martes, 19 de enero de 2016

En la MIR. Drama (o comedia) intergaláctico/a.

Estos días he estado dándole vueltas a un tema que me sucedió hace un tiempo y que, por causas que sinceramente no acierto a entender no me había vuelto a la memoria. No sé si lo sabéis pero hace unos años participé en el programa de la Agencia Espacial Europea, para formar parte del equipo que sustituiría a cuatro cosmonautas que llevaban ya mucho tiempo, tres o cuatro años, en la base espacial MIR. No es un tema que haya sacado en las conversaciones ni que me guste mucho recordar porque sucedió algo que todavía no me atrevo a calificar. Estoy aquí y eso es lo que cuenta. Porque podía haberme quedado allí. Aquí y allí. En fin. Fueron unos meses de una dura formación. Éramos seis personas las que habíamos sido seleccionadas mediante un proceso que fue, bueno, de aquella manera. Fuera como fuera, desde el primer día hubo una persona que me cayó mal. El checo Stepe Chovanek. Yo, precisamente, que tengo por la República Checa, por Checoslovaquia y por ende, por todo lo centroeuropeo una pasión y un cariño que creo haber demostrado una y mil veces, desde un primer momento, no encajé con aquella persona. Stepe Chovanek era un físico que había sido seleccionado después de una durísima prueba que se realizó en su país y al parecer todo aquel periodo le había dejado algo tocado. Y que, además, según como, los centroeuropeos no son tampoco la gente más dicharachera del mundo. No sé. Como quiera que sea que uno estaba en aquel tiempo contento con haber llegado hasta ahí y tal, que hubiera alguien que desde el primer día pusiera mala cara, no hablase con nadie, fuese tan a la suya y no hiciera grupo, no me gustó. Éramos seis, Chovanek, yo, un italiano muy simpático, una alemana que resultó ser una muchacha majísima, una rusa que hizo muy buenas migas con el italiano y un sueco que parecía pasar de todo pero que era bastante llevable.
Bien. Teníamos que pasar todos un par de meses en una ciudad de aquellas perdidas de Rusia, acostumbrándonos a las condiciones de la base espacial y el primer día que llegamos a la ciudad, cuyo nombre no puedo decir porque era secreto y, bueno, cosas de los rusos, el caso es que nada más llegar, Chovanek dice que durante los días que estemos en común rogaría que se le hablase en alemán, dado que su inglés estaba un poco obsoleto y no podía asegurar un nivel de comprensión alto de todo lo que... no pusimos muchos problemas, porque todos hablábamos de todo, pero ya nos preguntamos qué coño de pruebas había pasado Chovanek para ir allí sin tener un inglés al menos en condiciones. Y como esa, más. Que si había procedimientos que no entendía. Que si ciertos complementos vitamínicos le sentaban mal. Que si había aparataje y tecnología que o bien estaba demasiado atrasada y le daba mal rollo que la pudiéramos utilizar o era demasiado moderna y no se podía implementar de forma segura con... Un rollo de tío.
Los demás, muy bien. Hacíamos lo que se nos ordenaba y al cabo de los dos meses, camino del éxito. El día del despegue, desde una base militar, Chovanek comunicó que estaba muy constipado, que posiblemente no pudiera salir. Que con una gripe no podría salir a la misión. Un coronel del ejército francés que estaba allí en misión de apoyo, recuerdo que masculló entre dientes 'pues quédate, mocosete'. No lo oyó. O sí. No le cambió la cara. Esa cara de cabreo, molestia, y encima constipado. Bueno. Con los trajes y eso, no se notaba nada. Despegamos, y cumpliendo con el tiempo previsto, nos acoplamos con la MIR.
Los que estaban allí eran todos rusos menos uno, que era japonés y que al parecer había dado problemas de adaptabilidad. Es que también, dejar al japonés allí solo... en fin. Estuvimos juntos un par de días y ellos se bajaron en el transbordador.
Aquello lo habían dejado bastante bien. No se podía decir que los rusos fueran descuidados y del japonés no se puede dudar. Al entrar y quitarnos los cascos, todos alabamos el buen estado de todo y nos fuimos acoplando a nuestros habitáculos. Chovanek se empeñó en que mi habitáculo era el suyo. No sé si fueron los nervios del momento o qué, pero me salió un 'vete a la mierda', en inglés que supongo que entendió a la primera. Empezábamos bien.

1 comentario:

  1. Si es que ya no hay fronteras, ¿ve? Y si las hay se las cargan los cosmonautas. Debió de quedar muy curioso eso en inglés. Resulta poco británico, dicho así.

    Feliz tarde

    Bisous

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