domingo, 30 de diciembre de 2018

Los libros de 2018

Saber mucho leyendo libros que te enseñan mucho. Pero te pierdes libros que quizás enseñan tanto o más pero que están pensados de otra manera. Ensayo y error. Demasiados ensayos y demasiada poca ficción. Este año yo tenía la intención de leer más. De hecho, creo haber leído bastante más. Pero no sé si he leído mejor. Un libro especialmente me ha tenido ahí encallado, con sus 800 o 900 páginas, de tema farragoso y con una utilidad muy cogida por los pelos, el de la Revolución inglesa. Demasiado tiempo leyendo cosas sobre gente de otros tiempos. No sé, el año que viene habrá que darle un giro. El reto siempre es el mismo, el de los 50 libros al año que La Página Definitiva ponía como cifra a alcanzar. Otro año que ni de broma. Fracaso otra vez. Rotundo.

1. Dan Simmons - Hyperion Este libro es el primero de una saga de varios libros ambientados en un futuro muy muy lejano. Si fueran menos libros y no lo supieras, lo lees con atención porque la historia está bastante bien. Pero la perspectiva de tener que dedicar prácticamente lo que te queda de vida a leer el resto de libros de la saga me da cangui. No podré leer nada más según el ritmo lento y pesado que tengo de lectura. Unos personajes variopintos se dirigen a un planeta lejanísimo en busca de una especie de Dios o Demonio llamado Alcaudón que les va uniendo. Lo bueno es que todo el mundo te dice que la segunda parte es mejor que la primera y que la segunda no es mejor que la tercera. Así que tengo tarea por los siglos de los siglos, amén.

2. Stefan Zweig – Montaigne Este año la lectura austrohúngara ha sido más bien escasa. Y de Stefan Zweig solo he leído este libro, una biografía sobre Montaigne que tampoco está completa del todo. Montaigne es un filósofo francés del siglo XVI que descubrió sus dotes para el pensamiento ya con una edad avanzada. Madura, mejor dicho. Filósofo, pensador, alguien con tiempo para viajar y pararse a comentar cómo lo ve. Un libro de dimensiones reducidas porque al parecer a Zweig no le dio tiempo a acabarlo. Porque se suicidó al ver que la Segunda Guerra Mundial iba mal y el buen hombre pensaba que realmente los nazis podían ganar.

3. Anabel Vélez – Rockeras Libro de una compañera perodista colomense dedicado a las mujeres en el rock, a las mujeres que hacen rock y no a las mujeres como tema en el rock. Una amplia recopilación de mujeres a través del tiempo que empieza con las blueseras y acaba con artistas como la inefable Angel Olsen. Se nota que a la autora le mola el rock más cafre y se detiene especialmente en grupos de punk que me son absolutamente desconocidos. Como todos los libros de música, funciona como una puerta de entrada y para perder el miedo a escuchar músicas que si no te lo dice otro jamás escucharías.

4. Joan de la Vega – Medio mundo en luz Si soy capaz de leerme libros muy tochos que hablan de vidas de tiempos remotos cuyas enseñanzas son de difícil aplicación en los días contemporáneos (autoestima alta), no soy en cambio capaz de tener la sensibilidad necesaria para la poesía. Este libro de Joan de la Vega, como el Tajabone de Angel Pla que no he llegado a leer entero, son buenas puertas de entrada para un tipo de lectura para el que no hay que tener prisa ni el móvil todo el día en la mano.

5. Steven Pincus – 1688. La primera revolución moderna A este libro le echo la culpa de haber perdido el año. En fin. Hay países o gentes diversas que creen estar haciendo una revolución cuando lo único que hacen es perpetuar lo mismo de siempre en el poder. Hay países o gentes diversas que hacen una revolución y se pasan el resto de su existencia negando la misma. Los ingleses hacen una revolución para derribar el gobierno de Jacobo II. Una vez que consiguen establecer un nuevo sistema de gobierno, niegan haber hecho nada, no sea que el resto de países copien su ejemplo. Este libro es un análisis pormenorizado, pero pormenorizado de verdad, sobre lo que es una revolución, porqué una revolución es una revolución y porqué cuando no lo es se dice y no pasa nada. Una revolución que nace como respuesta a otra revolución, que queda incompleta y que es aprovechada para sustituir lo que hay por otra cosa. No sé qué ocurrió ese maldito día en el que entré en la biblioteca del Fondo, vi el libro y se me fueron las manos hacia él. Qué me importa a mí la Revolución inglesa y qué le importará a nadie si ni ellos mismos la celebran. Pues habré dedicado al menos cuatro o cinco meses de mi vida al librito de marras.

6. Javier Reverte – Un otoño romano Que me han gustado mucho más otros libros de Javier Reverte, pues claro que me han gustado más. Que cualquier libro de viajes de Javier Reverte es entretenido y te puede servir, pues también. Como fui a Roma y no me había mirado nada sobre Roma, atrapé este libro y como siempre, acaba uno yendo a cenar donde le dice el libro, se toma el café de rigor en el sitio en el que sabe que le van a atracar y se ahorra visitar cosas que de otra manera visitaría. No está al nivel del libro sobre Grecia, por ejemplo, ni del mágico libro sobre Pedro Páez, pero ahí está.

