martes, 1 de julio de 2014

Grandes Semblanzas VII - Josep Prumol, emprendedor

Crear y crecer. Pensar siempre en que hay algo más. Un beneficio, un costo, un balance. La cuenta de resultados. La carpeta de clientes. Josep Prumol tiene una historia, como todo el mundo. No se engañen por quienes dicen que las historias deben ser siempre entretenidas. Las aburridas también son historias. Pero todo esto ya lo saben. Yo lo digo por decir. Por rellenar. Ya lo saben. Avanzando siempre en un camino trazado por el knowledge y el self investment. Sea eso lo que sea. Josep Prumol tampoco lo sabía. Pero bien sabe dios que lo primero que hizo al editar los primeros folletos promocionales de su empresa 'Prumol Things S.L.', fue incluir estas palabras. Y muchas otras. Palabras bonitas. En inglés. Y una muy trabajada traducción al alemán, por si acaso.
Josep Prumol es el resultado de una formación basada en el capital familiar, la falta de interés por conocer el mundo y saber que si a uno se le pone entre ceja y ceja que eso es así, así es. Prumol desciende de una familia de ferreteros de Sant Fartat Deltot que había hecho una pequeña fortuna, modesta, sin alardes. El padre de Prumol, el señor Prumol envió su hijo a estudiar a una universidad irlandesa muy prestigiosa, pero no habían pasado dos meses del inicio del curso cuando Josep Prumol volvía a casa y le comunicaba al padre que él quería ser un empresario emprendedor, que ya tenía una idea de negocio en la cabeza y que sólo necesitaba un pequeño capital para ponerla a funcionar.
Ese es el espíritu. Y prácticamente ese es el cogollo de la historia. Bueno. Es que es todo así. Heredero que no quiere estudiar, que quiere 'negocio', que quiere estar allí, llamar por teléfono a aquel, reunirme con tal, comprobar si el pedido... y con estos mimbres ir viviendo la vida. Pero bien, ojo.
El negocio que tenía pensado el bueno de Josep Prumol consistía básicamente en una nave industrial, rodeada de otras naves industriales, dado que se situaría en un Polígono. En esta nave industrial habría cosas. Elementos. Cachibaches. Maquinaria elegida al azar. Vistosa. Sin utilidad aparente. Un par o tres de vehículos que fueran saliendo y entrando de la nave. Estos vehículos irían y volverían a la nave y de la nave a ningún sitio. Y harían unos cuantos viajes al día, dos o tres. Josep Prumol, desde su oficina en la nave industrial, controlaría la hora de llegada y la hora de salida, la anotaría en una hoja y al cabo del día tiraría la hoja a la basura.
Los más avispados habrán visto que no tiene sentido alguno una empresa así. Beneficio, coste, producto, material, ganancia, trabajadores. Este es el tema. Los trabajadores. Josep Prumol contrató a cinco trabajadores. Empleados, les llamaba él. Procuraba estar con los tiempos y no llamarles 'mi familia', pero a veces se le escapaba. Bueno. Cosas sin importancia. Sus empleados tenían el cometido principal de la empresa. Llegaban a la nave de 'Prumol Things' más temprano que nadie y tras fichar, se repartían por el Polígono y se apostaban en las puertas de las demás fábricas. Y daban conversa. 'Pues ahí estamos, que tenemos una máquina que lleva parada nosecuanto tiempo y el jefe nos dice que la va a arreglar y yo que sé qué vamos a hacer'. 'Nada, que estábamos pensando en qué hacer luego, si ir a comer al restaurante de la señora Virtudes o ir al chino directamente y me han dicho, pues pregúntales a estos a ver qué van a hacer'. 'Llevamos unos días con el cabrón de mi jefe que yo que sé, está insoportable, el cabrón'. '¿Visteis ayer el Barça?'. 'Estoy preocupado porque tengo a la niña mala con fiebre y la llevo a la Seguridad Social y no me saben decir qué tiene'.
Y así. Conversación. Tema. Producto. El producto era la conversación. Things. Las Things de Prumol. A cambio de una cháchara que no conducía las más de las veces a nada concreto, y por su puesto, a desarrollar un vínculo verdaderamente afectivo y fraternal entre los trabajadores, las empresas pagaban a Prumol un tanto. Una cantidad. Beneficio. Coste. Y así iban tirando.
Premios... los que quieras.
Hoy Josep Prumol no para. Sigue con su Prumol Things y tiene franquicias en nosecuántos países. Una barbaridad. En Princeton se lo rifan. Pero él dice que eso de los aviones, que el Princeton ese... Bueno.

2 comentarios:

  1. "Josep Prumol es el resultado de una formación basada en el capital familiar, la falta de interés por conocer el mundo y saber que si a uno se le pone entre ceja y ceja que eso es así, así es". Oiga, está usted describiendo a mis jefes, jajaja.

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  2. "Josep Prumol es el resultado de una formación basada en el capital familiar, la falta de interés por conocer el mundo y saber que si a uno se le pone entre ceja y ceja que eso es así, así es".

    Tolya... usted conoce a mi jefe? Porque lo ha descrito al pie de la letra, jajaja.

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