lunes, 25 de septiembre de 2017

Vivir es fácil con los ojos cerrados - David Trueba

Empiezas a ver una película y no es hasta que llevas... no es hasta que sale Javier Cámara que empiezas a atar cabos. Es Vivir es fácil con los ojos cerrados. Es esa peli del profesor albaceteño fan de los Beatles que va a Almería a mediados de los sesenta justo en el momento en el que John Lennon está rodando una película ahí. Como gané la guerra, creo que era.
Como digo, empecé a ver la peli y ya llevaba un rato andando. Así que me dio tiempo a colegir que el chaval se quiere ir de casa porque su padre es un policía que le tiene atravesado y él es ya un prototipo de joven melenudo. Y que ella está en una casa a la que llevan a chicas que se han quedado embarazadas para ver qué se hace con ellas y con el fruto de su pecado, para luego devolverlas a casa blancas como la nieve. El caso es que ambos se escapan de su hogar y se encuentran con este profesor que, a lomos de un Seat 850 recorre carreteras con el sueño de conocer a John Lennon y preguntarle unas cuantas cosas.
Bueno, la película, si eres fan de los Beatles, te engancha porque... porque va de los Beatles. No sale ni una canción de los Beatles. Sólo al final se escucha la demo de Strawberry Fields que Lennon le graba al profesor y que supongo que extrajeron del Anthology. Y solo con eso paga.
Se supone que la canción la compuso Lennon allí en Almería y se da a entender que es en esa conversación en la que el profesor y Lennon se fuman un desto que surge la canción. Campos de fresas, las fresas de Almería.
Y te engancha porque bueno, porque sí. A veces a la película se le nota mucho eso que le pasa a las pelis españolas, que notas que es una película, que todo es demasiado película y muy poco natural. Pero es pasable. Javier Cámara haciendo de Javier Cámara, el pobre calvo gafitas y con poca traza, pero que es muy majo, muy gracioso, un corazón que no me cabe en el pecho. Pero que nunca, nunca, se podrá quedar con la chica guapa.
El chico es el que salía en Pa Negre, y bueno, ni fú ni fa.
Y ella es Natalia de Molina. Yo no había visto ninguna película de Natalia de Molina. Que es de Linares y tiene ese acento. Ese. Y es guapa, tan guapa, que si sale ella en la pantalla, parece que ya no hay otra cosa. Y se parece a mi prima Elena. Coño, que es igual.
Y los tres llegan a Almería y pasa lo que tiene que pasar. Historia entre el chico y la chica, el profesor consigue lo que se propone después de mucho tal y al final todos han cambiado un poco y sus vidas ya no serán lo mismo.
Una película de esas 'de iniciación a la vida', en la que los personajes hacen un viaje iniciático y salen cambiados de todo el proceso. En plena dictadura franquista, la película hace un retrato, quizás demasiado superficial, de lo que es vivir en un país triste y gris, pero en el que personas como los protagonistas pueden cambiar su vida si se lo proponen. O no. Espera.
Al final, el profesor vuelve a su labor. El chico vuelve con su padre. La chica va a Madrid a...
Y ya está. Acaba la película y te quedas con la cara de Natalia de Molina fumándose un piti. Con la demo de Strawberry Fields sonando. Y con una imagen del 850 contra el mar de fondo, que es igual que una foto que le hicimos al coche del Fermín en la campaña de En Comú Podem allá por las Oliveras. Siempre acabamos igual.

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