lunes, 16 de septiembre de 2013

Floripondio

Nos han remitido un relato sencillo pero de aire... raro, que no nos podemos resistir a difundir. El autor del mismo se presenta como Conceiçao de Abrantes y el título del texto es 'Floripondio'. Lo curioso es que lo remite a nombre de una tal I. como regalo de cumpleaños y nosotros no conocemos a ninguna I. Pero bueno, estrategias de marqueting.
'Y que conste que no te conozco de nada, pero me fascinas. Y tengo que aclarar, además, que no me gustan las flores y en mi casa no tengo plantas. En mi casa no tengo nada. La televisión y cuatro libros que coloco aquí y allá para parecer... no es el momento de hablar de mí. Siempre me pasa que termino hablando de mí y no voy al grano. No esta vez. Te veo todos los días cuando voy y cuando vengo de trabajar, y muchas más veces sin motivo aparente. Te veo arreglando tu puestecito, te veo moviendo un tiesto de un lado a otro, te veo arreglando un ramo para una señora, te veo mientras recortas unas puntas de un cactus. No sé por qué la gente puede comprar cactus. Dicen que son muy cómodos, que no necesitan mucho cuidado. Pero son feos y tristes. Te veo mientras riegas un poquito la menta, la albahaca, la margarita. Necesitan agua, dices a la gente que pregunta. No los pongas al sol, me dices. Qué hacendosa. Qué bien te mueves en tu puestecito. A veces, no muchas, pero a veces te he seguido también cuando vas a hacer entrega de un ramo a alguna novia, por su cumpleaños. O cuando llevas alguna corona a alguien. Te sigo y me hago el encontradizo, pero agacho la cabeza y no digo nada. Nunca te saludo. Tampoco podría entablar demasiada conversación, porque desde la última vez que me denunciaste por acoso, no puedo verte tanto como quisiera. Así que voy por una acera distinta, te veo entre los cristales del puestecito, con tu floripondio. No me gustan las flores, pero tienes algo, no sé. Nunca he hablado contigo, nunca te he dicho nada. Pero me gustaría decirte alguna vez algo. Ya sé que no puedo, porque me denunciaste y eso, y es normal. Pero tus movimientos me engatusan, me hipnotizan. Me tienes aturullado. Más de una vez me he quedado, como cuando se me llevaron los guardias, encantado delante de tu puesto, como ido, sin conocimiento, mirándote nada más. Viendo cómo cortas los lazos de las rosas en Sant Jordi. Viendo cómo recortas los corazones para San Valentín. No me han echado del trabajo todavía de milagro, porque mi padre es el dueño de la empresa y es condescendiente. Eso quisiera decirte alguna vez. Que conmigo hay un futuro. Que no te preocupes. Que no me importa que lleves ese floripondio. Que todo puede ser maravilloso.'

Felicidades I. 

2 comentarios:

  1. a mí me gustan los cactus. Y precisamente ayer buscando un email antiguo vi que estaba firmado por un cliente portugués llamado Conceiçao. Me quedé pensando si era nombre de hombre o de mujer. Porque si es Concepción, en España sería de mujer. Pero claro Conceiçao suena a hombre. Y ahora con este relato más todavía.

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  2. Qué atento es ud. con las fechas de los cumpleaños.
    Ahora, los chinos, nada escrupulosos, nada educados... Como no se refiera a los del todo a 100 de debajo de su casa, y me escama.

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