domingo, 26 de febrero de 2017

Crónica de un carnaval colomense. Haciendo poco, es mucho.


Yo me lo paso bien si vosotros os lo pasáis bien. Si el año pasado mi participación en el Carnaval fue testimonial, meramente decorativa, en esta ocasión no he querido ser menos y me he buscado un buen constipado así como una función que nuevamente me relega a la oscuridad de la camioneta donde se escoge la música, para que nadie me viera disfrazado por la calle. O al menos, no mucho.
El Carnaval en Santa Coloma. Tres días hay en el cielo que lucen más que el sol colomense: Reyes, Carnaval y el tercero sólo lo sé yo. Son días en los que los colomenses ocupamos la calle para ver a otros colomenses bailar, reír, cantar, danzar, sincronizar bailes y máscaras, ver si conocemos a alguien, al vecino, al del colegio, a la madre que nos encontramos en la granja, a los compañeros de colla que se han disfrazado, a la alcaldesa, etc.
Este año participamos en la comparsa de SOS Gent Gran en demanda de una segunda residencia para la gente mayor así como un centro de día. Una demanda a la Generalitat que ya lleva unos meses en danza y que se pensó que la rúa sería el altavoz ideal para la reivindicación, como el año pasado fue la rúa de la Plataforma en defensa de la Serra de Marina i Can Zam. Este año éramos menos, pero no muchos menos creo, la gente de la ANC iba por su cuenta. Sea como sea, este año he participado mucho menos.
Honor y gloria a los compañeros que se lo curran. Que desde hace tres semanas si no más, llevan ya preparando la camioneta, buscando la ropa, ideando patrones, cosas, buscando motivos, pintando, recortando, preguntando a qué hora se abre el local para hacer… honor y gloria para la Loli que ejerce de directora de orquesta, como muy severa, pero que manejas luego como quieres. Para el Fermín, eterno cascarrabias, jaenero incordio, pero siempre ahí. Para el Héctor, que con la espalda como la tiene no para. Para todas las cantaires que tuvieron que sufrir al borde del de las gafas que, como jaenero incordio también, se metió en su grabación. Para todos y para todas ellas, un abrazo grande, porque con gente así, con ese entusiasmo, se puede ir a cualquier parte. Y de la misma manera que uno ve esto en su comparsa, lo mismo se puede decir de las demás.
Más de 40 comparsas, lo que supone un número espectacular de participantes, de gente preparando cosas, moviéndose, organizándose, no es fácil sacar tiempo, ganas, gente, para todo eso. Santa Coloma, con tal de salir a la calle y armar follón, pone lo que haga falta.
El día de ayer comenzó con un corretapas que viví de lejos. De pasada. De camino a casa. Ya había gente en la calle, en los bares, estupendo. Verás qué cuerpo cuando a las tres haya que ir a vestirse. A las tres ya está el local de la calle Sagarra con gente a medio vestir. Con gente vestida, gente maquillándose. Hay una señora mayor que viene a todas, que es entrañable y ya va medio vestida. No lo hago, pero dan unas ganas de abrazarla todo el rato… me da bajona. Qué gente, qué fe tiene. Viene el Salva Bolancer y se viste también. No lo he dicho. Vamos de niños pequeños. De niños con pañal que piden a la plaza de residencia para el 2069 porque al ritmo que vamos. Se lo pedimos a unos ‘políticos’ que son el Andrés Bolancer, el Fermín, el Miguel Ordóñez y el Luis. Nuestro otro Luis conducirá el camión. Se retrasa porque ha pinchado una rueda. No nos pasan más cosas porque no nos pasan más cosas. Vestidos, trenzas, atrezzo, un hullahop que regalamos porque no lo sabemos hacer usar, un chupete, más trenzas, la Clari peinando a todo dios y la Marga pintando caras. Me visto, me pongo mis mallas, mi térmica, me pintan la cara, fotos y más fotos. Benditos los móviles que nos permiten hacer fotos y más fotos.
Nos vamos, a las cinco hay que estar en la plaza del Reloj. Llegamos con la camioneta, somos los quintos. Aparcamos, vamos avanzando. Cerdas. Vemos vestirse a unas collas de latinos que se ponen unos vestidos estupendos, sobresalientes, increíbles. Cerdas. Unas chicas nativas pasan por la otra acera y les llaman cerdas. Qué asco. A nuestro Luís también. Mientras vosotros os lo paséis bien, yo me lo paso bien. Vemos al Aitor y al Miqui. Van de Pobreza energética. Vemos a las Fridakahlos a lo lejos. Había apuestas y hemos fallado. Viene la Patricia y dice que ella viene con nosotros pero que no se disfraza, solo va a dar propaganda. Bien. Me meto dentro de la cabina, ruidaco de la burra, no veré nada. Adiós.
