desprevenida otra vez y le diga 'hola mamoncete, qué haces por aquí'. El mundo es basura.