jueves, 29 de diciembre de 2022

Baal


Ni en un millón de años, me dijo. Salí de allí como ya había salido otras muchas veces y esta vez, sin rumbo fijo vagueé por las calles hasta que salió a mi encuentro Baal. Lo noté enojado. Mi enojo y el suyo, juntos. Pero él estaba enojado por mi enojo. Me lo dijo. 'Es lamentable que sigas estrellándote una y otra vez contra la misma pared. Te contaré una historia'. Y me contó una historia, efectivamente. Y esa historia se remontaba a muchos, muchos siglos atrás. Tantos siglos que no existía absolutamente nada y me contó cómo estaba solo en el mundo, un mundo que creía haber creado Baal y que un día escuchó una voz que le preguntó qué estaba haciendo en el mundo, si el mundo lo había creado Dios. Al parecer, dijo, Dios estaba revisando su obra, todo listo para hacer que todo comenzara, cuando se encontró con que Baal ya estaba allí. Dios le dijo entonces que tenía que marcharse. Baal estaba tremendamente confuso. Si él lo había creado todo, quién era ese Dios que estaba ordenándole cosas. Se enfadó mucho. No conseguía recordar en qué momento él había creado a ese tal Dios que estaba molestándole. Así que intentó buscarle, combatirle, expulsarle de todo lo que había creado, quizás sería tan fácil como borrarlo, pero la voz le seguía preguntando '¿qué haces aquí Baal?'. Y Baal vio cómo aquel tal Dios estaba creando y creando tal y como él ya había pensado y creado y entonces, entonces, quién era ese tal Dios y porqué él no era el único creador y no sería él mismo Dios. Y para salir de aquel lío Baal recurrió a una solución infalible. Él había creado el tiempo. Esperaría. Esperaría a que Dios desapareciese. Baal no podía desaparecer. Él lo había creado todo y tarde o temprano esa cosa desaparecería. Y lo estaba consiguiendo.

- Oh, Baal, majestuoso y sabio, siempre encuentras la respuesta a cualesquiera problema que enfrentes...

- Mortal, el tiempo, siempre es el tiempo...

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