El amo de las llaves del laberinto. El dueño del sonido. El que decide qué suena. Ahora una de peret. Ahora todo Rafaela. Ahora reguetón. Ahora infantil. Qué artista. Para, corta esa de hidrogenesse y pon ya la… El repertorio viene a ser el mismo del año que viene con la adición del piky piky, la de tremendo culo que me hace gracia, la de la bicicleta, y alguna novedad de este año. Un cd con canciones infantiles. Adelante. Y el repertorio clásico que no sabe uno si… lo sabe. A la tercera canción, un compañero de la PAHV me dice que ponga música de bailar y todavía no hemos salido. La madre que me trajo qué presión. Eso sí, de volumen este año, bien. Niños tapándose los oídos, es buen síntoma.
Salimos, vamos andando y cuando paramos ponemos la canción y hacemos el número. Me van avisando. Gente a tope en la calle por lo que veo. Bailar y bailar. La canción que ponemos es una adaptación de maría Isabel de los Payos que ha hecho la Inés, un encanto de mujer. Chiribiribí. Qué gente tan bonita. El Jonatan. Qué hartón de bailar. Qué crack. Qué hartón de bailar y de hacer bailar y de hacer reír a la gente. Qué tío. Así da gusto. Me mola no tener que estar en la calle porque no me podría mover como el Jon. Y la Ale, y la Clari y la Alba, tan guapas. No sé, hoy todo el mundo mola. Qué blandura de texto.
Pero es que es así. Gente bailando por la calle cuando suena la sevillana de los bloques. Niños cantando el piki, hola don pepito, cumpleaños feliz, etc. No veo nada. De vez en cuando me asomo y veo a la gente. Mola verlos así. Calle Jacinto Verdaguer, Jacinto Verdaguer, Jacinto Verdaguer, hasta llegar a avenida Generalitat y de ahí a la Plaça de la Vila. Me comentan un oscuro asunto con una botella. Prefiero no imaginar. Vamos andando, mola mucho pero me entero de nada. Solo veo bailar al Jonatan. Al Bustos con la peluca rubia. Mola
Santa Coloma en la calle. Llegamos y me bajo de la camioneta para entrar en la plaza con los míos. Entramos y cantamos la canción. Bailo y hago el tonto delante de las autoridades. De eso se trata. De hacer el tonto ante la autoridad y esta vez con motivos. Luego me dicen que me han visto desatado. Ea. Toda la tarde encerrado en la camioneta. Sin ver a nadie. Sin ver trenzas, ni caras pintadas, ni mallas, ni nada. Y de ahí a dar la vuelta, a cambiarnos, a vestirnos, a irse que toca elpako en el Línea. Y antes a montar la camioneta otra vez.
No sé. Con lo tuso y cenizo que es uno, lo que le pueden estas cosas de hacer movidas en comunidad. Aunque no haya cogido una tijera en tres semanas. Ni un triste nudo. Nada. Qué grande. Pero haciendo nada, es todo mucho.
De vuelta a casa veo una comparsa creo que de bolivianos que llevan un ritmo de tambores contagioso. Tambores y trompetas. Si han estado las dos horas así… también veo la comparsa de Yolanda Valero, que van de churros, disfraz controvertido. Pero es que el A. le saca controversia a todo. Carnaval mal planteado, debería ser más fácil. En fin.

Mola el carnaval. No sé yo el año que viene qué me puede pasar. Hernia, constipado… igual me quedo preñado. No me hagan palmas. Qué blandito todo. 

4 comentarios:

  1. Una bonica crónica pels que no hem pogut veure la comparsa número 5.
    Moltes gràcies!

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  2. Una bonica crónica pels que no hem pogut veure la comparsa número 5.
    Moltes gràcies!

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  3. Mucho entusiasmo,ganas y más ganas de hacer cosas para mejorar la humanidad eso lo hacéis vosotros, sacando tiempo de donde no lo hay e intentando que algo cambie.
    Contagiando ese espíritu y enseñando valores desde los mayores a los más pequeños.
    Gracias por hacer un mundo mejor.
    Eva

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