7. Jaume Fuster – Les Claus de vidre Un pequeño libro de relatos policíacos que me pillé en Sant Jordi y que gustó bastante. Unos relatos que aparecieron en un diario, que ahora no recuerdo si era el Avui u otro. Jaume Fuster fue un escritor relacionado con la izquierda independentista, que murió no demasiado mayor. Dan ganas de leer más libros suyos si son así de entretenidos. Al final del libro se encuentra la solución de cada uno de los relatos. Con lo que a mí me gustan los libros policíacos, este año ha sido especialmente escaso. Este y ya. Ni un libro de Simenon, ni nada. Un desastre.

8. Jorge Semprún – Autobiografía de Federico Sánchez Este libro lo pillé también en Sant Jordi. No me hacía ninguna gracia leerme un libro de Jorge Semprún, ex militante del PCE que acabó como ministro del gobierno socialista aunque sin afiliarse al PSOE. Pero el libro me pareció muy interesante. Aunque escrito desde un rencor profundo, sobre todo a la figura de Santiago Carrillo, propone una visión sobre lo que son las cosas de la militancia, la clarividencia de los líderes y cómo lo que hoy es blanco, mañana es negro, y tú tienes la culpa de no haber entendido nada. Casualmente, quienes expulsan a Jorge Semprún del partido, acabarán abrazando con alegría sus mismas tesis años más tarde. Y donde dije digo, digo Diego. Este libro ganó el premio Planeta en 197... y siete, creo. Genial iniciativa darle el premio a este libro el año en que se legaliza el PCE. Como queriendo decir...

9. Javier Varela – Eugenio d’Ors 1881 – 1954 El otro día leí una entrevista a un historiador que le ha hecho una biografía a Eugenio d'Ors que contradice lo que dice este libro que como aquel que dice, me acababa de leer. En la entrevista, el autor dice que Eugenio d'Ors era un fascista. En esta biografía que me he leído, Javier Varela asegura que no. Lo que no significa que para el autor, Eugenio d'Ors sea un personaje que no te puede caer bien en la vida y sin negar que fue un reaccionario. Pero fascista, no. Porque para ser fascista debías ser algo que d'Ors no era, activo, violento, amante de la fuerza, pretendidamente vanguardista y contemporáneo... y d'Ors era un cursi. Pero qué sabré yo. Este libro nos cuenta la vida de un personaje que sienta las bases del catalanismo radical basado en la superioridad cultural de Catalunya sobre el resto de España y que es descabalgado por sus propios compañeros porque se pasa de listo. Y acaba aportando el grueso de las ideas que luego utilizará la Falange, a la que acaba afiliándose y siendo parte de los intelectuales orgánicos del franquismo. Un libro apasionante que enseña muchas cosas y que abre la puerta, este libro sí, a comparaciones con la época actual y con lo que uno hace cada día con esto de escribir. 

10. Joseph Roth – El peso falso Ya dije en su momento que este libro, en sus dos primeras líneas, ya enamora. Austria-Hungría, la frontera con Rusia, Galitzia, pueblo pequeño, soldados, contrabandistas, gitanas, judíos, una historia de amor, un despecho muy grande, frío, mucho alcohol y ese saber que no va acabar bien la cosa ni de lejos. Joseph Roth es 'el otro'. Están Zweig y luego ya viene él. Libros sobre una época pasada que él tenía fresca en la cabeza y de la que se reclamaba heredero y continuador. Aunque solo fuera por dar por saco ante tanto cafre. Un oficial al que su mujer obliga a salir del Ejército, llega a un pueblecito llamado Zlotogrod para ser el inspector de pesos y medidas. La mujer lo engaña. Tiene un hijo con otro. El oficial entra en barrena sin perder el aplomo. Lo hace bebiendo y enamorándose de una gitana que vive en una taberna. Y de ahí ya todo es cuesta abajo.

11. Josep Ramon Aragó – A llarg termini A Josep Ramon Aragó lo verán en la plaza de la Vila los lunes colaborando en las manifestaciones de los pensionistas. También lo verán acompañando a la incansable Isabel Crehuet en sus múltiples aventuras. Pues bien, Josep Ramon Aragó me regaló este libro hace cosa de un mes y poco. Son catorce textos breves sobre temas diversos. Temas relacionados sobre todo con el medio ambiente, pero no solo eso. Y, efectivamente, uno acaba siendo Aragonesista cerrado.


1 comentario:

  1. Creo que te has equivocado al valorar el libro de Pincus, sobre el que reconoces haber invertido el tiempo que si se merece. la revolucion inglesa de 1688 es la madre de todas nuestras revoluciones, ellos la exportaron a todo el mundo, muy conscientemente de que se quedaban con la vacuna.
    Dicho de otra forma hoy estamos donde estamos por culpa de un pais que se llama Reino Unido y que lleva ya tres siglos de hegemonía mundial

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