viernes, 24 de mayo de 2024

Elecciones. Europeas.


En estas elecciones europeas, como en tantas otras, puedes votar por joder. Hay ya, creo, un segmento de votantes que vota no porque se crea más o menos el programa del partido, sino por joder a los de otro partido. Buscar un enemigo, un alguien a quien odiar, cohesionarte en torno a gente que no quiere, por encima de cualquier otra consideración, a otros seres humanos. Y votar en consecuencia. Demostrar que no quieres votar, proclamarlo, en estas elecciones, como un signo de distinción. Nada está en tu onda, todo es susceptible de no ser como tú esperas. Los programas, el contenido, da igual. Lo que importa es la sensación. Y esas sensaciones nos pueden llevar a cualquier sitio. Hay en estas elecciones europeas candidaturas que se presentan como una venganza, como una respuesta a una afrenta, a un desprecio. Hay otras candidaturas que se presentan, como siempre, porque alguien tiene que hacerlo y decir esas cosas que nadie dice y que en Europa parece que tienen más hueco que en tu pequeña ciudad, gran capital o pueblo. En estas elecciones, sin embargo, parece que hemos agotado ya todas las vidas y lo que en un pasado no muy lejano era una amenaza que se blandía para movilizar hoy ya no es ninguna amenaza, sino que es una realidad que ya gobierna, ya está al mando, ya influye en las vidas de millones de personas. La extrema derecha y sus códigos, sus valores, sus pensamientos y especialmente su manera de gestionar, ya están siendo catados de primera mano en muchos países de Europa. Faltan quizás algunos golpes de efecto en países tochos como Francia, Alemania, España... o bien que den el golpe en las elecciones europeas. Que consigan votos suficientes como para poder ser tenidos en cuenta por una derecha desatada que quiere segur mandando y mandando bien y mejor con un elemento duro al lado que atemorice y discipline. Y mientras, nosotros seguimos votando o no votando por odio, por joder, porque a fin de cuentas entre unos y otros no hay diferencias y quizás la gente así se de cuenta de que bla bla bla. Y comenzará  una revolución. Claro. No pasa nada, reaccionaremos como reaccionamos otras veces y saldremos, como siempre, mejores. En estas elecciones europeas nos jugamos mucho porque esta vez ya no hay escapatoria, ya no hay somnífero de gran coalición en la que parece que no mande nadie y mandan todos. Ahora nos las veremos con quien de verdad quiere que nuestra vida sea un puto infierno. Solo nos queda el 9 de junio para evitarlo. 

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