jueves, 23 de julio de 2020

Yo tenía un llavero del PSUC

Y lo llevaba a todas partes, cuando era un adolescente que quería ser algo punk pero sin pasarme. O muy punk pero sin que se notase. El llavero del PSUC no era mío, que lo tenía mi padre en un cajón. El aniversario del PSUC nos sirve para darnos golpes de pecho, reprocharnos el porqué de su desaparición, reinvidicar un pasado glorioso y lo bien que se hacía todo antes, repasar la gente que fuimos, sacar las fotos bonitas, los carteles espectaculares, los congresos fatídicos o clamar por qué no estamos ya todos en Esquerra Republicana de Catalunya o la izquierda indepe que es quien representa bla bla bla.
El aniversario del PSUC. Como bien dice el taoismo, cuanto más aprendes, cuanto más ves, menos sabes. Saber mucho, interesarte por las cosas, aprender las dinámicas, estudiar el porqué, en muchas ocasiones nos hace sentirnos mejor, más completos, pero también nos causa desazón. Saber mucho de política, estar metido en ella, pasar días, horas, semanas, hablando, conociendo, compartiendo, nos proporciona momentos de mucha alegría. Pero saber mucho provoca desazón y tristeza. O desapego.
La historia del PSUC es muy bonita, llena de personas sacrificadas y tenaces que luchan contra la adversidad. La historia del PSUC también tiene sus momentos de criba, de purga, de escisión, de debate interno que no conduce a nada, de pérdida de pie. La historia del PSUC tampoco se entiende sin sus enemigos. Que han sido muchos, numerosos, variados y que siguen teniendo a cualquiera que se reclame como su heredero como el adversario a aniquilar.
Existe un partido que se llamó PSUC y que, como todas las cosas que ya no son, son una y muchas en el recuerdo de la gente. Una y cada una distinta. Una y nunca la misma. Y lo que fue para ti no lo es para mí, porque por eso ya no está. Y eso se contagia y se sigue manteniendo en las formaciones que son como si, como si no hubiera sido, corazón mío no llores ni te sientas afligido. Es que estoy escuchando una canción de Morente y me he ido un poco. Suspiros de mi corazón salen de mi pecho ardiendo y se van a descansar donde los amores tengo. Yo sembré una esperanza y salió un cariño floreció, un desengaño y cogí uno y salió un olivo. Yo sembré una esperanza y salió un olivo.
¿No os pasa que estáis escribiendo de algo o pensando en algo y de repente las canciones parecen que hablan de las cosas? ¿Cómo si hubiera un algoritmo o algo?
En mi casa tengo un póster del PSUC. El de Tàpies. Precisamente. Me gusta casi más el de Brossa. Intelectuales. El partido de la intelectualidad creadora. Tete.
El PSUC en su fundación recogía el legado de diversos partidos. Dentro del PSUC había comunistas, claro, pero también militantes que no eran comunistas. Ser comunista ya hemos dicho alguna vez que es muy difícil
Hoy en día, prácticamente imposible. Desconfío de quien lo dice tantas veces. Los comunistas. Hoy. El PSUC debería haber seguido existiendo. Eso lo sabe hoy cualquiera. Las siglas, eso lo sabe cualquiera, la marca, eso lo sabe todo el mundo con un poco de entendimiento, esas siglas, podrían haber sido un salvavidas. Un seguro de vida. ERC. PSOE. Da igual lo que digas con esas siglas. Ya eres tú.
Qué somos ahora. Qué canción va a salir ahora. Pongo la que me da la gana y acabo antes.
¿Deberíamos refundar el PSUC? Ya hay gente, compañeros y compañeras, que militan en un PSUC. Un PSUC.
¿Qué espera la gente de nosotros y nosotras?
Desde que me dejaste, las azucenas han perdido su color. 

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