No es un libro para pasar el rato. Como ya se advierte en el prólogo, el libro surge de una petición, la de poner lo que había sido un trabajo académico en formato libro y se nota que la vocación primera del texto no es la del público que se quiera acercar a ver qué pasa, sino que está dirigido a quien ya tiene una base sobre el tema o bien, sobre los trabajos historiográficos en general. Porque durante buena parte del libro, el profesor Domèmech se dedica a rebatir las tendencias historiográficas y por consiguiente políticas que nos han contado la Transición y el franquismo o mejor dicho, el franquismo y la autodenominada transición hacia la democracia, como una serie de factores que desembocaban en algo que estaba dado y cuyos actores principales no son los que son. Esto lo trata muy bien este libro, que nos dice que sí, que la clase obrera tuvo un papel fundamental en el fin del franquismo si entendemos franquismo como el régimen fascista que pretendía eliminar la lucha de clases. Lucha de clases hubo y muy dura y tan dura fue que se tuvo que optar por una salida de clase para que lo que se había conseguido no se perdiera del todo. Me refiero a los empresarios. Una clase dominaba sobre la otra y esa clase, el empresariado, a la que se dedica la parte final del libro con muy buen ojo, es la que toma el testigo de la clase obrera que es la que inicia el derribo y el empresariado será quien se encargará de transformar el edificio salvando los muebles. Los muebles suyos, claro. El libro así nos identifica cómo la clase obrera es consciente de su situación de derrota sí, pero no de su final, y por eso va buscando los diferentes resortes que se le ofrecen, al margen o dentro del régimen, para emprender una lucha que será por una mejora de las condiciones de vida, pero también por un cambio de régimen, por el fin del fascismo. Y será el empresariado quien ante esa capacidad de maniobra y organización que tan en jaque ha puesto al régimen, se reorganizará y será la que de un giro de volante a la situación para alcanzar una situación en la que ella, la burguesía, el capital, que había sido el principal benefactor del régimen, no se viera perjudicado.
Y lo demás son cuentos.
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