jueves, 22 de febrero de 2018

Estamos perdiendo

Así, con el tono cansado. Estamos perdiendo. Con pereza, con aburrimiento. Pero no pasa tampoco demasiado, a fin de cuentas como dijo la galerista que ayer retiró la obra que había expuesto por orden de... a fin de cuentas es una obra de arte, tampoco pasa nada. A ver, vamos a exponer cómo va la cosa hasta el momento.
Lo del rapero. Pero qué rapero. El de hace unas semanas o el de ahora. Da igual. El cantante de Def con Dos de hace algún tiempo más. Da igual. No hace falta decir ni el nombre. O sí. O aquella vez que hace años empezaron a perseguir a Soziedad Alkoholika por... o cuando iban persiguiendo a Fermin Muguruza por... o al propio Manu Chao por llevar en su gira a Fermin Muguruza. Años de cárcel por cantar cosas que se consideran... qué.
Estamos perdiendo. No somos exagerados los del Athletic. Forges era del Athletic y no lo parecía porque aún tenía algo de... sería del Athletic y vasco. Los vascos del Athletic son más optimistas por regla general. Se ha muerto Forges el día en el que pasan cosas cada vez más normales. Porque empieza a ser normal todo.
Empieza a ser normal vivir por debajo de los niveles mínimos. Empieza a ser normal no vivir con el sueldo, a que se empiece a plantear como normal trabajar sin cobrar, trabajar a disposición de lo que se diga, a cobrar una pensión que sube un euro bajo sospecha porque eres mayor y estorbas, empieza a ser normal que parezca normal que se anuncien cosas como esa de no cobrar cuando ya pasa y pasa mucho ya que mucha mucha mucha gente trabaja y trabaja más de lo que le dicen sin cobrar. Y es normal para esa gente. Anormal para algunos, pero no para otros que ya lo han asumido como normal. Lo que hay. Por cierto, el creador de la idea, el presidente de la CEOE es catalán. Por si acaso pensábamos que... pues sí.
Es normal que haya gente que se vaya a Suiza porque considera que aquí no hay justicia y está en riesgo. Que el posible presidente de la Generalitat esté en la cárcel. Que el más votado esté huido. Que se esté a favor o no de las ideas de esta gente, no se piense que eso, que puedan ir a la cárcel, que estén incluso ya en la cárcel, sea algo que no es normal. Que estamos en una contrarrevolución, en una involución. Que alguien exponga una obra en la que se llame presos políticos a los que ilustran unas fotos y se diga que eso ha de ser retirado. Que la portavoz del PSOE diga que es que en estos tiempos, mejor no echar más leña al fuego. Oiga, mire usted. Que nos estemos olvidando de quienes han ido a la cárcel antes en este país por piquetes, por su acción en huelgas, por haberse reído del cabrón de Carrero Blanco. Esto empieza a ser normal.
Estamos en un país en el que se está empezando a ver normal ir más allá. Pero es más o menos lo que hay. Estamos en un país en el que vamos perdiendo, no sé ya quién va perdiendo, pero es una derrota sin paliativos. Ni sé tampoco qué país. En el que un expresidente diga en la radio que el rollo en el que llevamos metidos desde hace ya años, en realidad no servía para nada, porque de lo que estábamos hablando era de otra cosa. Un expresidente que lo dice en público, en la radio, pero no vale de nada porque la guaracha sigue y seguirá hasta que deje de ser útil.
Es la diferencia entre una revolución y una contrarrevolución. Podía pasar y pasa. Está pasando. Aquí, en este país.
Podría haber habido una revolución. Pequeña. Casi socialdemócrata. Con todo aquello del 15m y del arriba y abajo, y la casta y todo eso. Y no. Nos encontramos con que solo unos años después de aquello estamos en pleno proceso de involución. Una involución de la que no sé cómo vamos a escapar.
Hoy manifestaciones de pensionistas en todo el país. En cualquier parte del nombre del país o Estado o como le quieras llamar. La manifestación de Barcelona no ha sido la segunda menos numerosa. No ha sido la primera, tampoco la segunda. Pero este país, este, el de aquí, es de izquierdas. Es muy de izquierdas. Pero mucho. Pues no. No mucho.
Exposición en el Born, aquello del busto de Franco para señalar la apropiación del Fascismo del espacio público. Se montó una guapa, verdad. Porque somos muy tolerantes y eso. Y la Colau una cabrona, verdad. Y la quitaron, claro. Y allí mucho y aquí poco. Y bueno. Pues eso. Que vamos tirando. Libertad de expresión, pero de mi expresión.
Hoy un tertuliano en la radio ha justificado la retirada de la obra de los presos políticos de ARCO. Un tertuliano que hace de progresista a veces. Le parece que no todo vale.
Y vamos tan deprisa que vamos hacia atrás. Y no pedimos perdón. Pero no para atrás. Porque yo me crié con Kortatu, Eskorbuto, La Polla, Os resentidos (eres minusválida, non podes bailar). Y eran años ochenta. Y ni siquiera entonces. Pero ahora empezamos a verlo normal.
Y seguimos esperando a que las manifestaciones sirvan de aldabonazo para que el Gobierno... este gobierno. Y lo que viene parece peor. Al menos Girauta no ha dicho de quitar las fotos de los presos políticos. Por llevar la contraria, será.
Es igual. No sé. Es aquello de decir que estás a favor de Valtronyc, de Pablo Hasel, de los titiriteros, de los sindicalistas, de los escritores, de... antes parecía lo normal.
Pero lo normal ahora es asumir que esto es lo normal. Que lo mejor es no mojarte mucho. Buscar un grupo de gente con la que estés a favor y camuflarte en él. No disentir, no discutir, darnos la razón, no conocer a nadie del otro bando.
Estamos perdiendo de mucho.
Y todavía no había leído lo de Joaquín Reyes.

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