miércoles, 26 de diciembre de 2018

Yo soy compañero de Pepi Sánchez.

El primer recuerdo que yo tengo de la Pepi, la Pepi Sánchez, es de cuando ella era concejal en el Ajuntament y yo iba a los plenos creo que en la época de Santa Coloma Radio. Entonces teníamos creo que cinco regidores y una de ellas era la Pepi. Yo entonces no hablaba con nadie y supongo que con ella tampoco. La recuerdo como un pollico. Con los pelos siempre de colores, cortitos, con coletita a veces, pero siempre con los pelos de algún color. Y así sigue. Si la ven caminando por la calle, la verdad es que es así, como un pollico, con el pelo hoy lila, mañana rojo, luego amarillo y el próximo verde. Verde igual no lo ha llevado nunca. Y eso que la compañera es de los verdes.
Ahora que ICV ha conseguido el dominio mundial y todos podemos decir ya que sí, que efectivamente, todos queremos ser de ICV y todos somos de ICV menos unos cuantos que todavía viven en el error, la Pepi ya estaba allí. La Pepi, junto con la Loli, la Marga y todo ese grupo de mujeres que están en la plaça protestando por lo que hay que protestar. Hoy violencia de género, mañana pensiones, pasado sanidad, hoy otra vez por la plataforma en defensa de la serra de marina, mañana friendo patatas en la caseta, o haciendo una paella para la campaña electoral, al otro será otra cosa. Y que siga, como el mítico cartel de Lluís Hernàndez. Que siga.
Hoy que se supone que ya nos tenemos que tratar a todos y a todas como compañeros y compañeras, antes de que me lo digan otros, ya lo digo yo. La Pepi es mi compañera. Y es un orgullo poder decir que en los últimos años ha sido mi compañera. Yendo juntos por ejemplo a las reuniones de la Plataforma, siempre yendo por la vía directa y poniendo esa cabecita de pollito donde los demás solo ponemos discurso y poco más. Uno, que no suele tener ni puñetera idea de las cosas y se le nota, agradece infinito poder estar acompañado de personas como ella, que avanzan. Personas que ya podrían estar en su casa, viviendo la vida, pasando la vida, sin quemarse la sangre, sin comerse el tarro, y ahí siguen. Dándole. Y no sabemos lo que los echamos en falta hasta que un día te dicen que hoy no va a poder venir y ponen mala cara y dices, me cago en la puta de oros. Qué hacemos.
La Pepi haciendo como que canta en la Coral. La Pepi haciendo de actriz en las obras de teatro que programa y construye la Isabel, otra que tal. La Pepi disfrazándose de algo inverosímil para Carnaval. La Pepi paseando con los nietos por la plaza de la Vila. Como una gallina con los pollitos de verdad. La Pepi mandándonos a todos a la mierda. Anda y que se vayan a la mierda.
La Pepi teniendo claro dónde estamos nosotros y dónde están los demás. La Pepi hablando con todo el mundo, pero sin cortarse ni esto. La Pepi ahora ya no lleva el pelo de colores, todavía, y lo que hace es que se pinta los labios con el color más cantoso que encuentre. La Pepi con la coraza esa como la de ironside.
La Pepi escuchando cuando estás jodido.
La Pepi peleando contra la adversidad que este año nos ha venido a ver en muchos frentes. Contra la adversidad, la Pepi. No os tatuéis frases de películas, canciones, proverbios árabes o chinos. No os hagáis camisetas con frases de autoayuda. Tatuarse a la Pepi. Anda y que se vayan a la mierda.
Hoy es su cumpleaños. Si la ven, se lo dicen.

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