miércoles, 12 de marzo de 2014

Javier Tomeo - El cantante de boleros

La foto es la que es, pido perdón. No he encontrado otra mejor. Javier Tomeo. Jamás nunca me leí nada de Javier Tomeo. No sé decir bien porqué, pero no me llamó la atención. Javier Tomeo me suena de hace años en la Cadena Ser, que quizás salía en algún programa así como de fin de semana, que hablaba desde París o algún otro lugar de Francia. Y que escribía teatro y que era muy reconocido por allí. Algo así. Igual me lo estoy inventando, pero el caso es que nunca me picó la curiosidad acerca de su obra. Murió hace relativamente poco.
Sin embargo, como ya sabrán, soy una persona muy, pero que muy influenciable. De tal manera que la señorita Matilda Parker me recomendó leer algo de Javier Tomeo, ya que ella, durante una reciente convalecencia lo había hecho. Es una persona de criterio, mala como el mismo demonio, pero hay que reconocerle el criterio literario, eso es así, así que le hice caso. En la biblioteca no se encontraba el libro que ella me recomendó especialmente 'El castillo de la carta cifrada', pero había otros y entre ellos escogí este de 'El cantante de boleros'.
No sé por qué escogí este libro y no otro, cuando ya el título me tiraba para atrás. Cantante de boleros, tema latino, mal rollo. No por nada lo del tema latino, pero no sé. No se lo tomen a mal. Es que pensaba que estaría ambientado en... bueno, que no. Pero que sí.
El caso es que el libro me gustó bastante. Aunque el desenlace del libro deje un poco de... no sé, como de... vacío. Pero supongo que es lo que tiene. Ya saben, ese tipo de gente que escribe una historia, que te mete en ella, que parece que te tiene que contar algo al final y... luego no hay nada. O lo que hay es... otra cosa que no tiene que ver directamente con lo que está contando.
Un chaval vive en la casa donde vivía con su madre. Está solo. Vive de una pensión y de lo que gana como chico de los recados en un Súper. Le gusta cantar boleros en el balcón. No lo dice durante todo el libro, pero parece que le falta un hervor. Que no está del todo. Que los del barrio, en cierta manera, le toman un poco el pelo a cada paso. Está solo. Rutina de barrio, bajar al bar a tomar algo, mezclarse de vez en cuando con algún chungo que parece que tiene algo que decirte muy importante y que te torea vílmente, que juega contigo... el chaval tiene un 'juntamiento' con una clienta y resulta que el marido se entera, pero es que el marido se entera por fuerza porque la esposa es bastante poco discreta. Parece que va a haber tomate, pero no, incluso el marido cornudo abandona su hogar y se va a vivir a casa del chaval. No sé. Todo es un poco raro. Una mezcla de cotidianidad y extrañeza. Todo parece muy normal, muy de la calle, pero no es normal. Pasan cosas, la gente hace cosas, que por muy normales que parezcan no lo son. Finalmente, la historia tiene un final extraño, de poco sentido, como de sociedad secreta, de tomadura de pelo.
Y no quería, nunca quiero, pero he leído lo que dijeron del libro en los medios y hablan de que 'nos dejan que cantemos boleros y que nos sintamos importantes... pero no lo somos'. No sé. No se me había ocurrido, pero uno ha perdido muchas facultades. Antes no me pasaba.

1 comentario:

  1. Cómo que no ha encontrado otra mejor?? Esa foto es para flagelarlo Tolya, ja, ja. Podía haber puesto una foto suya mejor, o de la calle mayor de Sta. Coloma...
    No conozco al autor.

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