lunes, 22 de mayo de 2023

Crónica de la campaña electoral en Santa Coloma. Es demasiado.


Ya dijeron que llovería, lo advirtieron, como advierten de tantas cosas y anuncian tantas maravillas y prometen parques y prometen apartamentos en Torrevieja, Alicante, y el cielo y el mar y el sueño y el futuro o no. Lo anunciaron y finalmente se cumplió. Yo ya vi que hoy la cosa iba a ir de agua, pero abnegadamente nos sometemos al calendario que decía que hoy el espacio de la plaça del Barri Llatí iba a ser el escenario perfecto para ubicar nuestra carpa, la de En Comú Podem, y continuar con la prédica de que es posible y es necesario y no hay otro camino que seguir sumando para terminar con esta forma de gobierno absoluto en Santa Coloma de Gramenet, que te permite, por ejemplo, disponer de las aceras de los espacios como la Rambla Sant Sebastià como si aquello fuera un parking normal y corriente y poner tu furgona haciendo uso y abuso de que es que tengo la llave de los pivotes y yo aquí soy yo y entonces ya está hecho y a nosotros se nos encoje el estómago por poner la furgoneta dos segundos mal aparcada y te viene la poli local a decirte que qué pasa y luego ves la furgoneta del sueño en mitad de la rambla, pero es que en mitad de la rambla y dices, hombre, a ver, esto como que no.  Y son estas pequeñas cosas. Y por eso lo de acabar con esta forma de gobernar que parece que la ciudad es un decorado de exhibición de su sagrada forma. Ahí hemos estado y estábamos poniendo la carpa, cogiendo cuatro manos las cuatro patas de la carpa, cuando ha empezado a llover. Sabiendo que hay un colectivo de inasequibles al desaliento, que son los pensionistas de SOS Gent Gran, que llueva, truene, te frías en la plaça de la Vila, siempre en definitiva, que no dejan de manifestarse cada lunes por la reivindicación de más y mejores recursos para nuestra ciudad y sus personas mayores, hemos acudido allí a dar apoyo, como todos los lunes, que no solo hay que ir a lucir la camiseta o la chapita y ya ni eso. Hemos escuchado las reivindicaciones de este colectivo para las elecciones municipales y, como siempre, admirado la perseverancia en la lucha, un colectivo heterogéneo, pero unido en un único sentido, que es conseguir eso que las instituciones prometen, anuncian, regalan, chantajean, dan y que nunca llega. Seguimos, que la mañana no está para estar parado, llueve, el agua, bien todo porque es necesario y aunque sea en campaña, el agua es bienvenida, etc. Las batallas, las refriegas callejeras, se llevan a cabo a partir de los efectivos con los que cuentes y podemos decir que en esta contienda electoral nuestro espacio cuenta con un ejército abnegado, con un grupo humano, pasando ya del lenguaje bélico de mierda, contamos con gente que está. Está aquí. Como la Montse, que en su barrio ha venido a apoyar en la carpa y a estar y echar una mano y a encontrarse con su gente. Y fíjense en esa cara de felicidad. 


Esta es la cara de alguien que está rodeada de personas a las que llamar compañeras, pero no con el toquecito folclórico del compañerismo de folletito y manual y frase hecha, sino de quien sabe que está rodeado de gente que está para ayudar, para construir, para hacer cosas y hacerlas de buena gana y se hace lo que se puede y se hace lo que se sabe y se hace lo que se tiene que hacer para que la cosa vaya para delante y no se piensa recular. Ni un paso atrás, ni para tomar impulso. Y así seguimos, la Montse desde hace un huevo de años, en las buenas y también en las muy malas. Y verle esa sonrisa, pues qué. Palante. El día continúa y hay que aprovechar que parece que deja de llover y repartir unos cuantos folletos en el mercadillo y ahí vamos y vamos a tener que hacer una reunión formal, asamblea amplia, consenso ciudadano respecto a las fotos de campaña. Parece ser que esta foto tampoco. Ni la buena, ni la mejor foto, ni la foto estudiada y diseñada. Tampoco. El problema pues no es la foto. Debo ser yo. No doy. En fin. Asume. Hemos ido a comer al Jota Cabrera, pero no he visto la tele y no he podido ver nada sobre lo de Vinicius. Que ya te digo ahora que a mí me parece que a ese chaval lo están volviendo loco y que lo de Mestalla es una racistada como una casa y que bueno, no pasa nada porque nunca pasa nada y como es del Madrid a unos les parecerá bien y a otros mal. Pero el racismo es el racismo y hay que combatirlo y no valen excusas. Ni una excusa. Y por la tarde hemos ido a hacer una visita al barrio de Can Calvet. Hay un bar en la esquina, hay un nuevo propietario, hemos pasado luego a ver a la Pepi en la Asociación de Vecinos, claro que nos conocemos. Aquí que no nos lee nadie, lo de la Pepi tiene un mérito increíble. Y ahí lo dejo. Qué pasa en los barrios y sobre todo, qué pasa con lo que pensamos de algunos de los grandes proyectos de ciudad que la ciudadanía no entiende. Y me refiero a lo que está al lado del puente, sí, allí, que parece que entre la gente de la calle no ha llegado a cuajar una idea que parece que todo el mundo asume pero no es así y se detecta... no lo sé. Y los coches. El tema de los coches y aparcar. Otro tema que tú crees que tu discurso es diáfano y que todos lo van a entender y claro. Aparcar. Y mientras hablamos, la clase de baile al lado. Y la vida va pasando. Y como quedaba tarde me he ido a mirar unos discos y no he visto nada que me enrollase, pero en la tienda de repente ha empezado a sonar el It's all too much de Steve Hillage, la versión de los Beatles y he pensado, pues mira, genial todo ¿no?

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