lunes, 13 de mayo de 2024
La insoportable levedad del ser. Un análisis del #12m
Hemos perdido dos diputados. Teníamos 8 y ahora tenemos 6. Es el peor resultado de nuestro espacio político en 20 años. Al menos, eso he leído. Recuerdo cuando conocimos los resultados de las elecciones pasadas. Quedar muy por detrás de ERC era un cambio de época, pero quedar por detrás de VOX, que entonces era algo exótico, fue todo un drama. En estas elecciones, ni siquiera con el previsible batacazo de ERC hemos conseguido unos resultados aceptables, todo y estar por encima de la media de nuestro espacio. No hemos recogido voto de ERC ni de una CUP en franco retroceso. El PP se ha colado también ahí y es ya la segunda fuerza en Santa Coloma en unas elecciones autonómicas. Hasta aquí los números más o menos fríos y el análisis en caliente vendrá ahora. Caliente porque han pasado unas pocas horas y aunque ya ha dado tiempo para ver dimitir a Pere Aragonés, todavía estamos digiriendo que, efectivamente, estamos al borde de algo que no queremos ver. La posibilidad de un Govern tripartit, con PSC y ERC, nos hace estar cavilando acerca de la importancia de esos seis diputados conseguidos y nos distrae de otro tipo de análisis. Seis diputados para una organización política que partía como decisiva y como la 'catalizadora' de unas elecciones que venían a definir el modelo de la Catalunya que ha de venir, después de años de hablar de cosas que no puede ser un resultado como para obviarlo y para estar con la cabeza puesta en cálculos y exigencias que pueden provocar más sonrojo que interés entre quienes nos vean desde fuera. Nuestros seis diputados son decisivos, sí, pero qué pasa con nuestro espacio político. ¿Qué pasa con la izquierda a la izquierda del PSC? (O en paralelo con el PSC) Hace un año, menos de un año, porque hace un año pasó otra cosa que también nos dará para análisis, tuvimos un muy buen resultado, aupando a nuestro espacio a la segunda posición de unas elecciones generales en las que recogimos lo que a todas luces es voto prestado ante la alarma suscitada por la llegada de las hordas de la extrema derecha. Pasada esa ola de terror, somos lo que tenemos. Y nuestra capacidad para ser una respuesta a las necesidades de la gente, es esta. Hace un año, los resultados de las municipales ya nos dijeron algo parecido, aquí en Santa Coloma de manera sangrante, pero a nuestro alrededor de manera más o menos similar. Nos cuesta conectar con la gente. Tenemos un electorado fiel, de piedra picada, pero no tenemos capacidad de atraer. Y el peligro de acabar teniendo un mensaje cada vez más encerrado en nosotros mismos ante la incapacidad de conectar (o hacer una lectura menos dogmática de lo que somos y de cómo es la sociedad catalana, española y europea en 2024), nos convierte en gente que está en un rincón, que pide jugar con el balón, pero que quiere que se juegue con unas reglas que los demás ya no quieren cambiar de ninguna manera. No conectamos con los barrios populares, de una clase trabajadora a la que no le enviamos mensajes de cariño sino aleccionadores. Y a la gente que debería ser nuestro público preferido a tenor por los contenidos, personas, etc., que componen nuestro espacio, ya se les presentan opciones mucho más atractivas que la nuestra, menos exigentes como el PSC o más aspiracionalmente deseables como ERC. Nos cuesta. Afortunadamente, tenemos algo que nos hace únicos y es precisamente una militancia que se revuelve ante la adversidad y que desde hoy mismo está ya expresando una opinión y una voluntad de hacer cosas, de estar en la calle, de conectar con lo que parece que hemos perdido. Así, entre ser una sociedad de amigos o ser un partido político con aspiración de modificar para bien la vida de la gente, hacerla mejor, debe haber un camino que estamos dispuestos a transitar. Y seguro que para algunos y algunas, esta situación de empequeñecimiento no es suficiente y lo que representamos, nuestra memoria, nuestro presente y nuestro futuro, es un pastel demasiado apetecible como para no seguir apretando hasta nuestra deseada desaparición, pero nosotros no estamos aquí solo para resistir, sino para enriquecer la vida política y la vida en general con lo que somos y sabemos. Solo espero que nos quede tiempo, fuerza, generosidad y militancia como para poder poner todo eso en la calle y que seamos útiles a la gente.
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