lunes, 2 de noviembre de 2015

Baal

Nunca se supo qué ocurrió, pero Baal, el gran Baal, que todo podía y todo había creado casi sin hacer esfuerzo, pensó en cómo le gustaría que fuera todo. Baal empezó a imaginar. Baal, que ya lo había creado, estaba imaginando que todo podría ser diferente. Baal, se sumergió en ese nuevo mundo imaginado y trazó un nuevo mundo, creó unos nuevos seres, mucho más dignos, más perfectos. Creó un universo en un momento. Creó, en su mente, la posibilidad de otra manera de hacer las cosas. Imaginó una idea. Imaginó Baal que esa idea tomaba forma. Le gustó lo que estaba haciendo y sintió desapego por el mundo original que gobernaba ya con cierta pereza. Ese nuevo mundo que estaba forjando pintaba muy bien. Baal se sumergió tanto en ese nuevo universo en el que él era un Baal muy diferente, activo, creador, que se trataba con sus creaciones, que pensó en hacer desaparecer su antigua creación. Dos mundos vivían en paralelo, el antiguo con un Baal inconstante, perezoso, descreído de sí mismo, falto de ánimo y un nuevo mundo mucho más dinámico, con un Baal vigoroso, poderoso, siempre dispuesto a hacer cosas nuevas y atrevidas. Qué contento estaba Baal con ese nuevo mundo. Qué feliz Baal ilusionado con la posibilidad de que, siendo omnipotente, podía usar ese poder y no ser displicente y vago. Al fín, Baal, se sentía un Dios. Al fín, Baal, creyó que lo había conseguido. Ya no se aparecía en forma mortal, sino majestuoso y divino. Ya no te lo encontrabas apoyado en un árbol, mendigando en un camino, acodado en la barra de una taberna. Baal era ahora celestial y magno. Baal se mostraba ufano y regalaba a su creación con bienes y regalos. Baal recibía cariño y alabanzas. Pero llegó un día en que Baal oyó una voz. Una voz que le sonaba familiar y al mismo tiempo jamás había escuchado esa voz. Esa voz que escuchó y que no era de su creación decía 'Es bueno Baal'.
Y no le gustó a Baal.
Y perdió las ganas Baal. Dejó ese mundo creciente en barbecho y volvió a su original sinsentido.
¡Oh Baal! ¡Cuán grande es tu poder que no consientes que el halago te turbe! ¡Qué digno y poderoso que no gustas de escuchar alabanzas sin sentirte...!

- Calla mortal. Esa voz....

1 comentario:

  1. Vi la luz de Baal y vine corriendo para que alumbre también mi camino, que falta me hace. Pero resulta que lo encuentro mohíno y medio pachucho. Vaya, hombre.

    Buenas noches

    Bisous

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