martes, 7 de julio de 2020

Encuesta


No estábamos allí. Era mejor poner una foto de la película 'El hombre que no estuvo allí', pero al final no. Estábamos allí, pero éramos invisibles. No soy politólogo, pero sé que cuando el Ordóñez habla de los políticos en la plaza de la Vila me siento aludido. No soy politólogo, digo, y por eso es muy posible que la cague y diga cosas que no son. O me parezcan cosas que otros ven más claras. Pero yo estoy alarmado.
Una encuesta. Una encuesta que hace un medio que tiene menos fiabilidad que yo que sé, pero que según dicen algunos 'reafirma una tendencia'. Y esa tendencia significa que nos convertimos en invisibles. En una cosa que está ahí y se conforma con estar. No se conforma con estar, ciertamente, pero que se conforma con que no pase algo que ya pasa. Aunque no lo provoquemos nosotros. Una encuesta que nos dice que nos quedamos solo por encima de la derecha muy derecha y poco más. Y ya está. Una encuesta que debería encender todas las luces de alarma. Algo no estamos sabiendo decir o algo decimos que no parece cuajar. Está claro que algo hemos perdido y hemos perdido a muchos. Algunos están bien donde están, otros no tanto. Pero se fueron y con eso tenemos que saber pelear. El caso es que yo no lo veo bien. 
Yo no veo bien que consideremos que estos resultados son buenos porque marcan una tendencia. Una tendencia que nos convierte en invisibles. Pero nos conformamos con que ERC gane las elecciones y damos por asumido que al PSC le irá bien y que eso será el detonante para que haya cambios y nos convirtamos en fuerza necesaria para un hipotético tripartito de izquierdas en Catalunya. No me he presentado ni he presentado el texto. El tema. Estábamos hablando de esto.
Demostramos demasiada alegría por los buenos resultados de ERC, cuando esos resultados creo que se producen a costa nuestra, y lo saben, y hurgan en la herida. Y que esos resultados también tan buenos del PSC significan que recuperan el papel que habían perdido. Y que recogen el desplome de Ciudadanos y ya sabemos de dónde venían esos votos. No eran tan de derechas como pensábamos. Qué somos nosotros. 
Se nos van por un lado y por el otro y nos quedamos con lo que fuimos. Con lo que hemos sido siempre. Con lo que llegamos a ser en el dos mil y algo, antes del marasmo de las movidas, las plazas y lo demás. Y parece que, llegados a este punto, nos tenemos que conformar con ser ese tercer actor necesario (al que nadie escucha realmente) y que anticipa cosas que no sabemos si pasarán o no. Invisibles. Pero contentos. Porque somos esenciales para algo. Y con eso ya parece bastarnos. Y no lo veo bien. 
Veo que han ido a por nosotros, como nosotros no hemos ido a por nadie. Que han ido a ocupar nuestro espacio, que nos entró la prudencia y que no sé si se está capitalizando lo de 'ser gobierno' y habernos vuelto unas personas responsables y al servicio del progreso. No sé si estamos interesando a alguien con los comportamientos heroicos respecto a movidas que no sé si interesan a alguien porque somos complicados y otros lo tienen mucho más fácil. Nos han robado.
Nos han robado el idioma, el lenguaje, los símbolos, los términos y no sabemos qué somos. No sabemos qué tenemos. Ni siquiera podemos recurrir al folclore de toda la vida porque también eso lo hemos medio perdido. Uno ve a juventudes de partidos de orden hablando de revolución y le da, al menos, pereza. Pero ellos hablan de eso y nosotros no lo sé. 
Ni siquiera con el asunto el ecologismo somos capaces de ser valientes y arriesgados y decir que sí, que somos nosotros. Que nosotros somos los verdes y no pasa nada. No eres menos 'social', menos 'clase', por decirlo. Y perdemos ese idioma también, y nos lo cogen y no puede ser. 
Nos vamos quedando sin estar ahí. De tanto haber querido estar, de tanto estar contentos porque todo podía cambiar nos hemos quedado anclados en algo que no sabemos cómo volver a repetir. 
Esa encuesta no vale nada, pero dice cosas. Ni mejorando algo esos resultados podríamos decir que nos ha ido bien. Al menos no digamos que nos está yendo bien porque a otros les está yendo bien y de rebote a ver si marcamos el gol debajo de la portería. 
Tenemos que estar ahí. Al menos que no se diga. 

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