lunes, 8 de mayo de 2023

Sálvame ha muerto. Viva Sálvame


La televisión aliena a las masas. Los contenidos que nos ofrece la televisión, como la gran mayoría de medios de comunicación, menos los que yo veo, nos meten en la cabeza una idea del mundo que siempre favorece el inmovilismo, el conformismo, atizan el odio contra el otro, crean ídolos ficticios, están pensados para vender y hacernos consumir, nos lavan el cerebro y son una amenaza. Los periodistas, como yo, no somos más que herramientas de un sistema que controla todos y cada uno de los resortes del pensamiento humano. La televisión ya no es que no sea cultura, es que tendríamos que eliminar la televisión o dejar únicamente contenidos culturales o de divulgación de una serie de valores que enriquecieran nuestro espíritu. 

Telecinco ha decidido cancelar el Sálvame para dar paso a una reestructuración de la programación que todo el mundo lee como una manera de sellar la difusión de contenidos progresistas en su cadena para apretar las tuercas a la población de cara a las elecciones generales, donde esta cadena de origen italiano tifa por la derecha y la ultraderecha. Cambiar a Jorge Javier Vázquez por Ana Rosa Quintana para las tardes. 

No hagan caso del primer párrafo del texto. Hagan caso de este tercer párrafo del texto. Sálvame es televisión comercial. Comercial con el objeto de alcanzar una audiencia masiva proponiendo todo tipo de contenido que se sabe que engancha con la población. Desde el cotilleo, a la trifulca, a la vida de famosos, la creación de los propios famosos por parte del propio programa y algo que me enseñaron en la facultad y que tiene todo el sentido del mundo. 

El público ya no es algo ajeno a la creación del programa. Aunque sea mentira. El emisor ya no es alguien docto, culto, que sabe y que ofrece contenidos de calidad a una masa que espera que la eduquen. El tema es que eso cambia y da la impresión de que es el emisor quien hace los contenidos. y así nos encontramos con tertulianos que hablan como nosotros, que chillan, insultan, se levantan y se van, lloran, se abrazan, se reconcilian, se vuelven a pelear, gritan, como usted y como yo, oiga. Y eso es la tele. El tema es. ¿Y con eso lo estamos haciendo mal? 

Jorge Javier Vázquez, nacido en Badalona y de familia de izquierdas, siempre recuerda los murales del PSUC en su barrio ha conseguido introducir en un programa de altísima audiencia conceptos como los derechos para el colectivo LGTBI, feminismo, que parece que están normalizados como... pero no, para nada. Y ahí lo hemos tenido, durante años, sin esconderse, sin camuflar nada, con sus altos y sus bajos, y con máximas audiencias. El conflicto entre el sensacionalismo, lo popular, lo masivo y lo que aliena a las masas. 

Habrá quien diga que bueno, que se cambia mocos por babas. Pero en realidad, perdemos. No era lo mismo el Sálvame que otros programas. Un formato que se ha querido exportar a otros ámbitos, como el futbolístico, con los Chiringuitos y demás. Usted mismo podría ser tertuliano. No se engañe, todo es mentira. Pero es una mentira que nos gusta. 

Ahora a ver con qué nos entretenemos.  

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